Orgullosxs


¿Y a nosotrxs, quién nos rescata? es el título del manifiesto de Toma el orgullo para este 28 de junio.

Travestis, camioneras, sin techos, chaperas y maricones de todos los colores la liaron parda allá por el 28 de Junio de 1969. Apenas doscientas transmaricabollos levantaron barricadas y plantaron cara al acoso policial: barricadas de fuego contra la homofobia, la bollofobia, el clasismo, la plumofobia, el racismo y la transfobia. Barricadas de cuerpos que marcaron un antes y un después en la lucha por los derechos de todxs.

Cuarenta y tantos años después, seguimos levantando barricadas. Seguimos tomando calles y plazas contra el despotismo neoliberal que aplasta nuestras vidas. Seguimos luchando contra la violencia que nos despoja de nuestros empleos, de nuestras casas, de nuestra salud, de nuestro futuro. Seguimos en pie de guerra contra la brutalidad policial. Un año más nos enfrentamos cuerpo a cuerpo con la transmaricabollofobia.

Seguimos luchando por nuestra supervivencia. De luchas a vida o muerte, las transmaricabollos estamos en un máster permanente. El máster de la acera de enfrente.

Es allí donde heredamos la fuerza de grupos como Act-Up, Queer Nation y las Lesbian Avengers. Donde nos empapamos de la rabia y de las tácticas de guerrilla de las LSD y de la Radical Gai. Donde aprendimos lo que sabemos de resistencia. Por eso hoy nos levantamos de nuestros sofás, de nuestras asambleas, de nuestros ataúdes y de nuestras bicis. Venimos desde todos los barrios, desde todos los antros, desde debajo de las piedras de nuestras zonas de cruising y de los adoquines de nuestras esquinas. Para dejarles claro, una vez más, que no pasarán.

Que no saldrá adelante el Real Decreto fascista con que se pretende dejar sin cobertura sanitaria a lxs sin papeles. No queremos ver cómo se disparan las cifras de las enfermedades infecciosas, de la sífilis, de la tuberculosis, de la xenofobia. No queremos comprar los antirretrovirales en el mercado negro, ni volver a hacer recuento de seropositivxs muertxs por falta atención médica. No pasarán.

Que no seguirán destruyendo la educación pública y alimentando la homofobia en los institutos con la complicidad de la iglesia católica. Porque necesitamos estudiar y formarnos como ciudadanxs críticxs frente al sistema. Porque estamos hartxs de leer noticias de suicidios de transmaricabollos adolescentes. Nos plantaremos en la puerta de cada instituto hasta que se enteren de que estamos en todas partes, dentro y fuera de las aulas. No pasarán.

Que tomaremos las calles una y otra vez hasta detener la persecución policial de las putas y de los chaperos, hasta que se reconozcan los derechos de las currantes del sexo. Indignos son los que firman desahucios, no quienes vendemos compañía y orgasmos. No pasarán.

Que ocuparemos sus consultas médicas y sus centros de reasignación de género hasta que nos dejen decidir por nosotrxs mismxs cuándo, cómo y por qué cambiar o no cambiar nuestro nombre en el DNI, tomar o no tomar hormonas, operar o no operar nuestros cuerpos. Porque es su transfobia lo que nos pone enfermxs, y no las ropas, los nombres o los pronombres que nos da la gana usar cada día. No pasarán.

Que no queremos que barrios emblemáticos transmaricabollos, como el de Chueca, se conviertan en espacios elitistas de lucro. No queremos parques temáticos empresariales. No pasarán.

Que no nos dejamos engañar mientras nos roban nuestras casas y rescatan a los bancos con el dinero de todxs. Desahuciaremos a los banqueros y rescataremos a las transmaricabollos. No pasarán.

Que seguiremos tomando las plazas, tomando las calles, tomando las aulas. Seguiremos tomando lo que es nuestro: nuestros empleos, nuestras pensiones, nuestras cartillas sanitarias y nuestros subsidios por desempleo. Nuestras plumas, nuestros dildos, nuestros culos y nuestros coños. Tomando nuestros derechos. No pasarán.

