2013


Hay que politizar el amor igual que intentamos politizar el sexo.

Hay que politizar el desamor.

Ácida firmaba hace unos días una entrada maravillosa sobre la soledad y el amor romántico: "La soledad no significa no estar rodeada de buenxs amigxs, eso ya lo sabe todo el mundo. En mi caso, tiene que ver con pasar una día maravilloso, lleno de personas interesantes, llegar a una cama vacía y sentir un agujero en el pecho. Como ya me he declarado feminista de mierda, me da mucho margen para aceptar que me he sentido así, que todo lo que he leído sobre la deconstrucción del amor no me ha servido y que sigo construyendo mi propio proceso".

Coincide con la lectura de Transfeminismos: Epistemes, fricciones y flujos (compilado por Miriam Solá y Elena Urko), y los fantásticos artículos del apartado "El amor siempre fue político". Escribe Helen Torres en El amor en tiempos del Fakebook:

Porque no solo "los hombres y las mujeres de nuestro tiempo" tienen miedo al cambio y reproducen valores y prácticas patriarcales. Las transfeministas también nacimos en esta sociedad; aquí fuimos socializadas, aquí vivimos, amamos, algunas pocas nos reproducimos y aquí mismo moriremos. Nosotras también somos la sociedad.  Hemos de habitar la contradicción, hacernos preguntas interesantes para usar como señales y olvidar los modelos. Generar formas de vida inesperadas que no remitan a un modelo binario de opresión [...]  
Ni la transexualidad ni la homosexualidad son fases superiores de la heterosexualidad. Hay otras exclusiones: de clase, color de piel, país de origen, títulos universitarios, historial depresivo, especificidades corporales y otras de esas pequeñeces que definen al mundo. No somos huestes de Xenas gays: aguerridas, certeras, invencibles. Armadas hasta los dientes y capaces de enfrentarse a todo. Con glamour y mala leche. 
Nadie es valiente todo el rato. A veces nos cansamos. No todas tenemos mala leche. Y mucho menos glamour. ¿Y qué pasa con quienes no pueden ser transfeministas? ¿Qué con quienes han sido oprimidas por otras mujeres (quizás lesbianas, quizás blancas, probablemente feministas)? 
Vivir en la distopía con un libreto utopista es una contradicción dolorosa. Sostener que todas unidas jamás seremos vencidas es peligroso. Y un olvido imperdonable de la historia de nuestras antepasadas. 
Como dijo Haraway, no nos salvará el cyborg como no nos salvó el Che. No se trata de salvarnos sino de crear nuestros propios mecanismos y redes de apoyo. Un lenguaje propio. Otras formas de relacionarnos. Otras maneras de amar. Devenires inapropiados e inapropiables. (p. 241-242)

Y aprender que no pasa nada por no ser valientes todo el rato. Por cansarnos. Y acabar con la culpa. La culpa. La culpa más normativa por no saber perdonar, por abandonar, por dañar, por no cuidar. La culpa de la feminazi cuir por haber quizás perdonado demasiado, por haberse dejado engañar, por no haberlo visto todo con tus gafas moradas. La culpa más normativa por no ser capaz de seguir amando, de seguir necesitando. La culpa de la feminazi cuir por haber amado mal, por haber necesitado. La culpa más normativa por follar sin mirar con quién. La culpa de la feminazi cuir por no saber separar siempre el deseo del amor romántico. La culpa de la feminazi cuir por esperar un mensaje que no llega. La culpa como herramienta del heteropatriarcado para jodernos siempre. Culpa culpita.

Con filosofía no hay árboles, escribía Pessoa. A la hora de la verdad Derrida no se mete en la cama contigo por la noche. Qué de cosas he aprendido en 2013.


De amor(es)

Después de unos cuantos meses, por fin me puse con Crítica del pensamiento amoroso, de Mari Luz Esteban (cortesía de la librería Relatoras y de Pikara Magazine).

Esteban pretende una teoría, una antropología, del amor, que no es ningún caso una teoría total: "[...] no es posible una teoría y una política subversivas desde eso que estamos llamando aquí y ahora amor. No al menos en este contexto cultural de Pensamiento Amoroso en el que vivimos. No en este sistema capitalista cebado a base de generar injusticias que se sustentan, entre otras cosas, en una forma concreta de educación amorosa. No sin explorar otras posibilidades teóricas y vivenciales al margen del amor. Aunque lo incluyan. Una teoría, una política del amor son necesarias pero no son suficientes".

Así define Esteban Pensamiento Amoroso:

Voy a denominar Pensamiento Amoroso a una determinada ideología cultural, una forma particular de entender y practicar el amor que surge en la modernidad y va transformándose y reforzándose hasta nuestros días. Una configuración simbólica y práctica que influye directamente en la producción de símbolos, representaciones, normas y leyes, y orienta la conformación de las identidades sociales y genéricas, los procesos de socialización y las acciones individuales, sociales e institucionales. En este modelo emocional hegemónico y concreto, dominante en Occidente hoy día, se produce una construcción y una expresión cultural de las emociones que tiende a enfatizar el amor por delante, no solo de otras emociones, sino también de otras facetas humanas (solidaridad, justicia, libertad...), y que se convierte en una forma dominante de representar lo humano que se aplica de distintas maneras a mujeres y hombres. Este Pensamiento Amoroso es así el caldo de cultivo, la matriz, en la que se constituye en la Era Moderna un orden social desigual. De género, clase, etnia, sexualidad...

Me gusta mucho cómo comienza el libro, parafraseando a Gayle Rubin y su "ha llegado el momento de pensar sobre el sexo".

Estoy muy obsesionada últimamente con el concepto de amistad. Hablo mucho con C. de amor romántico, de vida de pareja, de la idea de tribu. Quiero tanto a mis amigxs y a mi familia de elección que no duele. Aunque ni siquiera sepan lo mucho que les quiero porque no es necesario:

De la misma manera que en nuestra cultura hay una jerarquía entre emociones altas y bajas, cultivables y desechables, hay también una clasificación, una graduación, en la definición y rango de todos los tipos de amor posibles, donde relaciones y afectos como los que se dan bajo la forma de amistad (pero también de vecindad), quedan relegados al último lugar [...]. No hay más que ver la desproporción entre la cantidad de literatura científica sobre el amor en relación a la que existe en torno a la amistad. 

Pero, al mismo tiempo, pensar que no sé lo que haría sin esxs amigxs, ¿no es reproducir nuevamente esa necesidad del sentirse-queridx, del no-estar-solx, aunque estemos multiplicando y saneando los puntos de apoyo? Supongo que no tengo ganas de deconstruirme tanto por el momento. Me basta con mi tribu.


Aborto y diversidad funcional


En algunos argumentarios en defensa del aborto (qué rabia que se hayan apropiado del término vida, nosotras somos provida, pro vida vivible), se tiende a tratar de convencer al mal-llamado-provida a través de una empatía mal entendida: "imagínate una niña de nueve años embarazada por una violación, cómo vas a obligarle a seguir adelante con el embarazo, o imagínate y...". Y así. El problema de estos discursos es que acaban como hemos acabado, en las políticas de los supuestos, en el aborto como delito salvo en ciertos casos despenalizados, como en el 85. Y de repente parece que lo grave no es volver a los supuestos, sino que la malformación del feto no sea uno de ellos, y la gente se pone a hablar de síndrome de Down y de discapacidades.

En un estupendo artículo de Beatriz Gimeno sobre esto, escribía:

El tercer supuesto de la ley 9/1985 permitía el aborto siempre que “se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas”. Era un supuesto contra el que se rebela la ética básica. ¿Qué son taras? ¿Qué son graves? Si a un feto le falta, por ejemplo, una pierna, ¿es eso motivo de aborto? Las asociaciones de personas con discapacidad y los y las activistas de la misma hemos manifestado siempre que prohibir el aborto en general o dificultarlo y, al mismo tiempo, hacer excepciones solo en caso de que la persona por nacer tenga algún tipo de discapacidad es lo mismo que afirmar que la vida de una persona con discapacidad es inferior en valor a la de una persona sin discapacidad. El aborto no puede servir para proteger a las futuras personas con discapacidad de sus propias vidas, ni la ley es quien para considerar que tener un hijo con discapacidad es tan malo que es mejor permitir un aborto en esos casos.

Y efectivamente, en la ley de 2010 se hablaba de malformaciones pero en el caso de situaciones incompatibles con la vida, no se mentaban las discapacidades ni se entraba en ese discurso capacitista en el que es tan fácil caer cuando hablamos del aborto. Es por eso que los argumentos que se ilustran sobre casos dramáticos son tan peligrosos. Por supuesto que esos casos dramáticos existen y son importantes y merecen sus relatos y sus narrativas. Pero no pueden ser las únicas narrativas. El aborto no puede estar dominado por un relato del trauma y la inevitabilidad, el discurso-de-siempre-es-la-última-opción. De hecho, Pikara Magazine está solicitando experiencias que no se reconozcan en la victimización de Gallardón (a través de su correo electrónico participa@pilaramagazine.com). No aborto porque no me quede más remedio, no aborto pese al trauma que me vaya a provocar, no aborto para evitarle al mundo una mayor diversidad funcional, aborto porque me sale del coño y no quiero tu compasión


Carta


Querida Loreto,

No le hagas caso. Es mentira eso de que llorar es de nenazas. Y ten cuidado. Porque no hay nada de malo en ser una nenaza. Nunca lograrás pasar cien días sin llorar. Y no pasa nada. No te obsesiones y deja de contar. No dejes que un niño de cinco años te destroce la adolescencia cuando solo tienes cinco años.

