Hace poco conocía el caso de una mujer lesbiana camerunesa que pedía asilo en España. La noticia es de hace más de un año y, al parecer, actualmente existe un recurso y la joven sigue en Ceuta esperando la resolución. En su país fue denunciada por su propia familia y vejada en prisión hasta que se retractó de su condición. La pena por homosexualidad en Camerún oscila entre los seis meses y los cinco años de cárcel. Huyó con su pareja, con el intento de alcanzar Europa (el paraíso, ya sabes). Por falta de recursos, terminaron por prostituirse en Marruecos para conseguir pagarse el pasaje en patera, tras lo que quedó embarazada. Cruzaron el estrecho juntas, aunque su novia falleció en el trayecto. Llega a España y pide asilo político por motivos de orientación sexual y de género. Le es denegado: es inverosímil que sea lesbiana si está embarazada. (Todxs sabemos que las lesbianas no somos fértiles por naturaleza).
Hoy mismo, por otro lado, leo que la Agencia Europea de Derechos Fundamentales ha denunciado en un nuevo informe (Homophobia, transphobia and discrimination on grounds of sexual orientation and gender identity, pdf) que diferentes países europeos practican exámenes psiquiátricos para asegurarse de la homosexualidad del solicitante. Incluso, en República Checa (página 58), se realizan test falométricos a los hombres, en los que psicólogos y médicos comprueban las reacciones físicas de los testados frente al visionado de pornografía heterosexual.
En serio, ¿la gente se ha vuelto loca? ¿O es que nadie ha entendido nada?
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It gets better,
Ponlo en el mapa
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Reteaching Gender and Sexuality from PUT THIS ON THE MAP on Vimeo.
Esta es la reproducción en español del contenido del video:
Esto va de algo más que de acosadorxs en el colegio. Esto va de las pizarras de nuestras escuelas, de nuestras casas, y de nuestro país. Esto va de cada pueblo, de cada suburbio y de cada ciudad. Esto va de cómo la gente habla sobre nosotrxs y de cómo nos trata. Esto va de cómo nosotrxs hablamos sobre nosotrxs mismos y de cómo nos tratamos.
Esto no va sólo de cómo va a mejorar cuando crezcas. ¿Quieres que tenga que esperar? ¡No! Esto no va sólo de que se metan contigo por ser diferente. Va de ser... queer.
Esto va de cómo la gente asume que soy una chica. De cómo la gente me pregunta si tengo novia. De cómo la gente asume que soy un chico. Estoy por encima de eso. Estoy por encima de eso. Estoy tan por encima de eso...
Como la preguntita: ¿Cuándo saliste del armario? Como si hubiera una vez. En los vestuarios. En el baño. El primer día de colegio. El segundo. Y el tercero. Con mi profesor de inglés. Con mi profesor de matemáticas. Con mi profesor de ciencias. En mi última entrevista de trabajo. Ahora. Ahora mismo.
Podemos darle la vuelta al discurso acerca del género y de la sexualidad. Esto es volver a enseñar género y sexualidad, porque todos tenemos un género y una sexualidad.
El mismo concepto de salir del armario es tan antiguo y triste... ¿Lo normal sigue siendo hetero y todo lo demás es LGTB? T, Q, Q, I, A, A... Esto va de cómo mis identidades no pueden resumirse en unas pocas iniciales. Juntxs, estamos dedicando una mirada más profunda a lo que está ocurriendo en nuestras comunidades.
Esto va de cómo la juventud queer, como yo, terminamos viviendo en la calle. Expulsadxs de los colegios. Siendo acosadxs por la policía. Esto va de cómo la juventud queer, como yo, acaba en la cárcel. Esto no va simplemente del matrimonio entre personas del mismo sexo o del servicio militar. Esto va de toda una cultura de 'No lo preguntes, no lo digas' (Don't ask, don't tell). En mi colegio. Esto va de no tener ningún adulto que me apoye hasta el día de hoy. Esto va de tener algo más que un espacio seguro. ¿Qué tal espacio liberador/liberar espacio? (liberating space).
Esto va de... ser feliz. Esto va de tener una conexión personal.
No estoy interesadx en mi comunidad sólo para sobrevivir. Quiero que prosperemos. Quiero que mi vida sea increíble ahora. Esto va de jóvenes educándose y abogando por sí mismxs. Esto va del poder de una persona joven y queer encontrándose con otra persona joven y queer, como yo. O como yo. O como nosotrxs.