Hoy tomamos el orgullo. Para que se nos oiga más allá del ruido de las carrozas con que el empresariado quiere comprar nuestro silencio. Para demostrar que otro orgullo es posible. Porque este año, si pasan, lo harán sobre nuestros cuerpos.

Este es nuestro último aviso: únete a nosotrxs. Porque hoy tomamos el orgullo. Pero mañana te tomamos a ti. Escóndete si puedes.


Morir de recortes

Creo que es un buen día para recuperar el discurso que el activista de Act Up Vito Russo dio en sendas manifestaciones en Nueva York y en Washington en 1988, aunque ya hablase de él hace poco más de seis meses. Pero, antes, estaría bien escuchar a Esperanza Aguirre...




Aquí está la versión íntegra en inglés. Traduzco a continuación (no soy traductora, disculpas adelantadas por los errores). Es largo, pero merece la pena:

Unx amigx de Nueva York tiene un abono transporte que le permite montar en autobuses y metros por la mitad de precio. El otro día, cuando se lo mostró al revisor, éste le preguntó cuál era su discapacidad y él dijo “tengo SIDA”. Y el revisor le dijo “no, no tienes; si tuvieras SIDA, estarías muriéndote en casa”. Entonces, quería hablar aquí hoy como persona con SIDA que no está muriendo. 

Sabes, durante los últimos tres años, desde que fui diagnosticado, mi familia piensa dos cosas sobre mi situación: uno, piensan que me voy a morir; y dos, piensan que mi gobierno está haciendo todo lo posible para evitarlo. Y se equivocan, en ambas cosas.

Así que, si estoy muriendo de algo, estoy muriendo de homofobia. Si estoy muriendo de algo, estoy muriendo de racismo. Si estoy muriendo de algo, es de indiferencia y trámites burocráticos, porque esas son las cosas que están impidiendo que acabe esta crisis. Estoy muriendo de Jesse Helms.  Si estoy muriendo de algo, estoy muriendo del Presidente de los EEUU. Y, especialmente, si estoy muriendo de algo, estoy muriendo del sensacionalismo de los periódicos y las revistas y los programas de televisión, que se interesan por mí sólo en tanto en cuanto esté dispuesto a ser una víctima indefensa, pero no si estoy luchando por mi vida.

Si estoy muriendo de algo, estoy muriendo del hecho de que no haya suficientes hombres ricos, blancos y heterosexuales con sida como para que les importe una mierda. Ya sabéis, vivir con sida en este país es como vivir en una dimensión desconocida. Vivir con sida es como vivir en una guerra que sólo ocurre para aquéllos que resultan estar en las trincheras. Cada vez que explota una granada, miras alrededor y descubres que has perdido a más amigxs, pero nadie más se da cuenta. No les está pasando a ellxs. Ellxs caminan por las calles como si no estuvieran atravesando algún tipo de pesadilla. Y sólo tú puedes oír los alaridos de la gente y sus gritos pidiendo ayuda. Nadie más parece darse cuenta.

Y es peor que una guerra, porque durante una guerra la gente está unida en una experiencia compartida. Esta guerra no nos ha unido, sino que nos ha dividido. Ha separado a aquellxs de nosotrxs con SIDA y a aquellxs de nosotrxs que luchamos por las personas con SIDA del resto de la población.

Hace dos años y medio, cogí una revista Life y leí un editorial que decía: “es el momento de prestarle atención, porque esta enfermedad empieza a golpearnos al resto de nosotrxs”. Era como si yo no fuera el que sostenía la revista. Y desde entonces nada ha cambiado, nada ha alterado la percepción de que el SIDA no le está ocurriendo a las personas reales en este país.