Lee. Sigue leyendo. Pero haz algo más que leer además de tatuártelo cuando cumplas los veinticinco. Puede que con nueve años aún no sepas lo que significa lesbiana y que con dieciocho no hayas oído nunca la palabra postestructuralismo, pero dentro de unos años tendrás que traducir tus pensamientos del posmoderno al castellano y sabrás más de teorías que de prácticas. Y eso será cualquier cosa menos bueno. No dejes de leer pero acuérdate de que a veces la gente es mejor que los libros.

Decidirás estudiar lo que estudiarás dos meses antes de matricularte, obedeciendo a tu primera psicóloga (la obedecerás en más cosas, pero lo superarás). En segundo de carrera ya sabrás que ha sido un error, pero un profesor empezará a hablar de bolleras y de maricas y de queer y todo cambiará en un segundo. La carrera seguirá sin gustarte. Pero habrás encontrado algo que te hará feliz. Y además. People are just people, they shouldn't make you nervous. Repeat.

No pasa nada porque te haya llamado fea. No dejes de contestar a los acosadores porque uno te haya llamado fea. Tampoco pasa nada porque te haya afectado. No vas a ser la perfecta feminista las veinticuatro horas del día. Seguramente ni siquiera un rato. Qué agotamiento. Pero dejará de molestarte. Lo prometo.

No pasa nada porque no hayas entendido nada de Manifiesto contrasexual. Dentro de dos años volverás a intentarlo y cuando hayan pasado unas pocas páginas ya será demasiado tarde para volver atrás. No dejarás de ver esas películas y series horribles de adolescentes estadounidenses. Y tampoco dejarás de engancharte a realities terroríficos de la MTV. Al principio te sentirás culpable. Pero bah. Aprenderás a darte concesiones. Y a descansar. Y a perder el tiempo.

Sí, el feminismo te joderá la vida. Pero también te la salvará. Solo tienes que tener un poco de paciencia.


Gays de derechas



Hace poco surgía la página Gays de derechas, que descubro a través de un comentario en Twitter de Rubén López, activista de Arcópoli, que asegura apoyarles ("contad conmigo"): "Una cosa es que yo sea socialdemócrata y otra es activista LGTB. Las separo al 100%". ¿Sí? ¿Puede separarse? ¿Se puede ser gay de derechas? Claro que puedes ser gay y ser de derechas. Supongo que la pregunta es si puedes posicionarte contra la homofobia y ser de derechas.

Me acuerdo del polémico artículo de Naomi Wolf  de verano de 2011, titulado "America's Reactionary Feminists" y publicado en castellano por Público como "El feminismo reaccionario", donde intenta describir a las mujeres del Tea Party como ejemplos de discurso y activismo feminista. Me gusta cómo lo describieron en Feministing: "sí, es otro de esos artículos que se lamentan de que las feministas no apoyen a las mujeres políticas que trabajan activamente contra los objetivos feministas". Beatriz Gimeno también escribió un artículo al respecto: "El feminismo de derechas". No, el feminismo no puede ser de derechas igual que no lo puede ser el antirracismo o la lucha contra la homofobia o la transfobia.

¿Se puede aislar un discurso de género de un discurso de clase, de raza, de capacidades, de, de, de...? Cuando empecé a escribir en este blog le puse un nombre horrible; por aquel entonces leía solo páginas como Dos Manzanas o AmbienteG: ¿Qué escribes cuando escribes solo sobre una variable? ¿Qué pasa si escribes solo sobre el colectivo LGTB? ¿Qué escribes cuando escribes sobre el ser-gay o ser-lesbiana y el resto son todo privilegios?

Hay asociaciones LGTB autoidentificadas como de derechas, neoliberales o conservadoras en varios estados (GOProud LogCabin en EEUU, LGBTory en Reino Unido, GayLib en Francia, Öppna Moderater en Suecia...). Log Cabin Republicans (LGR) es un grupo estadounidense LGTBH (así se identifican en su Web, LGTB y heterosexuales aliadxs) cuyos miembros se definen como “republicanos conservadores, moderados y libertarios”. Su rama en el condado de Broward (Florida) publicó en octubre de 2012 un anuncio en la publicación gay Florida Agenda en relación con la campaña electoral. Éste, ilustrado con una imagen de la agonía del embajador estadounidense en Libia Chris Stevens, rezaba lo siguiente:

¿Dónde está la atrocidad ahora?
Si la administración Obama no va a proteger a los ciudadanos estadounidenses gay / gay-friendly del terror del radicalismo islámico, ¿qué te hace pensar que nos protegerán de la ley de la shariah… en ningún sitio? Los Republicanos Log Cabin de Broward están unidos en su apoyo a la igualdad de derechos en el Estado de Israel. Israel, independientemente de la orientación sexual de cada uno, es la única luz de esperanza en Oriente Medio que defiende los derechos humanos de nuestra comunidad. Apoya a Israel en esta hora oscura. ¡Vota Republicano!” 
El anuncio despertó muchas críticas e, incluso, de la propia central del grupo Log Cabin, quienes publicaron un comunicado desvinculándose e, incluso, rechazando su discurso pues la muerte de Chris Stevens no estaba motivada por la homofobia. El anuncio de Log Cabin insinuaba, claro, la homosexualidad del embajador, un rumor que había despertado un bloguero republicano y homosexual llamado Kevin DuJan (DuJan también ha escrito sobre la homosexualidad de Barack Obama y es conocido por su discurso homonacionalista e islamófobo; en un artículo titulado “¿Por qué los demócratas de izquierdas defienden el islam y culpan a las víctimas de los musulmanes?” relata el intento de atentado del estadounidense Adel Daoud en Chicago frente a un bar, que, aunque su nombre fuera desconocido, intenta demostrar que se trata de uno de ambiente gay, y hace la equivalencia directa entre homofobia e islam: “islam: la ‘religión de la paz’ que intenta hacer estallar a los gays […]; el Islam no es compatible con la civilización occidental. O con ninguna, por la propia naturaleza de la palabra”).

El rechazo de la central de LGR, basado en la falta de motivación homófoba del atentado, así como la indignación general ante el uso de la imagen del embajador agonizante, pasan por alto lo irrelevante de la orientación afectivo-sexual de Chris Stevens en el caso: se trata, una vez más, de reproducir la dicotomía excluyente islam/homosexualidad, que reproduce asimismo los mismos binarismos civilización/barbarie o racionalidad/irracionalidad, colocando al Estado de Israel como el único representante de la civilización en Oriente Medio y recordando la incapacidad de los países de mayoría musulmana de decidir su dirección política sin el control occidental. 

Supongo que esto es lo que escribes cuando hablas y piensas solo desde una variable. 

Sí, Kevin DuJan sería un gay de derechas, ¿no? Y sería además un gay racista, islamófobo e imperialista. ¿Podríamos aislarlo de otra posición en relación con la diversidad en el sistema sexo/género/deseo? ¿Podría posicionarse como anti-homófobo a la vez que racista? ¿A la vez que neoliberal? ¿A la vez que clasista? Se puede ser gay de derechas, pero desde luego que no se puede luchar contra la homobia desde esa ubicación. Mi feminismo será interseccional o será una mierda. 


De masculinidad(es)

 

There is no such thing as single-issue struggles because we don't live single-issue lives.
Audre Lorde

Hace un mes (el 6 de octubre), El País Semanal publicó un número especial de moda (que no la revista SModa, sino un especial diferenciado, publicidad disfrazada de contenido, claro) sobre masculinidades femeninas (el titular era "Estilo libre: Las tendencias de otoño para mujer se apoderan de códigos masculinos").

No me gusta mucho emplear el término masculinidad femenina, pero no se me ocurre uno mejor. Es el empleado, además, en la traducción de Javier Sáez del clásico de J. Jack Halberstam de 1998: Female Masculinity. Cuando decimos masculinidad(es) femenina(s) me refiero a la(s) masculinidad(es) que atraviesa(n) los cuerpos asignados como mujeres en el nacimiento, independientemente de su identidad de género, así como la masculinidad que atraviesa los cuerpos de las mujeres trans* y personas queer. Podríamos hablar, entonces, de la masculinidad encarnada por cuerpos e identidades con dudosa legitimidad para ello en la sociedad cis-heteropatriarcal. En el ensayo de Halberstam, éstx parte de que la masculinidad “no debe y no puede ser reducida al cuerpo del hombre y a sus efectos”. Así, estudia la masculinidad en las "biomujeres" (otro término problemático...) no como una imitación de la masculinidad en los hombres, sino como un elemento clave para comprender la construcción de la masculinidad en sí.

En el contexto del estado español, Lucas Platero ha trabajado este tema en diferentes artículos y congresos (si nos quedamos en la parte más académica, claro). En su comunicación en las Jornadas Estatales Feministas de Granada (2009), habla de cómo la masculinidad in-corpor-ada por "biomujeres" ocupa diferentes espacios identiarios: pluma azul/rosa, marimacho, camionera, butches, bois, trans, drag kings. Así, Lucas estudia la percepción de esta masculinidad como impostura (de clase social, de género, de edad, de sexualidad, de competencias), como espacio de fealdad indeseable, como atractiva en ciertas comunidades, como signo de perversión…: “La masculinidad de las mujeres pone en tela de juicio dos importantes normas: la heterosexual y la diferencia sexual y, así, sus guardianes reaccionan para mantener la legitimidad de las mismas”.