Esto va de personas que dejan ir las viejas ideas. Soy un chico y una chica. Me pueden gustar chicos, chicas y... Puedo no ser ninguna de estas cosas. Esto es volver a enseñar género y sexualidad. Y no sólo a lxs acosadorxs. O a los periódicos. O al presidente. Sino a nuestrxs directorxs y a nuestrxs profesorxs. A la gente que escribe los libros sobre salud. Y los libros de historia. A nuestrxs trabajadorxs sociales y a nuestrxs médicxs. A nuestros departamentos de policía y a nuestras iglesias. A nuestrxs amigxs, a nuestra familia y a nuestrxs legisladorxs.
El grupo PUT THIS ON THE {MAP} y su proyecto Reteaching Gender & Sexuality pretenden reeducar a la sociedad con voces jóvenes.
Me ha puesto la piel de gallina. Cada día soy más queer.
Ponlo en el mapa
Reteaching Gender and Sexuality from PUT THIS ON THE MAP on Vimeo.
Esta es la reproducción en español del contenido del video:
Esto va de algo más que de acosadorxs en el colegio. Esto va de las pizarras de nuestras escuelas, de nuestras casas, y de nuestro país. Esto va de cada pueblo, de cada suburbio y de cada ciudad. Esto va de cómo la gente habla sobre nosotrxs y de cómo nos trata. Esto va de cómo nosotrxs hablamos sobre nosotrxs mismos y de cómo nos tratamos.
Esto no va sólo de cómo va a mejorar cuando crezcas. ¿Quieres que tenga que esperar? ¡No! Esto no va sólo de que se metan contigo por ser diferente. Va de ser... queer.
Esto va de cómo la gente asume que soy una chica. De cómo la gente me pregunta si tengo novia. De cómo la gente asume que soy un chico. Estoy por encima de eso. Estoy por encima de eso. Estoy tan por encima de eso...
Como la preguntita: ¿Cuándo saliste del armario? Como si hubiera una vez. En los vestuarios. En el baño. El primer día de colegio. El segundo. Y el tercero. Con mi profesor de inglés. Con mi profesor de matemáticas. Con mi profesor de ciencias. En mi última entrevista de trabajo. Ahora. Ahora mismo.
Podemos darle la vuelta al discurso acerca del género y de la sexualidad. Esto es volver a enseñar género y sexualidad, porque todos tenemos un género y una sexualidad.
El mismo concepto de salir del armario es tan antiguo y triste... ¿Lo normal sigue siendo hetero y todo lo demás es LGTB? T, Q, Q, I, A, A... Esto va de cómo mis identidades no pueden resumirse en unas pocas iniciales. Juntxs, estamos dedicando una mirada más profunda a lo que está ocurriendo en nuestras comunidades.
Esto va de cómo la juventud queer, como yo, terminamos viviendo en la calle. Expulsadxs de los colegios. Siendo acosadxs por la policía. Esto va de cómo la juventud queer, como yo, acaba en la cárcel. Esto no va simplemente del matrimonio entre personas del mismo sexo o del servicio militar. Esto va de toda una cultura de 'No lo preguntes, no lo digas' (Don't ask, don't tell). En mi colegio. Esto va de no tener ningún adulto que me apoye hasta el día de hoy. Esto va de tener algo más que un espacio seguro. ¿Qué tal espacio liberador/liberar espacio? (liberating space).
Esto va de... ser feliz. Esto va de tener una conexión personal.
No estoy interesadx en mi comunidad sólo para sobrevivir. Quiero que prosperemos. Quiero que mi vida sea increíble ahora. Esto va de jóvenes educándose y abogando por sí mismxs. Esto va del poder de una persona joven y queer encontrándose con otra persona joven y queer, como yo. O como yo. O como nosotrxs.
Esto va de personas que dejan ir las viejas ideas. Soy un chico y una chica. Me pueden gustar chicos, chicas y... Puedo no ser ninguna de estas cosas. Esto es volver a enseñar género y sexualidad. Y no sólo a lxs acosadorxs. O a los periódicos. O al presidente. Sino a nuestrxs directorxs y a nuestrxs profesorxs. A la gente que escribe los libros sobre salud. Y los libros de historia. A nuestrxs trabajadorxs sociales y a nuestrxs médicxs. A nuestros departamentos de policía y a nuestras iglesias. A nuestrxs amigxs, a nuestra familia y a nuestrxs legisladorxs.
El grupo PUT THIS ON THE {MAP} y su proyecto Reteaching Gender & Sexuality pretenden reeducar a la sociedad con voces jóvenes.
Me ha puesto la piel de gallina. Cada día soy más queer.