No está pasándonos a nosotrxs en los Estados Unidos, les está pasando a ellxs –a la población desechable de maricones y yonquis que se merecen lo que tienen. Los medios de comunicación les dicen que no tienen que preocuparse, porque la gente que verdaderamente importa no está en peligro. Dos, tres, cuatro veces –el New York Times ha publicado editoriales diciendo que no entremos en pánico todavía respecto al SIDA–… todavía no ha penetrado entre la población normal y, hasta que eso ocurra, no tiene que importarnos una mierda.

Y los días, y los meses, y los años pasan, y ellxs no pasan esos días y noches y años intentando averiguar cómo hacerse con el último medicamento experimental, y qué dosis tomar, y cómo combinarlo con otros fármacos, y de dónde sacarlo. Y, ¿cómo vas a pagarlo? ¿Dónde vas a conseguirlo? Porque no le está pasando a ellxs, por lo que no les importa una mierda.

Y ellxs no se sientan en estudios de televisión, rodeados por técnicxs que llevan guantes de goma, que no te ponen el micrófono, porque no les está pasando a ellxs, por lo que no les importa una mierda. Y a ellxs no les quemaron la casa fanáticxs e imbéciles. Ellxs ven las noticias y cenan y van a la cama, porque no les está pasando a ellxs, y no les importa una mierda.

Y ellxs no pasan las horas yendo de habitación de hospital a habitación de hospital, y viendo a la gente a la que quieren morir despacio –de negligencia e intolerancia–, porque no les está pasando a ellxs y no les importa una mierda. Ellos no han ido a dos funerales a la semana durante los últimos tres o cuatro o cinco años –así que no les importa una mierda, porque no les está pasando a ellxs.

Y leemos en la portada del New York Times el último sábado que Anthony Fauci dice ahora que existen todo tipo de medicamentos prometedores para el SIDA, pero que no han sido probados en los últimos dos años porque no puede permitirse contratar a las personas que los prueben. Nadie se pregunta por qué algún periodista no profundiza en esa historia y no la publica dieciocho meses antes, antes de que Fauci fuera arrastrado frente al Congreso.

¿Cuánta gente ha muerto en los dos últimos años, gente que podría estar viva hoy si esos medicamentos hubieran sido probados? Periodistas de todo el país están ocupados sacando notas de prensa del gobierno. No les importa una mierda, no les está pasando a ellxs –lo que quiere decir que no les está pasando a gente como ellxs–, a la gente real, al público general mundialmente famoso del que estamos oyendo hablar todo el día.

La legionelosis les estaba pasando a ellxs porque enfermó a personas que se les parecían, que hablaban como ellxs, que eran del mismo color que ellxs. Y esa jodida historia sobre dos docenas de personas afectadas llenó todas las portadas de todos los periódicos y de todas las revistas en este país, y se mantuvo ahí hasta que el misterio fue resuelto.

Todo lo que leo en los periódicos me dice que la población blanca heterosexual no está en riesgo de contraer esta enfermedad. Todos los periódicos que leo me dicen que lxs consumidorxs de drogas intravenosas y los homosexuales siguen representando la gran mayoría de los casos, así como la mayoría de la población en riesgo.

Y ¿puede acaso alguien decirme, por favor, por qué cada céntimo destinado a educación y prevención que se gasta en campañas de publicidad está dirigida de forma casi exclusiva a adolescentes blancxs y heterosexuales? –¡de lxs cuales nos siguen diciendo que no están en riesgo!

¿Puede alguien decirme por qué el único telefilme producido por una gran productora en este país sobre el impacto de esta enfermedad, no trata sobre el impacto en la persona con SIDA, sino sobre el impacto en la familia nuclear, blanca y heterosexual? ¿Por qué, durante ocho años, cada periódico y cada revista de este país ha cubierto historias del SIDA sólo cuando crecía la amenaza de transmisión heterosexual?