Las "masculinidades femeninas" son identidades, flujos y discursos subversivos que se salen del marco hegemónico del sistema sexo/género/deseo, pero en reportajes y números como con los que últimamente nos sorprende El País (en el último dominical, como bien me avisó mi amiga E., había otro reportaje titulado: "Moda masculina para ambos sexos"), vemos los riesgos de absorción de este discurso por parte del sistema capitalita heteropatriarcal. En un congreso sobre masculinidades que se celebra estos días en la Universidad Carlos III, Carmen G. Marín se lamentaba ayer en una mesa sobre culturas de la masculinidad: "después de oírnos a todxs, parece que todo ha sido un fracaso, que llevamos años planteando discursos disidentes pero que todos son reabsorbidos de nuevo por el sistema hegemónico". Como salida se plantea un análisis interseccional: sin él, cualquier disidencia monoaxial del sistema heterocapitalista podrá ser readaptada para el consumo. El número de El País Semanal sobre masculinidades femeninas es un buen ejemplo de ello: disidencia en la expresión de género, pero manteniendo todos los demás privilegios (de clase social, "capacidad", raza, situación legal...; de hecho, el único ejemplo de diversidad de cualquier tipo en todo el número es una modelo negra, Grace Jones, cuyo apartado titulan, sin ningún pudor: "la modelo más exótica"). 

Fuente


El centro del mundo

Kelly Zen-Yie Tsai es artista de spoken-word, cineasta, dramaturga... Se define como nacida en Chicago, ubicada en Brooklyn, china-taiwanesa-estadounidense, y sus obras giran en torno al orgullo y supervivencia cultural.

Su nuevo proyecto es #SelfCentered. Se trata de un "poema hablado" grabado en panorámica de 360º. Tsai quiere "alentar alx espectadorx a centrarse en sí mismx por una buena razón, imaginar cómo sería si la cultura y la sociedad girase a su alrededor -en este caso alrededor de las 'mujeres tatuadas asiáticas que miden 5"2'- y, así, resaltar la relación entre unx y otrx, margen y centro, y reflexionar sobre lo que ocurriría si las tornas girasen" [cita].

El video es alucinante. Se puede ver en Youtube pero es mejor verlo en este otro enlace, porque puedes interactuar y moverte alrededor de los 360º.


Tsai invita a que reflexiones sobre cómo sería el mundo si se centrase en ti (quizá no tan diferente en función de tus/nuestros privilegios). El texto de la obra, así como todos los créditos, aparecen es este enlace. Me permito mal-traducirlo a continuación al español.

si fuera el centro de todo por un día…

todo apuntaría hacia,
sería dictado por,
complacería a,
hecho a la medida de
mujeres asiáticas tatuadas que midieran uno sesenta
 

cuando encendieras la televisión…
 

nada de martha stewart,
tom brokaw,
katie couric,
o steven colbert:
solo mujeres asiáticas tatuadas que midieran uno sesenta
 

dando consejos de maquillaje para el ojo asiático
instrucciones sobre cómo educar en el multilingüismo
a lxs niñxs en América,
anuncios de diseñadores de encargo
que modernicen las casas para los fabulosamente menudxs,
noticias que nos hablan de las últimas campañas organizadas por la comunidad
y a donde van los mejores DJ
todo complaciéndome a mí…
 

todas las películas contarían las historias
de chicas solteras activistas liberadas obstinadas cerebritos
y de nuestros perdedores novios


sanando heridas con la familia en el extranjero
mientras luchamos por salarios justos para lxs obrerxs
en las fábricas alrededor del mundo, lo que sería fácil
dado que todos los gobiernos estarían dirigidos
por mujeres asiáticas tatuadas que midieran uno sesenta


saludaríamos a las cámaras con entusiasmo, repartiríamos
sándwiches gratis al mundo entero cada miércoles,
conjuntaríamos nuestro brillo de labios con nuestras botas de comercio justo
y organizaríamos un baile cada vez que firmáramos un proyecto de ley verdaderamente revolucionario
y me permitiría preguntar cosas tontas a la gente todo el día,
porque ¿no son todxs mujeres asiáticas tatuadas que midieran uno sesenta?
¿y no es genial ser nosotras?
 

¿pero sabes qué?

puede que te permita,


no-mujer, no-asiática,
no-tatuada, no-uno-sesenta


puede que te permita mantener tus lenguas
puede que incluso te dé acceso igualitario a la educación y a la sanidad también
puede que incluso comparta las ondas radiofónicas y nuestros gobiernos
puede que te […] en nuestras instituciones financieras


porque sé
que no hay tú sin yo,
y desde el unx hasta el otrx,


sé que no hay yo
sin tú    


Los más solos

Fuente de la imagen


El Teatro del Azoro de El Salvador está en Madrid (y en otros rincones de la península) presentando estos días la obra Los más solos, basada en este artículo de Carlos Martínez sobre el pabellón psiquiátrico de la cárcel de Soyapango. Los más solos, los olvidados.

En cursiva escribo fragmentos de El poder psiquiátrico (Michel Foucault, 1973-1974, edición Akal de 2005). Escribo entre corchetes escenas de la representación teatral. El resto son fragmentos de mi diario de enero de 2008 (obviamente todos los nombres y datos personales están modificados).



[No hay puertas ni celdas individuales. Todos en sus catres unos junto a los otros. Víctor Álvarez perdió su pierna tras romperse una uña del dedo del pie jugando al fútbol. Se le infectó por estar su cama muy cerca de los baños. Nadie podía dormir porque gritaba y lloraba de dolor por las noches. Le amputaron la pierna cuando ya era demasiado tarde para curarle la herida. Murió el año pasado por un choque séptico. Los ruidos y los pasos y los tocotoqueos compulsivos de lxs presxs].

Gritos en el pasillo. Oscuridad. Voces y ruido de pies que corren de un lado a otro. Me cuesta respirar. Imagino que Josefina ha tenido una crisis. La imagino convulsionando en su cuarto. Y las correas de cuero. Todavía existen correas de cuero. Qué hago yo aquí. El mundo entero cabe en un pasillo de cuarenta metros cuadrados. Toda la vida cabe en una planta de hospital. Un salón comedor. Dormitorios. El miedo mata.

Durante todo el transcurso de la terapéutica, es decir, de la operación médica que debe conducir a la curación, cualquier contacto con la familia es pertubador y peligroso; en la medida de lo posible, es preciso evitarlo. Se trata, como ven, del principio de aislamiento o, mejor (...) parece indicar que el enfermo debe estar solo (...), el principio del mundo ajeno. (p. 104). 

No me dijeron que mi madre no se podía quedar. No me dijeron que nadie se podría quedar. No me dijeron que tendría que estar sola. La puerta se cierra y no se puede volver a abrir. No he visto nunca nada tan cerrado. No lo puedes explicar con palabras. Tan sola.

[Víctor Álvarez mató a su madre. Víctor Álvarez intenta hablar con su mamá. Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá. Lo susurra, lo grita lo grita lo grita. En su catre con su pierna gangrenada. Mamá no responde. Está solo. Tan solo]. 

Contra la omnipotencia del delirio, la realidad del médico, con la omnipotencia que le da, precisamente, el desequilibrio estatuario del asilo (p. 152). Ante todo, la primera realidad con que el enfermo debe toparse, y que es en cierta manera aquella a través de la cual los otros elementos de la realidad van a estar obligados a pasar, es el cuerpo del psiquiatra (p. 184)

-Pero es sólo una crisis, no sé si es necesario el ingreso-, dice mi madre-. Incluso a lo mejor está peor aquí, tan triste. La psiquiatra de urgencias nos mira. No tengo miedo. Al menos, no tengo tanto miedo como antes. 

-Pero se curará, ¿no? Llevamos muchos años que sí que no.

La psiquiatra vuelve a mirarnos. Suspira.

-Llevo trabajando desde esta mañana y son las once de la noche. No tengo tiempo para filosofar. Si lo desea, puede firmar aquí.

No solo se trata de demostrar que todo criminal es un posible loco como de demostrar que todo loco es un posible criminal (p. 257). Dame tu síntoma y te sacaré la culpa (p. 272).

[Víctor, Cerebro, Choreja y Levy pertenecen a una generación que sufrió durante su infancia o juventud la guerra civil salvadoreña. Ahora los cuatro están junto con otros hombres y mujeres diagnosticados con enfermedades mentales en el pabellón psiquiátrico de la cárcel. Las visitas están permitidas todos los días a la hora del almuerzo, pero nadie viene a verlos].

Corre desnuda. A veces roba el lápiz de ojos y se pinta la cara de negro. Cuando entra así al salón, los chicos ríen. Está atada en la cama de su dormitorio. Josefina lleva toda su vida siendo atada en cama de hospitales. El miedo mata. Pero es peor cuando no lo hace. Debajo del radiador vive un cocodrilo. La nueva reza al cocodrilo. La nueva se llama Isabel algunos días. Otros días es Ana. Otros no se llama. Puedes volverte loco de pensarlo. Y luego es demasiado tarde. Marisa no se quiso volver loca de pensarlo. Y empezó a cortarse para no pensar. Cuando su madre entró y vio la sangre, llamó a una ambulancia. Porque ya era tarde. Marisa ya estaba loca. Estudia Filología Inglesa en la Universidad Complutense. Tiene veintidós años. Azahara es rubia, aunque tiene nombre de morena. Azahara cuenta muchas cosas. La violó su padre. O está casada. O no tiene hijos. O tiene dos. O fue abandonada. Azahara es frágil. Cuando anda, se va rompiendo a cada paso. Y a veces grita y llora e insulta. Marco no puede salir de casa. Para sacar la basura, toma diez valerianas, cinco lexatines, tres tranxilium y se pone dos orfidales debajo de la lengua. Ahora está aquí. Su mundo en la planta de hospital que menos pastillas tiene del mundo. Marco está sentado en un sofá. No habla. No se mueve. Cree que no podrá. El miedo mata. Y él está a punto de morir. 

Es muy bueno ver la locura de los otros, siempre que cada enfermo pueda percibir a esos otros locos que están a su lado como los percibe el médico. (...) el paciente en cuestión, al percibir de manera triangular la locura de los demás, terminará por comprender qué es estar loco. (p. 110-111)

[Los presos/pacientes caminan despacio, a la par, un pasito detrás del anterior, con sus muecas, sus movimientos, sus gestos no normativos. Están locos, piensa el público. Están locos, son tontitos, son retrasados].