Beatriz Gimeno,
COLEGAS,
violencia de género,
violencia intragénero
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Bastantes periódicos titulan ahora que lxs homosexuales reclaman ser incluidxs en la Ley de Violencia de Género (como si el colectivo COLEGAS, quien envía la nota de prensa, fuera representativo de algo). De esta forma, tratan de rescatar el debate sobre la violencia de género y la violencia intragénero. El tema me da un poco de tirria sólo por el hecho de que lo saque a relucir quien lo saca a relucir, pero supongo que se merece una reflexión más profunda.
Beatriz Gimeno recuerda que, durante el debate de la Ley Integral contra la Violencia de Género, lxs homosexuales tuvieron la oportunidad de ser incluidxs, mediante su instrumentalización por parte del PP (¡ja!), mediante el apoyo del sector progresista del CGPJ y mediante un primer comunicado de la Federación que señalaba la importancia de la violencia entre parejas del mismo sexo y su necesaria inclusión en el documento legal. Finalmente y, tras un largo debate, la FELGTB acordó manifestarse a favor de la iniciativa legal y de los postulados del movimiento feminista, ejecutando acciones positivas a favor de las mujeres, debido a una circunstancia concreta y urgente de violencia sistemática contra la mujer dentro del entorno afectivo de las parejas heterosexuales. Otros colectivos, no sólo COLEGAS, entre ellos muchos de ideario queer, sin embargo, se han situado en contra del acuerdo de la FELGTB.
La violencia de género no es lo mismo que la violencia contra las mujeres, ni es lo mismo que la violencia doméstica, ni es lo mismo que la violencia intrafamiliar. El género es un concepto relacional que no se puede traducir por mujeres como quien no quiere la cosa. Dentro de un sistema patriarcal, es lógico que las mujeres se conviertan en las víctimas clave de la violencia de género, y que ésta se equipare generalmente a violencia machista.
¿Existe violencia de género en parejas homosexuales? ¿Un hombre puede ser víctima de violencia de género? ¿Existe violencia de género en ámbitos externos a la relación de pareja?
Primero, debemos definir la violencia de género. La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Naciones Unidas, 1993) habla concretamente de mujeres y la describe de esta manera:
Una definición que veo repetida en Internet sin encontrar su fuente original, se encarga concretamente de la violencia de género:
Esta definición se desliga de la categoría de mujeres, pero se centra en el sexo biológico como motivo de la violencia y se limita al ámbito de la relación afectivo-sexual. La definición que la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, dice así:
Bien es cierto que se centra en las mujeres, pero porque parte de que el sistema patriarcal en el que vivimos no deja opción a una violencia sistemática y basada en motivos de discriminación sexual hacia los hombres. De esta forma, visibiliza quiénes son las oprimidas de la dialéctica de género, aunque se quede, de nuevo, en el sexo biológico. Sin embargo, comete el mismo error: se centra en las relaciones sentimentales.
Si entendemos que la violencia de género es aquélla que se acomete debido a los encorsetamientos del sistema sexo/género, no podemos negar que la violencia machista intrafamiliar es violencia de género. Tampoco podemos negar que las mujeres son las principales víctimas de este tipo de violencia, pues son las principales víctimas de ese sistema.
¿Y en una pareja homosexual? Si un miembro de la pareja agrede al otro miembro (de forma puntual o continuada) porque se cree con derechos de posesión sobre la otra persona debido a una educación afectivo-sentimental heteropatriarcal que le ha socializado de esa manera, es violencia de género.
¿Y fuera del ámbito de la pareja? Si cualquier persona o institución ejerce violencia, de cualquier tipo, basada en los parámetros sexo/género, da igual que esté o no fuera o dentro de la pareja/unidad familiar/grupo de sociabilización. La homofobia es violencia de género, obligar a una niña que quiere irse a jugar al parque a ponerse un vestido y a cerrar las rodillas al sentarse es violencia de género, la patologización de la transexualidad es violencia de género, la plumofobia es violencia de género, la prostitución alegal es violencia de género, los baños para chicos y los baños para chicas es violencia de género... Hombres y mujeres (y el resto de nosotrxs) podemos ser víctimas (aunque no indistintamente), entonces, de este tipo de violencia.
¿Qué hacemos entonces con la Ley? Pese a su título genérico, trata un objeto muy concreto, pero terriblemente grave e importante. Personalmente, no incluiría la violencia intragénero dentro de esta ley (que debería denominarse algo más similar a Medidas de Protección Integral de la Mujer Víctima de la Violencia de Género en el Entorno de la Pareja Heterosexual). Esto no la hace más grave que otros tipos de violencia o que otras facetas de la misma violencia de género, pero sí más específica. Sí propondría una Ley Integral contra la Violencia de Género, que se centrara en la educación y en la prevención y que contara con protocolos a seguir en los diferentes patrones de este tipo de violencia. ¿Costes? ¿Económicos? ¿Políticos? ¿Importa?