¿Por qué, durante ocho años, todas y cada una de las películas didácticas diseñadas para su difusión en institutos eliminaban todo contenido positivo sobre lxs gays antes de ser aprobadas por el claustro? ¿Por qué, durante ocho años, todos y cada uno de los panfletos y las cintas de información pública que se difundían desde el establishment ha ignorado el contenido específicamente homosexual?

¿Por qué ninguno de los carteles en el metro y en el autobús y ninguno de los anuncios que veo en este país están dirigidos específicamente a hombres homosexuales? No te creas la mentira de que la comunidad gay ha hecho su trabajo y ha educado a su gente. La comunidad gay y la comunidad de consumidores de drogas intravenosas no están constituidas por personas politizadas que viven en Nueva York y en San Francisco. Los miembros de las poblaciones minoritarias, incluyendo a los así llamados gays sofisticados, son abismalmente ignorantes sobre el SIDA.

Si es cierto que los gays y lxs consumidorxs de drogas intravenosas son las personas con más riesgo, entonces tienen el derecho a exigir que la educación y la prevención se dirijan de forma específica a este segmento de la población. Y eso no está pasando. Nos han permitido morir, mientras que la población de bajo riesgo está siendo aterrorizada –no educada, aterrorizada– para pensar que nos lo merecemos.

¿Por qué estamos aquí juntxs hoy? Estamos aquí porque nos está pasando a nosotrxs, y sí nos importa una mierda. Y si hubiera más como nosotrxs, el SIDA no sería lo que es en este momento de la historia. Es más que una enfermedad convertida en mera excusa para que los ignorantes ejerzan la intolerancia que siempre han sentido. Es más que una historia de terror explotada por los tabloides. El SIDA es en realidad una prueba que se nos presenta. Cuando las generaciones futuras pregunten qué hicimos durante esta crisis, vamos a tenerles que decir que estábamos aquí hoy. Y tenemos que dejarles un legado a esas generaciones que vienen tras nosotros.

Algún día, la crisis del SIDA habrá acabado. Recordadlo. Y cuando ese día llegue –cuando ese día llegue y pase, habrá gente viva sobre la tierra–, homo y heterosexuales, hombres y mujeres, negrxs y blancxs, que escuchen la historia de esa enfermedad terrible que se extendió un día en este país y en todo el mundo, sabrán que un grupo de valientes se levantaron y lucharon y, en algunos casos, dieron la vida para que otras personas pudieran vivir y ser libres.

Así que estoy orgulloso de estar con mis amigxs hoy y con la gente a la que quiero, porque creo que todxs vosotrxs sois mis héroes, y estoy orgulloso de formar parte de esta lucha. Pero tomo prestada una frase de una canción de Michael Callen: todo lo que tenemos ahora es amor, lo que no tenemos es tiempo.

En cierto modo, los actiVIHstas son como esxs médicxs –están tan ocupadxs apagando fuegos y devolviéndole la respiración a la gente que no tienen tiempo de cuidar a todxs los enfermxs. Estamos tan ocupadxs apagando incendios ahora mismo que no tenemos tiempo para hablar y plantear estrategias para la próxima ola, el próximo día, la próxima semana, el próximo mes y el próximo año.

Y vamos a encontrar el tiempo para hacer eso en apenas unos meses. Y tenemos que comprometernos a ello. Y entonces, después de mandar a la mierda esta enfermedad, vamos a estar todxs vivxs para mandar a la mierda a este sistema, de tal forma que esto no vuelva a ocurrir. 



Lisboa

Estuve en Lisboa este pasado fin de semana. Me gustaría no haber perdido la costumbre de llevar la cámara a todas partes. Ahora no tengo una reproducción de las infinitas pintadas contra el rescate, pero me las llevo en las retinas, como al creciente número de personas que duermen en la calle. Lisboa me gustó más que hace cinco años. Qué rápido pasan los días. El orgullo está mucho más centralizado en la capital que en el estado español (que ya es decir). Y hay muy poca gente. Pero se respira buen rollo. El 4F ha llegado hasta las calles de la Alfama. Si vais a la capital portuguesa no dejéis de visitar la Pensão Amor.