Mi madre se asusta la primera vez que me ve. Camino junto con el resto de pacientes/¿presos? Despacio, a la par, un pasito detrás del anterior, todxs con sus muecas, sus movimientos, sus gestos no normativos. Una enfermera nos vigila en la cabeza de la fila: "Uno detrás de otro, no adelantéis esta línea que trazo con mis brazos". No es como ellos, piensa mi madre. Ellos están locos, son tontitos, son retrasados. No soy como ellos, pienso al principio, están locos, son tontitos, son retrasados. Soy como ellos, pienso tras más paseos, pasito a pasito, sin adelantar a la moni, estoy loca, soy tontita, soy retrasada.

¿Qué factores curan en el hospital? (...) En esencia, es una cosa: lo que cura en el hospital es el hospital mismo. (p 108) La gran carencia organizada por la disciplina asilar es tal vez la mera falta de libertad (...) genera al enfermo una nueva necesidad antes desconocida, la necesidad de libertad (...). Va a esbozarse la realidad de un mundo externo que la omnipotencia de la locura tendría a negar, un mundo externo que, más allá de los muros, va a imponerse cada vez más como realidad inaccesible, es cierto, pero solo inaccesible durante el tiempo de la locura (p. 160)

Ayer fue el cumpleaños de Marisa. Pienso en comprarle ese libro del que habló. Pienso en acercarme y dejarlo en la recepción, y que se lo den en hora de visita. Y unas chucherías, que le encantan, aunque no se pueda traer comida. Pero no quiero volver a acercarme. No quiero volver a respirar ese aire. No quiero volver a pisar ese suelo. Estoy salvada. ¿Salvada? Ya no queda nada. Miro dentro de mí. Miedo. Sólo miedo. Haré lo que sea por no volver a entrar viva a ese sitio. Hasta curarme. El hospital me ha curado.

No se puede salir del asilo, no porque la salida esté lejos, sino porque la entrada está demasiado cerca (p. 267)


¡Qué barbaridad!


Barbaridades es un fanzine colectivo cuyo nombre se inspira en la película Juggling Gender (Tami Gold, 1992). Este documental retrata a Jennifer Miller, una artista lesbiana que decide vivir con su barba. Vemos cómo renuncia a quitarse los pelos que le brotan de la cara, después de haberse sometido a depilaciones láser, a agresiones por parte de desconocidos y de familiares e incluso de la comunidad LGTB+. Observamos cómo se apodera de esa barba señalada, estigmatizada, que estorba, que nadie quiere mirar, que resulta un problema para la clase, el género y la sexualidad. Ante la sociedad dominante, una mujer con barba, al igual que una puta, una violada, una lesbiana, una negra, indígena, una que se corre a chorros, una transexual resultan ser un espanto y han sido históricamente inferiorizadas. Nosotras queremos resignificarnos desde esta especie de barba que brota en nuestros cuerpos tal y como lo hacen nuestros pelos. Esta barba a veces invisible, otras no, resulta ser un lugar desde el que apoyarse, alzarse, donde plantarle cara a las pesadas lacras de la normalidad. Nos tragamos las taras, nos apropiamos de ellas, las convertimos en textos, fotos, imágenes, vídeos, audios, performances, películas, postales, danzas... para resistir juntxs desde ahí.

Este sábado día 9 presentamos el fanzine colectivo Barbaridades (la web está todavía un poco desnuda, pero se irá nutriendo), en el espacio Checoslovaquia34 a las 8pm. Habrá música y presentaciones de algunos de los proyectos. Y no puedo dejar de enlazar Angelito, el video con el que participamos en el proyecto algunas compas.


De(pos)lenguaje



Las grandes ideas, y el feminismo lo es, pueden expresarse de manera sencilla. Si no, no son grandes ideas. [...] El lenguaje oscuro ha sido siempre una de las mayores herramientas del poder [...]. Cada mujer agotada, cansada de su vida, y son muchas, guarda en potencia a una feminista. Y para ello no hace falta haberse leído ni a Simone de Beauvoir ni a Judith Butler ni a Amelia Valcárcel.
Rosario Hernández Catalán


Se me han mezclado la jornada de ayer en la Karakola y el curso al que estoy asistiendo en Traficantes sobre psicoanálisis lacaniano.

Unas compas hicieron posible que Julieta Paredes pudiera estar en Madrid hablando sobre feminismo comunitario. Julieta, de Mujeres Creando Comunidad, tiene, entre otros, un libro llamado "Hilando fino: Desde el feminismo comunitario". Red Nosotras En El Mundo estuvo emitiendo en streaming, no sé si subirán el audio. La charla y el turno de debate fueron muy emocionantes. Me gustó el lenguaje y me gustó el contenido, pensando cada vez más en términos de comunidad y en interdependencia. También pensé que me habría gustado que muchas personas importantes para mí estuvieran ahí escuchando.

¿A qué viene el curso de Traficantes de psicoanálisis lacaniano? A que ahí no entiendo nada. Entiendo, claro, pero todo exige un gran esfuerzo mental de traducción de vocabulario, y no hablo solo de conceptos específicos, y no hablo solo de psicoanálisis lacaniano. No habría problema si todas las referencias y palabras que utilizaran/utilizáramos en determinados contextos fueran realmente necesarias porque reflejasen un significado realmente único, pero cada día dudo más de que así sea.

Si no puedes explicárselo a mi abuela, no es mi revolución.

A los estudiantes con los que trabajo se les ha enseñado a dar a los libros mucha más autoridad de la que dan a sus vidas [...] El lenguaje innecesariamente especializado se utiliza para humillar a quienes se supone que no deben sentirse autorizados para entenderlo. Vende la ilusión de que sólo quienes pueden manejarlo son capaces de pensar.
Aurora Levins Morales (2001 [2004]): "Intelectual orgánica certificada" en La Eskalera Karakola (ed.): Otras inapropiables. Feminismo desde las fronteras. Madrid: Traficantes de Sueños. Licencia de reproducción Creative Commons.


Mear

Cómo mear como una persona trans (How to Piss Like a Trans Person, 2013)




Elx autorx es Dmitri. Hay un texto junto a la obra, que dice (lo traduzco del inglés):

Todo el mundo necesita usar el baño, pero solo algunxs de nosotrxs tenemos que entrar en complicadas negociaciones políticas y arquitectónicas para utilizarlos. El hecho es que es más fácil acceder a los baños para algunxs de nosotrxs que para otrxs, y la gente que nunca piensa dónde y cómo pueden hacer pis tiene mucho control sobre cómo nos sentimos el resto a la hora de usar el baño [...] ¿Quién tiene el privilegio de saber que cualquier baño va a responder a sus necesidades? Todo el mundo necesita utilizar el baño, pero no todos nosotrxs podemos.
Simone Chess, Alison Kafer, Jessi Quizar, and Mattie Udora Richardson (miembros de PISSAR -People in Search of Safe and Accessible Restrooms-): "Calling All Restroom Revolutionaires"

Además de en las identidades y expresiones de género no normativas, esto me hace pensar en la diversidad funcional. También me acuerdo de Basura y género. Mear/Cagar. Masculino/Femenino (Beatriz Preciado) y de Genderpoo (Coco Riot).


¡Bingo!

El año pasado escribía sobre la manifestación por la despatologización trans y sobre los privilegios cisgénero. Hoy marchamos en Madrid (y en otros municipios) por el orgullo transfeminista:

Cada año somos más, nuestras luchas por unos cuerpos que nos pertenecen, se cruzan, haciéndose más amplias y plurales, más grandes. Todas aquellas personas que estamos fuera de la normatividad corporal, sexual, racial, de clase, que exige esta sociedad, gritamos más fuerte que nunca: que yo habito mi cuerpo y "OTROS CUERPOS SON POSIBLES".

Para pensar el privilegio, añado traducida el bingo delx llorica privilegiadx. Se diseñó en un principio en relación con el privilegio racial (como este), pero se ha ido ampliando para otros privilegios. Mi traducción es de esta imagen.





Felices/Normales


Descripción de la imagen: Fotograma de la película Harry Potter y la órden del fénix (David Yates, 2007), en el que el personaje de Luna Lovegood dice: "Estás tan cuerdo como yo".

No lo hago a propósito aunque siempre me salga escribir sobre locura el día de la salud mental. Este año la Confederación Española de Agrupación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental lanza una campaña llamada Queremos ser felices, y el título del manifiesto es No nos conformamos con ser normales. Queremos ser felices, en alusión a la obra de Jeanette Winterson ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, de la que hablaba en otra ocasión.

La semana pasada se publicaba la noticia de una mujer no armada asesinada en Washington por la policía tras una persecución provocada por el choque de su vehículo contra una zona protegida por bolardos del exterior de la Casa Blanca. Ahora la pieza ya está actualizada, pero en su momento el dato de que "tenía antecedentes de problemas de salud mental" no parecían tener ninguna relación con el artículo (ahora es ese directamente el titular, aunque sigue sin tener ninguna relevancia). ¿Problemas de salud mental? ¿Antecedentes? ¿Qué es eso exactamente? ¿Por qué lo saben lxs periodistas? En algún momento de mi vida podría haber dicho: "¿a qué se refieren? no es lo mismo que sea esquizofrénica a que haya tenido alguna vez síntomas depresivos, por ejemplo". Ahora sé ya que esa división entre locxs-de-verdad / normales-con-algún-problema es tremendamente tóxica y no hace más que repetir los patrones segregacionistas.

Hago el horror de citarme a mí misma en una entrada pasada en la que resumía algunos conceptos de la lucha anti-capacitista y anti-mentalista:

Cuando se habla de diversidad funcional  y neurológica, el imaginario suele llevarnos a arquetipos de movilidad reducida, aunque la diversidad funcional (física, neurológica, cognitiva, psicológica) es amplísima y no siempre es visible. En el movimiento por la diversidad funcional en Estados Unidos y Canadá hay mucho trabajo en la diversidad cognitiva relacionada con el autismo (en Tumblr hay mucho activismo cibernético de autistas y aliadxs). Hay un activismo parecido con la diversidad psicológica-psiquiátrica, el mad pride (orgullo loco), que se inició en Canadá pero que ha tenido segumiento en Estados Unidos y en Reino Unido. Se reapropia de términos como mad, nutter o psycho. El movimiento más importante en relación al mentalismo (capacitismo relacionado con la diversidad psicológica-psiquátrica) es de los supervivientes de la psiquatría y la antipsiquatría. No todos los activismos de la diversidad psicológica-cognitiva son antipsiquiátricos, pero sí todos luchan en pro de una mejor psiquiatría y de más autonomía y capacidad de decisión en los tratamientos.

Precisamente hace un par de días hablaba con L. sobre mi relación con mis diagnósticos y mi "psiquiatrización". Desde las corrientas postmodernas del feminismo hablan/hablamos de la centralidad del discurso: el cuerpo como discurso, nosotrxs como discurso, las enfermedades como discurso... Me gustó mucho cómo Beto Preciado, en la Somateca, hablaba de los diagnósticos como ficciones políticas, del sida, en concreto, como ficción política, pero, y cito de memoria, "pero la gente muere de sida, para Foucault todo era discurso y Foucault murió de sida". Así surgieron las ficciones políticas vivas. Los diagnósticos psiquiátricos serán producto de una sociedad neoliberal obsesionada con la productividad, y mi dependencia del prozac estará íntimamente relacionada con las necesidades de la industra farmacéutica, pero eso no hace que deje de pensar que estaría muerta si no fuera por el prozac o por mi psiquiatra. Ficciones políticas vivas. ¿Qué haría Deleuze con esto? (¿por qué siempre nos olvidamos de Guattari?)

Descripción de la imagen: Viñeta titulada Los trastornos mentales no son adjetivos. En el centro, de unos labios salen diferentes bocadillos: "¡mi madre me chilló ayer! ¡es tan BIPOLAR!", ""casi me provocas un ataque de pánico!", "¡estás súper anoréxica!", "¡para de ser tan psicópata!"; "¡mi TOC sale a la luz otra vez!", "oh, sí, ayer me sentía realmente deprimidx", "¡te juro que estoy como retrasado!"; "estuve despiertx hasta la una, ¡mi insomnio es un asco!"



Gorda

Descripción: Un hombre le dice a una mujer "Sabes, ni siquiere te veo rellenita. A mis ojos, eres perfecta, no eres "gorda", eres preciosa"; ella le contesta: "en realidad, gilipollas, soy ambas cosas".
Fuente

 
Siempre he estado más o menos a dieta. Eso no quiere decir que me haya limitado mucho o que haya seguido planes estrictos más que en (muy) pocas ocasiones, sino que siempre había una parte de mi cabeza que estaba a dieta, lo que no hacía que dejara de comer, pero sí que me sintiera culpable al hacerlo. (Lo que me recuerda, en relación a una conversación del otro día, que este es uno de mis pecados biopolíticos...).

Llevo poco tiempo leyendo cosas sobre gordofobia, liberación gorda y activismo gordo, pero aún así ya he hecho descubrimientos bastante interesantes (aunque prácticamente todos en inglés).

Hay un tumblr muy interesante llamado This is Thin Privilege (Esto es Privilegio de Delgadxs), donde la gente sube experiencias relacionadas con la gordofobia. He aprendido mucho, sobre todo sobre la no-correlación entre delgadez y salud y sobre mis propios prejuicios acerca de la gordura.

Este es un artículo muy interesante (en inglés) sobre la interseccionalidad de privilegio delgado y otras variables (específicamente raza y género). Aquí otro (también en inglés) sobre por qué la liberación gorda es algo totalmente queer. Y aquí una entrada (inglés) sobre cómo no ser unx gilipollas con tus amigxs gordxs.

En español también habrá cosillas interesantes, pero he encontrado menos. En su momento, La Letra Escarlata escribió sobre gordofobia, por no hablar del fanzine online Gorda! El blog Cuerpos Positivos también tiene muchas entradas interesantes sobre aceptación y positividad corporal.

Todo esto viene a que, como cada lunes, vuelvo a ponerme a dieta. Y a que no encuentro ropa para mí en muchísimas tiendas. Y ambas cosas pese a que yo me veo estupenda.





Cuerpos sexuados



Tenía muchas ganas de leer entero Cuerpos sexuados: la política de género y la construcción de la sexualidad (Anne Fausto-Sterling, 2000). Lo guardaré en la misma estantería mental que La construcción del sexo: Cuerpo y género desde los griegos hasta Freud (Thomas Laqueur, 1990) o Ciencia, cyborgs y mujeres (Donna Haraway, 1991). La estantería se llama respuesta a "si me parece muy bien todo esto del feminismo y de la construcción social del género, pero biológicamente blablabla". Aunque sea un nombre un poco largo para un rótulo.

Fausto-Sterling se define como bióloga, feminista e historiadora de la ciencia. El libro empieza con la historia de María Patiño, vallista española que fue expulsada de los mundiales de Kobe de 1985 por no pasar el control de género. Dedica varios capítulos a hablar de intersexualidad, tras lo que se centra en cómo se han entretejido (y siguen entretejiendo) ciencia y cultura a la hora de sexualizar y "dicotomizar" el cuerpo, el cerebro y las hormonas.

"Nuestros cuerpos son demasiado complejos para proporcionarnos respuestas definidas sobre las diferencias sexuales. Cuanto más buscamos una base física simple para el sexo, más claro resulta que 'sexo' no es una categoría puramente física [...]. Mi intención es mostrar la dependencia mutua de estas afirmaciones, en parte abordando temas como la manera en que los científicos (a través de su vida diaria, experimentos y prácticas médicas) crean verdades sobre la sexualidad; cómo nuestros cuerpos incorporan y confirman estas verdades; y cómo estas verdades, esculpidas por el medio social en el que los biólogos ejercen su profesión, remodelan a su vez nuestro entorno cultural" (pp. 19-20).

Aquí se puede acceder al pdf del libro en inglés.

La imagen está extraída de ese documento (página 59).
Descripción de la imagen: regla falométrica sobre el tamaño del clítoris/pene tras el nacimiento del bebé. De 0 a 1 centímetro: es una niña y un clítoris médicamente aceptable; de 2,5 a 5 centímetros: es un niño y un pene médicamente aceptable; entre 1 y 2,5 centímetros: ¡es inaceptable! ¡hay que operar!


Apuntes de verano

Fotograma de El color púrpura (Steven Spielberg, 1987)


Me llevé de viaje al tiempo y por casualidad El color púrpura, de Alice Walker y Feminismos negros: una antología (editado por Mercedes Jabardo; ¡lo puedes descargar gratis desde Traficantes de Sueños!). No sé desde cuándo llevaba El color púrpura dando vueltas de estante en estante y no sé cómo no lo había leído antes. Atracón interseccional en la playa.

Chelsea Manning quiere cargarse el patriarcado ella sola, como diría Irene. Ahora también destapa la transfobia y el cis-sexismo imperante en los medios de comunicación, que no saben cómo llamarla o cómo tratarla. Que incluso se niegan explícitamente a utilizar los pronombres correctos "hasta que no se vean cambios físicos". Mala idea o indiferencia o las dos cosas que incluso encontramos en medios presuntamente LGTB (me río de la T y me río de la inclusividad y de la alianza), como Cáscara Amarga o Ambiente G.

Las reacciones en torno a Manning han despertado muchos debates sobre las políticas carcelarias. En inglés estadounidense se habla de "prison-industrial complex" para referirse a la industria y mercantilización del sistema de prisiones. Es asombrosa la continuidad de la esclavitud en el sistema carcelario en Estados Unidos. Tanto Angela Davis como Dean Spade y Laura Whitehorn nos hablan sobre ello.

Hablando de prisiones estadounidenses y de interseccionalidad, vimos la serie The Orange is the New Black prácticamente en tres días. Estupendo su tratamiento y sus matices sobre tantas variables, y estupendo que sus meteduras de pata, intencionadas o por descuido (agresividad sexual y desprecio del consentimiento por parte de una protagonista, tratamiento del personaje white trash América profunda), despierten debates más interesantes que un programa menos cuidado. Menos mal que existe Autostraddle.

Toda la historia de Miley Cirus y su actuación y la misoginia y blablabla me aburre bastante. Me interesa más lo que he aprendido con las críticas a su video musical y a su baile del twerking (popular baile con claras implicaciones de género y de raza), en relación al concepto de apropiación cultural.

Fuente


¡Tullida!

Reapropiación de términos: Puta, Marica, Sordx. Fuente


Hasta este año no había escuchado el término crip y ahora lo encuentro en todas partes. El movimiento o la teoría crip serían a la diversidad funcional y neurológica lo que queer a la diversidad sexo/género/deseo. Siendo realmente simplones y monoaxiales, la verdad.

Crip viene de cripple (su equivalente en español vendría a ser tullidx o lisiadx), y la teoría y el movimiento crip surge como crítica dentro de los estudios de la diversidad funcional [disability studies], con un marco mucho más interseccional.

En Crip Theory: Cultural Signs of Queerness and Disability, Robert McRuer se acerca tanto a los movimientos de la diversidad funcional como a los queer en una aproximación transversal y crítica con la condición neoliberal y sus consecuencias capacitistas y productoras de un determinado cuerpo construido como normalizado y/o normalizable. Su análisis sobre el caso Sharon Kowalski, su crítica de la universidad y el academicismo capacitista así como su búsqueda de una alternativa crip-queer en la escritura (que personalmente no creo que termine de funcionar en su libro si lo entendemos como ejemplo tácito), han hecho que mi ejemplar tenga más subrayados que fragmentos sin marcar.