Yo en realidad fui allí a hablar de homonormatividad en las series de televisión española, de cómo la representación de un tipo muy concreto de personas LGTB (añadir la T y la B aquí ha sido bastante absurdo, la verdad) y de un tipo de conductas reproducen los mismos cánones heteronormativos (tanto de la expresión de género como del tipo de prácticas sexuales y, sobre todo, del tipo de relación, el mito del amor romántico del que tan bien habla Coral Herrera): el discurso de la normalización que tan a colación saldrá estos días a cuento de la semana del orgullo y que tan caro sale a las personas que no "dan la imagen" o que no quieren darla, pues supone señalar una frontera nueva entre lo normal y lo anormal, entre lo que se puede representar y lo que no se puede representar. Sí, hemos metido a determinadxs lesbianas y gays dentro de la norma, pero no hemos ampliado la norma, solo la hemos reforzado.



Vulva



Que el apóstol Junias era Junia, una apóstol estimada, hasta que la Iglesia lo solucionó cambiándola de sexo. Que la puta griega Friné, en el siglo IV, se ofreció a reconstruir los muros de Tebas si a cambio se escribía sobre ellos la inscripción: "Alejandro las destruyó y fueron reconstruidos por la prostituta Friné". Que Gypsy Rose Lee interpretaba su número La educación de una stripper cantando "cuando bajo mi vestido una fracción / y expongo una parte del hombro / no estoy interesada en tu reacción / estoy pensando en [...] el placer que sentí leyendo El abanico de Lady Windemere / o en el capítulo tercero de Historia de la decadencia y la / caída del Imperio romano". Que entonces preguntaba, al final: "¿Cree usted que estaba pensando en el sexo?" y respondía: "Por supuesto que sí". Que en los sesenta Carolee Schneemann utilizaba su cuerpo como una extensión de sus materiales de pintura y performance. Que la exhibición de la vulva salvó a casi todas las heroínas de la mitología griega, romana, india, egipcia... Que las piratas punk. Que las riot grrrls.

Estoy aprendiendo muchísimo con Vulva: La revelación del sexo invisible, de Mithu M. Sanyal. No me convence que a veces identifique rápidamente la genitalidad con la identidad femenina, pero no deja de sorprenderme y de enseñarme.

PS. La imagen central es una Sheela-na-gig. Lo de los lados no lo identifico.


Depilación


Y he aquí la esquina izquierda del escritorio de mi trabajo. Hoy está circulando mucho un artículo que se ha publicado en El País sobre la periodista Emer O'Toole, que dejó de depilarse después de 18 meses sin hacerlo para un reportaje. Los comentarios son de traca (me encanta la expresión "de traca").

No creo que el debate esté en que una mujer (en nuestro contexto geográfico-cultural) quiera o no depilarse, si es más estético o menos o si es más higiénico o menos. A mí me gusta más la piel depilada en todos los géneros; sin embargo, siento cierto desagrado cuando me veo así las piernas, algo que no me ocurre cuando veo las de mis hermanos o amigos (nuestros gustos no son inmunes al bombardeo mediático y social). No se trata de voluntad, estética o higiene, sino de capacidad de decisión y de libertad. ¿Puedo elegir si me depilo o no me depilo las piernas?

Hace tres o cuatro semanas que no me las depilo porque quiero tener, en algún momento, la oportunidad de decidir si quiero o no afeitarme. No hay excusas de higiene, la higiene no me vale con las piernas, en realidad me vale bien poco con todo, la depilación genital es de todo menos higiénica, por ejemplo. En cuanto a la estética, también es una decisión estética depilarme las cejas o ponerme lentillas, pero me atrevo a salir a la calle y no me siento ridícula y avergonzada por no depilarme las cejas o por no ponerme las lentillas; no siento que la gente me mire en el metro o que los grupos de chicxs comenten entre ellxs. Cuando sea capaz de vestir pantalones cortos, bañador... con las piernas así, sin depilar, sin sentirme ridícula o avergonzada, entonces podré pensar en depilarme como una decisión estética.