Este fragmento de The Examined Life (Astra Taylor, 2008) acompaña a Judith Butler y a Sunaura Taylor (activista del movimiento de diversidad funcional) por las calles de San Francisco. Son catorce minutos pero merecen la pena. [Aquí se puede ver con mejor calidad pero sin subtítulos]


También es genial, poniendo en relación todo esto con la danza, el trabajo de The Cost of Living, de DV8 Physical Theatre.


En el estado español tiene mucha importancia el movimiento de vida independiente, con el Foro. Hay un libro muy interesante publicado por Traficantes (¡aquí está el PDF!) y editado por el Foro de Vida Independiente y por la Agencia Precaria: Cojos, precarias... haciendo vidas que importan: Cuaderno sobre una alianza imprescindible. Está lleno de preguntas y da pocas respuestas, pero no vuelves a ver la (in)(ter)dependencia y la autonomía de la misma forma.

Cuando se habla de diversidad funcional  y neurológica, el imaginario suele llevarnos a arquetipos de movilidad reducida, aunque la diversidad funcional (física, neurológica, cognitiva, psicológica) es amplísima y no siempre es visible. En el movimiento por la diversidad funcional en Estados Unidos y Canadá hay mucho trabajo en la diversidad cognitiva relacionada con el autismo (en Tumblr hay mucho activismo cibernético de autistas y aliadxs). Hay un activismo parecido con la diversidad psicológica-psiquiátrica, el mad pride (orgullo loco), que se inició en Canadá pero que ha tenido segumiento en Estados Unidos y en Reino Unido. Se reapropia de términos como mad, nutter o psycho. El movimiento más importante en relación al mentalismo (capacitismo relacionado con la diversidad psicológica-psiquátrica) es de los supervivientes de la psiquatría y la antipsiquatría. No todos los activismos de la diversidad psicológica-cognitiva son antipsiquiátricos, pero sí todos luchan en pro de una mejor psiquiatría y de más autonomía y capacidad de decisión en los tratamientos.

En relación con la diversidad funcional (en toda su amplitud), hablábamos un día de cómo se generan discursos positivos sólo en tanto en cuanto se narren historias de superación de carácter cuasi-épico, anulando el "derecho a ser mediocre" si se quiere ser valoradx de alguna forma (véase cualquier video sobre deportistas paralímpicxs, por ejemplo).  Hay un blog con muy poquitas entradas pero con tiras muy interesantes. Una de ellas habla precisamente sobre esto:

Supercrip (Plural: Su-per-crips). En EEUU: Persona muy activa con discapacidad física : una persona que está muy en forma y es muy activa y se involucra en arduos deportes (informal) - a veces ofensivo.

"¡Conquistaré mi discapacidad!"

Completar actividades reservadas para La Gente Normal.

El supercrip deviene normal de forma heroica.

"Soy valiente. Soy un súper-humano"

PERO no tengo nada que superar. No soy el arquetipo supercrip. Todo es propaganda. Políticas de Lo Normal.


Hembrismo y feminismo

El feminismo es igual que el machismo pero al revés.
Unx ignorante, cualquier día

Ante esta sentencia se ha extendido un argumento muy sencillo de explicar y de entender: "no, lo contrario del machismo sería hembrismo, el feminismo aboga por la igualdad". 

Este argumento, sin embargo, es muy problemático. 

(1) Presupone que el machismo es la actitud o la ideología de un individuo, que considera superiores a los hombres sobre las mujeres. Entonces, si una persona considera superiores a las mujeres sería hembrista. Esta lógica aplastante pierde todo sentido si entendemos que el machismo no es una actitud ni una ideología individual, sino todo un sistema económico, social y cultural de carácter jerárquico que divide a la sociedad en dos únicos géneros y supedita uno de ellos al otro (como muy bien explica Dean Spade). Visto así, no cabe hablar de hembrismo pues no existe tal sistema en ese sentido.

(2) Sirve para dividir dialécticamente de nuevo al feminismo: el buen feminismo (comedido, se centra únicamente en la igualdad de derechos, encaja dentro del sistema...) contra el mal feminismo (radical, hembrista, feminazi). 

Y no, que una vez tu prima dijera que las mujeres son más listas que los hombres no convierte el hembrismo en un sistema económico, social y cultural opresor. Ni siquiera hace que merezca la pena inventarse un nombre. Y si me vas a decir que tú, progremachirulo, piensas que las mujeres son mejores que los hombres, tampoco eres hembrista, eres un machista paternalista disfrazado. Y se te ve venir. Y si venimos de leídos, Valerie Solanas tampoco era hembrista, SCUM era resistencia. Así que, por muy bienintencionado que fuera sacar el hembrismo para argumentar algunos puntos básicos desde la pedagogía feminista, no es ya más que otra falacia patriarcal. 

Memes Feministas




Interseccionalidad



Para entender el concepto de interseccionalidad recomiendo una y mil veces la introducción al libro editado por Lucas Platero Intersecciones: Cuerpos y sexualidades en la encrucijada.

A continuación intento traducir lo mejor posible el texto de Flavia Dzodan, publicado en 2011 en Tiger Beatdown: "MY FEMINISM WILL BE INTERSECTIONAL OR IT WILL BE BULLSHIT!"


¡Mi feminismo será interseccional o será una mierda!

Ahora visualiza esto: yo gritando la frase de aquí arriba. Enfadada. MUY ENFADADA de hecho. Gritándoselo a la pantalla de mi ordenador. Gritándoselo a nadie y a todxs. A ti. Tú, de quien podría no haber oído nunca o que podría no haber comentado jamás en este blog o en ninguna de las otras publicaciones donde se me puede encontrar garabateando regularmente mis ideas desconcertantes. Incluso aunque no nos hayamos conocido nunca antes, ESTOY, EN REALIDAD, GRITÁNDOTE AHORA MISMO. ¡MI FEMINISMO SERÁ INTERSECCIONAL O SERÁ UNA MIERDA! Y te lo estoy gritando porque quiero convencerte, quiero que te llegue que no es una elección o un concepto abstracto o un ejercicio intelectual. No te lo estoy gritando porque bueno, ya sabes, acabo de descubrir la interseccionalidad y OH DIOS MÍO ES TAN GUAY, TÍA. TIENES QUE LEER ESTO. No. Mi feminismo NECESITA ser interseccional porque como sudamericana, como latina, como persona que conoce íntimamente ciertas partes del Sur global por ser sureña [Southerner], como inmigrante que vive en Europa, como mujer, estoy en el medio de lo que me gusta llamar el "hojaldre de mierda". Este hojaldre de mierda es cada jodida capa sobre mí, bajo mí, a mi lado, alrededor de mí. Y en este metafórico hojaldre de mierda con múltiples capas de excrementos, soy el dulce de leche que se supone debería hacerlo aceptable para que alguien, más específicamente el kyriarcado, pueda comerme.

Y aquí está la cosa: mientras te grito, también te estoy pidiendo, no, EXIGIENDO que grites conmigo. Y te estoy pidiendo que te enfades tanto como me he enfadado yo esta pasada semana. Porque sin la rabia y sin la honesta indignación y sin la incesante y profunda exigencia de un cambio, mi feminismo, TU feminismo, los feminismos de todxs fracasarán. Serán una mierda.

Esta pasada semana he gritado mucho esto. Porque me gusta jugar a "une los puntos" (s.e. smith dixit) como práctica política. Juego a "une los puntos" incluso aunque a veces no consigo una imagen adecuadamente delineada sino el equivalente de lo que mi sobrino de un año haría jugando con un conjunto de rotuladores en la mesa del salón. Lo que quiero decir es que, a veces, las imágenes que trazo cuando conecto los puntos podrían no tener sentido o ser imprecisas o haberse saltado algunos puntos para llegar a ser exactas. Pero estoy dispuesta a pagar el precio de no tener siempre sentido con tal de que finalmente lo logre. Preferiría a veces parecer cogida por los pelos antes que perderme la imagen que me propone el hojaldre de mierda. Y estos últimso días he estado jugando a unir los puntos más de lo habitual. De ahí mi rabia. De ahí mi decepción con el feminismo. ¡FEMINISMO! ESTOY PROFUNDAMENTE DECEPCIONADA CONTIGO. Hasta el punto de que incluso he considerado descartar la etiqueta por completo. Y si eso sucediera, usaría una nueva etiqueta que resumiera mi política: Lanzallamismo [Flame-throwerism]. Donde prendería fuego al feminismo y sus cenizas rellenarían el arenero de mis gatos para que measen en él. Así de enfadada he estado con el feminismo esta semana. Furia nivel arenero del gato.