Comentarios de texto...



Hace tiempo que me interesa cómo se relacionan y se alían ciertos argumentos feministas y pro-LGTB+ con pensamientos neoimperialistas y racistas. No creo que se pueda luchar contra una opresión ignorando el resto porque las opresiones no son variables matemáticas que se puedan sumar y restar a nuestro antojo de las identidades de las personas.

Enfrentar variable HOMOSEXUALES contra variable ISLAM, como se intenta hacer cada vez más a menudo, implica ignorar por completo la existencia de lxs musulmanes homosexuales, por ejemplo, y da la sensación de que tanto HOMOSEXUALES como ISLAM son variables monolíticas y homogéneas.

Gloria T. Hull, Patricia Bell Scott y Barbara Smith editaron en 1982 la compilación Todas las mujeres son blancas, todos los hombres son negros, pero algunxs de nosotrxs somos valientes. Creo que sería perfectamente válido ahora mismo en relación con los discursos sobre islam y género: todxs lxs LGTB+ son no-musulmanxs, todxs lxs musulmanxs son heteros, pero algunxs de nosotrxs (ellxs) somos (son) valientes.

Por eso me fascina tanto cómo, cada vez más, activistas concienciados con la lucha contra la opresión de género le dan la mano rápidamente y sin reflexión previa con grandes opresorxs en otras luchas (raza, nación, religión...), opresorxs que, además, utilizan claramente ese presunto feminismo o sensibilidad gay-friendly de forma estratégica para lavar su imagen en otros ámbitos y dibujar más claramente el binomio maniqueo de civilizados/bárbaros (a ese lavado de imagen se le suele llamar pinkwashing).

Todo esto viene a colación de un par de artículos que he leído últimamente en medios presuntamente progresistas:

Ambiente G (bueno, Ambiente G llegó a hablar de crimen pasional en un caso de asesinato dentro de una pareja de hombres, así que tampoco sé cómo andan de "progresismo") publica la noticia de "un gay palestino que pide asilo en Israel". Lo grave no es lo que dice (es cierto que la legislación es más abierta ante lo que entendemos aquí por identidades LGTB+ en Israel que en los Territorios Ocupados; es cierto, probablemente, que ese chico haya sido desheredado por su orientación/opción sexual; es cierto, probablemente, que prefiera vivir en Israel antes que en Territorios Ocupados; informar de eso no es imperialista ni racista), sino lo que no dice (importancia de los procesos de colonialismo y neocolonialismo en la sensibilidad de género de diferentes comunidades; comportamiento de Israel y de muchxs israelíes en estos casos: "o renuncias a tu palestinidad, o no te aceptamos en tu homosexualidad"). Frases como las que cierran el artículo: "esperemos que los miembros del tribunal demuestren una vez más que Israel, pese a los ultraortodoxos, está a la vanguardia en materia de derechos LGBT en Oriente Medio" son la guinda... ¿Halagarías a un genocida étnico sólo por que no se porta (demasiado) mal (o simplemente mejor que otrxs) con algunxs gays? ¿Sin hacer ninguna alusión a sus genocidios? ¿Eso es activismo contra la opresión?

El otro artículo que me ha llamado la atención es uno publicado en Aish sobre lesbianas árabes: binomio cerrado homonormativo heterosexual-homosexual; producción de binomio oriental homófobo Vs. occidental súper tolerante y respetuoso; representación monolítica de las sociedades árabes y/o musulmanas...

Cada vez me gusta más cómo se expresa Spivak: "White men saving brown women from brown men". Ahora podríamos añadir: LGTB+ blancxs salvando a lxs LGTB+ de color de lxs heteros de color" (por "de color" no me refiero a negrxs, lxs negrxs son negrxs, me refiero a no-blancxs, pero así es más clarita la frase).