Capa uno del hojaldre de mierda de esta semana

Mi enfado fue inauguado por una simple fotografía. Tan solo un cartel amarillo, escrito con lo que parece un rotulador. Y esta pancarta indica que "la mujer es el negro del mundo" [la palabra n* para negro]. Sostenida por una participante blanca en la Slut Walk [slutwalks] de Nueva York. Estoy segura de que ya conocéis la historia. Y me enfado. Me enfado porque alguien no se haya dado cuenta de lo jodido y doloroso que eso era. Me enfado porque alguien ni siquiera conozca la historia tras esa palabra. Porque una mujer, una joven compañera que se identifica como feminista no haya hecho los deberes más básicos. Me enfado y me entristezco. Y luego me enfado y me entristezco otra vez. Los deberes más básicos no suponen haber leido artículos académicos que diseccionen la historia de la esclavitud, su legado, el colonialismo y la idea de que, durante siglos (e incluso ahora), las mujeres Negras hayan sido consideradas in-violables, de que esos cuerpos n* hayan sido (y, dolorosamente, todavía sean) considerados no-humanos. No, no espero un conocimiento matizado de todo esto. Tan solo ciertas habilidades básicas de empatía. Una mínima comprensión del significado que esconde una palabra. Un nivel Wikipedia de conocimiento, es decir, el abecedario del activismo feminista. Y cuando vi esta pancarta, grité "MI FEMINISMO SERÁ INTERSECCIONAL O SERÁ UNA MIERDA" por primera vez esta semana. Os lo grité a todxs vosotrxs, a todxs y a nadie. (Por cierto, en este punto, la más pequeña de mis gatxs se asustó de mis chillidos pero dejó escapar un maullido de placer ante la perspectiva de ese feminismo llegando a su arenero).  Y puedo oirte a ti ahora: "¡Pero Flavia! ¡¿Por qué te importa?! ¡Esa pancarta estaba en una slutwalk de Nueva York! ¡En otro continente! ¡¿Qué significa para ti?!" Resulta que todas mis políticas son sobre antirracismo. Más aún, el racismo sea probablemente contra lo que más lucho. En mi feminismo, en mi activismo político, en mis escritos, EN MI JODIDA VIDA DIARIA. Cuando me encuentro con comentarios sarcásticos sobre mi acento, cuando la gente desestima abiertamente mis ideas en un debate porque pronuncio mal una palabra neerlandesa, cuando se me habla de "esas personas" (mis compas inmigrantes no occidentales), CUANDO ME PEGAN UN PUÑETAZO EN LA CARA como me pegó una vez un gilipollas borracho mientras me llamaba "puta extranjera" [cunt alien]. Mi feminismo TIENE QUE ser antirracista porque es una capa importante en mi propio hojaldre de mierda.

Capa dos del hojaldre de mierda de esta semana

Después de que esta foto hiciera la ronda por algunos blogs y revistas online, acabó colgado en el muro de la propia página de Facebook de la Slut Walk de Nueva York. Y los comentarios se sucedieron. Y oh sí ¡QUÉ COMENTARIOS ESOS! ¡QUÉ IMAGEN PARA LA VISTA! Estos comentarios, documentados extensamente por Latoya Peterson ([bless her], el grado de paciencia y los matices que intentó aportar, además de los de otras mujeres de color [WoC] que intentaron que sus voces fueran escuchadas en este debate hacen que se me caiga el alma a los pies). Los comentarios oscilaron desde el típico "¡Pero si es solo una palabra!" hasta el "¡Ahora vivimos en otros tiempos!" y, entonces, el EPIC FAIL, la bochornosa, ignominiosa observación: "Os estáis yendo todxs a la versión negra de n*, nosotrxs estamos simplemente uniéndonos contra la versión humana de n*", lo que, como Eli Betta señala, eleva la dolorosa cuestión: "¿Es que la 'versión' negra está separada de la 'versión' humana?" Y me senté ahí leyendo este debate. Y actualicé la página durante horas. Se suponía que estas personas eran mis compañerxs feministas. Esto, como se me ha dicho a menudo, ¡ES MI SORORIDAD! [sisterhood] ¡Esta es mi gente! ¡PORQUE SOY FEMINISTA! Y por supuesto, grité entonces, tantas veces que, en este punto, empezó a dolerme la garganta. No estaba segura de que me doliera por los gritos o por las lágrimas contenidas. ¡MI FEMINISMO SERÁ INTERSECCIONAL O SERÁ UNA MIERDA! Lo grité cada vez que actualizaba y que veía un nuevo y desconocido nivel de fail en mi pantalla. No estaba solo decepcionada por el hecho de que mis compas feministas fueran capaces de tal vileza. Estaba decepcionada de que lxs propixs organizadorxs permitieran estos comentarios. De que, en el nombre de alguna concepción errónea del viejo tropo de "la libertad de expresión", no intervinieran y acabaran con esa carnicería. De que las personas tras la página de Facebook de la Slut Walk de Nueva York no entraran y eliminaran esos comentarios. PORQUE NO PUEDES RECLAMAR QUE QUIERES GARANTIZAR SEGURIDAD PARA LAS MUJERES MIENTRAS PERMITES QUE *ALGUNAS* MUJERES SEAN ATACADAS RACIALMENTE. PORQUE SI LO HACES, ERES UNX JODIDX HIPÓCRITA Y DEBERÍAS IR AHÍ Y DECIR "QUEREMOS GARANTIZAR SEGURIDAD PARA *ALGUNAS DE NOSOTRAS* MIENTRAS QUE EL RESTO, LOS CUERPOS OSCUROS Y MALTRATADOS DE LAS MUJERES NEGRAS SEAN INSULTADOS". Porque esto es una descripción más precisa de lo que quedaba reflejado. ¿Puedes ver que todavía estoy gritando mientras tecleo? ¿Puedes ver que estoy endadada? Y si no estás endadadx junto a mí ahora mismo, entonces no quiero ser parte de tu feminismo. Entonces no quiero ninguna maldita sororidad contigo o cualquier sinsentido con el que me vengas para justificar los fracasos de nuestro movimiento. Si no estás enfadadx ahora mismo, como yo lo estoy, entonces no somos parte del mismo equipo.

Y entonces ha pasado algo más: todo el hilo fue eliminado. Porque, bueno, LA GENTE ESTABA DICIENDO COSAS RACISTAS. Joder, la gente llevaba horas soltando comentarios racistas, sin que unx solx moderadorx interviniera en el debate. Sin que se eliminara un solo comentario ni se advirtiera a lxs comentaristas que habían sugerido que las mujeres Negras no eran humanas. En su lugar, eliminaron todo (en Racialicious hay un buen resumen de lo que ahora ya no está, además, para aquellos que tengan Tumblr, mucha gente ha hecho capturas de pantalla de algunos comentarios destacados). Sin embargo, ese borrado es imperdonable. Porque ese pequeño acto también eliminó los comentarios de aquellas personas Negras (y no Negras, seamos justxs) que se opusieron vehementemente a los apologetas. El hecho de eliminar el hilo también eliminó la oposición. Ahora nos quedamos con relatos de terceras partes y algunos comentarios, pero no podemos medir todo el alcance de la ofensa. Y lo siento, pero eso es jodidamente despreocupado e irresponsable. Si no puedes vigilar todo un hilo, si no puedes proveer un espacio seguro, entonces puede que no tengas derecho a organizar presuntos espacios seguros para otrxs; espacios como, oh, no sé, una manifestación masiva en Nueva York. Si, en lugar de admitir lo que ocurrió bajo tu vigilancia, eliminas todo, no quiero ser parte de tu feminismo. Voy a decirlo ahora, bien alto: NO SOY PARTE DE TU FEMINISMO. Espero haber sido clara con esto.

Capa tres del hojaldre de mierda de esta semana

No debería estar enfadada con ningunx de lxs nombradxs. O mejor dicho: si estuviera enfadada, debería llorar en silencio y no decírselo a nadie. Porque si digo una sola palabra, estoy arruinando la Slut Walk para todxs. O, por lo menos, eso es lo que me dijo Shira Tenant en su artículo en The Huffington Post hace un par de días:

El hecho es que la fuerza está en los números. Necesitamos toda la gente posible involucrada en la prevención de la violación y el acoso sexual. La reflexión autocrítica es importante en todos los movimientos políticos. Pero, en cierto punto, esa autocrítica resulta improductiva -o peor, divide un movimiento desde dentro.

Manteniendo el espíritu de aceptar las críticas, en lugar de escribir sobre los defectos de la Slut Walk, ¿qué pasaría si Keli Goff escribiera todo un artículo sobre el problema de las violaciones? ¿qué pasaría si Wendy J. Murphy usara su proyección mediática para atacar la violación y no a otras feministas? En lugar de reducir la Slut Walk a un evento que implica "desnudarse y autodenominarnos putas" -y luego rápidamente desestimando esto por "pasar por aguda réplica"- me gustaría que Rebecca Traister considerara las más profundas preocupaciones sobre acoso sexual que yacen bajo estos eventos. Me gustaría pedirle a Gail Dines que parara de perpetuar la desinformación sobre raza y protesta anti-violación.

Hoy, no necesitamos a Cointelpro para dividir a los grupos feministas. Lo estamos haciendo nosotrxs mismxs.


¡MI FEMINISMO SERÁ INTERSECCIONAL O SERÁ UNA MIERDA! ¿Ves de dónde vengo cuando digo esto? ¿Se supone que no debo aplicar esta perspectiva a la Slut Walk? ¿Debería ignorar la violencia resultante del debate sobre la palabra N*? ¡¿Se supone que debo pasar por alto esa violencia flagrante en el nombre de la sororidad?! ¡¿ES ESO LO QUE SE ESPERA DE MÍ?! Entonces, otra vez, no quiero ser parte de tal movimiento. El mandato podrido y reaccionario que proclama que la crítica divide y es indeseable no tiene lugar en mis políticas. Ya se llamen Feminismo o Lanzallamismo.

¿Lo veis? Nunca dije nada sobre la Slut Walk porque es un movimiento que no siento necesariamente como propio. Y eso está bien. No todas las iniciativas tienen que incluirme para ser válidas y valorables. Es valorable para algunas personas y eso está bien. Esa fue siempre mi postura en relación con este movimiento. Tengo poco interés en reclamar la palabra "slut" porque no tengo ninguna conexión emocional con ella. Puta, por otro lado, su equivalente en español, es otra historia. Porque era la lengua del hombre que me pegó mientras me llamaba puta. Porque esa es la lengua del mundo en el que crecí y donde las mujeres etiquetadas como putas también eran in-violables y no merecedoras de ser consideradas humanas. Porque puta es también una palabra peyorativa para referirse a las trabajadoras del sexo. Putas, todo un conjunto de mujeres que merecían la violencia. Pero "slut" no significa mucho para mí, personalmente, por lo que siempre observé la Slut Walk desde fuera. Cuando se dio en Amsterdam, no fui. Pero creía que estaba bien que otras mujeres fueran, aquellas que sentían que querían reclamar esa palabra. Mis políticas no necesitan ser idénticas a las de todxs lxs demás. Podemos diferir en las estrategias o en los modos de acción sin que esas diferencias se conviertan en abismos imposibles de saltar. Después de todo, las estrategias podrían diferir sin que los fines dejen de ser los mismos.

Pero después del debacle con estas discusiones sobre raza, no me he sentido de la misma forma. Ahora necesito posicionarme publicamente en contra de la Slut Walk. Sin embargo, se me dice, soy una mala feminista por hacerlo. Divido. Ahora soy parte del problema. Sin embargo, cualquier movimiento, sea feminista o sea cualquiera que pida que deshaga de mi mirada interseccional no es un movimiento que considere merecedor de mi lealtad. Es un movimiento activamente dirigido contra mí. Es un movimiento que le dice al hombre xenófobo que me pegó en la cara que bueno, en cierto modo es aceptable porque no nos posicionamos activamente contra el racismo. Más aún, en nuestros presuntos espacios seguros, el racismo se permite abiertamente. Y si la gente se queja, eliminaremos la prueba de nuestro malhacer.

No se supone que yo pueda decir nada de esto porque ahora soy parte de las Slut Wars [guerra interna de la Slut Walk, juego de palabras con Sex Wars]. Porque sí, ahora reclamaré la palabra puta mientras esta puta y furiosa latina te dice: No soy parte de tu feminismo. De hecho, nunca lo he sido. Porque si se supone que tengo que ignorar el racismo en nombre de tu iniciativa, significa que estamos en bandos contrarios. Incluso cuando el racismo ha sido utilizado históricamente como excusa para violar a determinadas mujeres. La misma acción contra la que se supone que lucháis. Pues entonces tengo un nuevo eslogan para vosotrxs, todo gratis: ¡Violación racista para algunas, mini Slut Walks para otras!
 
Capa cuatro del hojaldre de mierda de esta semana

OH DIOS MÍO COMPAS ¡TRES MUJERES AFRICANAS HAN GANADO EL PREMIO NOBEL! OH DIOS MÍO ¡UNA VICTORIA PARA EL FEMINISMO! Mi cuenta de Twitter se inundó de este tipo de expresiones de celebración. ¡HURRA HURRA HURRA! Imagíname, en este punto, lanzándole una mirada indirecta a la pantalla de mi ordenador. ¿Una victora para el feminismo, dices? ¿Cómo es eso? ¿Qué feminismo? ¿El feminismo de las tres capas del hojaldre de mierda que he descrito previamente? ¿Ahora estáis celebrando el Premio Nobel de tres mujeres africanas como vuestro cuando, una parte significativa y bien visible de vuestro movimiento no se ha posicionado junto a las incontables mujeres afroamericanas que han sido insultadas AHORA MISMO, UN CLICK MÁS ALLÁ TAMBIÉN EN NOMBRE DE VUESTRO MOVIMIENTO? ¡¿Pero de repente ESTAS tres mujeres africanas son una victoria del feminismo?! Lo siento, pero ¡¿qué?! Me estoy perdiendo algo. Ah claro. Sí. Me estoy perdiendo mi partida de "une los puntos", que no puede separar todos estos acontecimientos.

Más aún, y otra vez, también gratis, ¡voy a ofreceros un análisis interseccional más profundo de VUESTRO FEMINISMO! Estas tres mujeres africanas ganaron el Premio Nobel A PESAR DE VOSOTRXS. A pesar de vuestro trabajo activo para oprimirlas y joderles las vidas. Porque si vives en un estado occidental, en tu nombre, tu estado ha estado haciendo miserables las vidas de estas mujeres. Estas mujeres han logrado algo enorme, de proporciones épicas, a pesar de que el estado del que eres parte, un estado que actúa de tu parte y en tu nombre, ha estado machacándolas durante décadas, puede que siglos. Pero celebrando sus logros como victorias del feminismo, todo esto queda eliminado. ¡Exigimos su inclusión en nuestro movimiento! ¡COMPAS! ¡UNA RONDA DE APLAUSOS PARA NUESTRAS HERMANAS QUE GANARON EL PREMIO NOBEL!

Salvo que no. Porque vuestras otras hermanas, aquellas que construyen la cara más visible del feminismo occidental, están permitiendo que se sucedan actos innombrables de racismo bajo su supervisión. Y no podéis celebrar a estas tres específicas mujeres africanas sin situaros en sus realidades y en las realidades de todas las mujeres de color [WoC] a vuestro alrededor. Sin preguntaros por qué vuestro movimiento ha sido acusado tan a menudo de alienar a las mujeres de color, de no reconocer el legado de la esclavitud y del colonialismo en la cultura de la violación [rape culture], de no oponerse activamente a la violencia contra las mujeres de color y sin analizar el papel que vuestro estado tiene en la persistente violencia perpetrada contra la gente del Sur Global incluso hoy, mientras tecleo estas líneas. Salvo que vuestro feminismo esté activamente comprometido en todas las capas de este análisis multidimensional, NO TENÉIS DERECHO A RECLAMAR ESTAS MUJERES COMO VUESTRAS. Porque en la ciudad occidental en la que estáis leyendo esto ahora, las mujeres de color, mujeres que se parecen mucho a las ganadoras de este Premio Nobel, son sometidas a violencia racial diariamente. Y si estas ganadoras del Premio Nobel son vuestras hermanas en el feminismo, debo preguntaros la más obvia y difícil cuestión: ¡¿por qué no os posicionáis con tus otras y locales hermanas de color mientras sus cuerpos son violados, mientras sus hijxs son enviadxs a prisión en nombre de tu seguridad, cuando no encuentran empleo por el racismo institucionalizado, cuando son deportadas, cuando sus hijxs son llamadxs bebés ancla [anchor babies], cuando el Estado actúa en vuestro nombre esterilizándolas, cuando esas mujeres son llamadas N*?! ¿Cómo podéis justificar vuestra solidaridad selectiva con *algunas* mujeres de color cuyos logros no son diferentes de la carga de Sísifo si no estáis trabajando activamente en las causas de las mujeres de color que viven junto a vosotras? ¿Cómo no podéis ver que ambos casos están trágicamente interconectados?


Capa cinco del hojaldre de mierda de esta semana

Me duele. Dolor real y físico en el lado derecho de mi pecho. Ha sido así durante días y no tengo ni idea de qué lo está causando. Sé que ha ido a peor desde que he permitido que toda esta rabia se exteriorice. Duele incluso más que cuando estuve investigando para mi última entrada sobre los beneficios empresariales tras el negocio de lxs inmigrantes indocumentadxs. Obviamente, no se hace evidente en la propia entrada porque pasé días leyendo relatos sobre los abusos perpetrados contra los cuerpos migrantes. También vi el trailer de esta película que recomendó Eli en uno de los comentarios. Y lloré cuando una de las mujeres etíopes habló de su abuso en manos de los traficantes y cómo lo conectaba con la complicidad de la Unión Europea. Había sido violada en nombre de mi seguridad. Dado que soy una residente legal en un país europeo, tengo que aceptar que el estado, en mi nombre, estima aceptable que este cuerpo sea violado. Y también me duele porque aunque me esforcé mucho en ese artículo, a nadie pareció importarle mucho. Y DEBERÍA, JODER. No porque lo escribiera yo, a la mierda eso, no. Sino porque todo eso se hace EN VUESTRO NOMBRE. Porque si sois residentes legales en un país occidental, el estado está abusando activamente de esta gente en vuestro nombre. Estxs inmigrantes, cuerpos no blancos son tratadxs como despreciables porque LE HABÉIS PERMITIDO A VUESTRO ESTADO QUE LO HAGA. Y todavía poca gente parece conectar con ese artículo o encontrarlo merecedor de atención.

No me importa una mierda que yo lo escribiera. Más aún, por la presente os doy permiso para usar mis palabras como vuestras. No me citéis si no os apetece. Usad las palabras de ese artículo para debatir sobre el tema. Decidle a la gente que lo escribisteis vosotrxs si os apetece. PERO SI OS HACÉIS LLAMAR FEMINISTAS Y NO OS IMPORTA QUE ALGUNAS MUJERES DEN LUZ EN CONDICIONES INHUMANAS Y QUE SUS HIJXS SUFRAN TANTO QUE SUS LABIOS ESTÉN SELLADOS, ENTONCES NO SOY PARTE DE VUESTRO MOVIMIENTO. Y si no puedes deshacerte de tu parte de responsabilidad en estos hechos, que están pasando ahora mismo detrás de ti, entonces unx de nosotrxs no puede llamarse feminista.

Y si no podéis ver cómo esto está profundamente interconectado con todo lo anterior, con el racismo, con la violencia contra las mujeres de color, con la cultura de la violación, con el colonialismo, con nuestro desdén hacia la gente del Sur Global, con qué cuerpos son juzgados como humanos y cuáles no (y como tales, son in-violables), con la violencia institucional, con las guerras desatadas por nuestros estados en los países de donde proceden estas personas... si no podéis ver todo esto como parte del mismo paisaje, como parte del mismo ingente y opresivo hojaldre de mierda, entonces quizá no debería llamarme a mí misma feminista. Quizá, de hecho, lanzar llamas contra el feminismo es todo lo que me queda.

No voy a hacer eso todavía. Pero FEMINISMO, TE LO ADVIERTO: MI LANZALLAMAS ESTÁ CARGADO Y ME HAS DECEPCIONADO. Mis gatxs estarán contentxs de poder mearse en ti. 

Traducción al texto de Flavia Dzodan