Violencia de género
Bastantes periódicos titulan ahora que lxs homosexuales reclaman ser incluidxs en la Ley de Violencia de Género (como si el colectivo COLEGAS, quien envía la nota de prensa, fuera representativo de algo). De esta forma, tratan de rescatar el debate sobre la violencia de género y la violencia intragénero. El tema me da un poco de tirria sólo por el hecho de que lo saque a relucir quien lo saca a relucir, pero supongo que se merece una reflexión más profunda.
Beatriz Gimeno recuerda que, durante el debate de la Ley Integral contra la Violencia de Género, lxs homosexuales tuvieron la oportunidad de ser incluidxs, mediante su instrumentalización por parte del PP (¡ja!), mediante el apoyo del sector progresista del CGPJ y mediante un primer comunicado de la Federación que señalaba la importancia de la violencia entre parejas del mismo sexo y su necesaria inclusión en el documento legal. Finalmente y, tras un largo debate, la FELGTB acordó manifestarse a favor de la iniciativa legal y de los postulados del movimiento feminista, ejecutando acciones positivas a favor de las mujeres, debido a una circunstancia concreta y urgente de violencia sistemática contra la mujer dentro del entorno afectivo de las parejas heterosexuales. Otros colectivos, no sólo COLEGAS, entre ellos muchos de ideario queer, sin embargo, se han situado en contra del acuerdo de la FELGTB.
La violencia de género no es lo mismo que la violencia contra las mujeres, ni es lo mismo que la violencia doméstica, ni es lo mismo que la violencia intrafamiliar. El género es un concepto relacional que no se puede traducir por mujeres como quien no quiere la cosa. Dentro de un sistema patriarcal, es lógico que las mujeres se conviertan en las víctimas clave de la violencia de género, y que ésta se equipare generalmente a violencia machista.
¿Existe violencia de género en parejas homosexuales? ¿Un hombre puede ser víctima de violencia de género? ¿Existe violencia de género en ámbitos externos a la relación de pareja?
Primero, debemos definir la violencia de género. La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Naciones Unidas, 1993) habla concretamente de mujeres y la describe de esta manera:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada.
Una definición que veo repetida en Internet sin encontrar su fuente original, se encarga concretamente de la violencia de género:
El término violencia de género, se refiere a un tipo de violencia caracterizada por ser una acción u omisión llevada a cabo por una persona hacia otra de diferente sexo, produciéndole algún daño no accidental, y cuyo motivo está representado por esa misma diferencia de sexos.
Esta definición se desliga de la categoría de mujeres, pero se centra en el sexo biológico como motivo de la violencia y se limita al ámbito de la relación afectivo-sexual. La definición que la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, dice así:
La violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.
Bien es cierto que se centra en las mujeres, pero porque parte de que el sistema patriarcal en el que vivimos no deja opción a una violencia sistemática y basada en motivos de discriminación sexual hacia los hombres. De esta forma, visibiliza quiénes son las oprimidas de la dialéctica de género, aunque se quede, de nuevo, en el sexo biológico. Sin embargo, comete el mismo error: se centra en las relaciones sentimentales.
Si entendemos que la violencia de género es aquélla que se acomete debido a los encorsetamientos del sistema sexo/género, no podemos negar que la violencia machista intrafamiliar es violencia de género. Tampoco podemos negar que las mujeres son las principales víctimas de este tipo de violencia, pues son las principales víctimas de ese sistema.
¿Y en una pareja homosexual? Si un miembro de la pareja agrede al otro miembro (de forma puntual o continuada) porque se cree con derechos de posesión sobre la otra persona debido a una educación afectivo-sentimental heteropatriarcal que le ha socializado de esa manera, es violencia de género.
¿Y fuera del ámbito de la pareja? Si cualquier persona o institución ejerce violencia, de cualquier tipo, basada en los parámetros sexo/género, da igual que esté o no fuera o dentro de la pareja/unidad familiar/grupo de sociabilización. La homofobia es violencia de género, obligar a una niña que quiere irse a jugar al parque a ponerse un vestido y a cerrar las rodillas al sentarse es violencia de género, la patologización de la transexualidad es violencia de género, la plumofobia es violencia de género, la prostitución alegal es violencia de género, los baños para chicos y los baños para chicas es violencia de género... Hombres y mujeres (y el resto de nosotrxs) podemos ser víctimas (aunque no indistintamente), entonces, de este tipo de violencia.
¿Qué hacemos entonces con la Ley? Pese a su título genérico, trata un objeto muy concreto, pero terriblemente grave e importante. Personalmente, no incluiría la violencia intragénero dentro de esta ley (que debería denominarse algo más similar a Medidas de Protección Integral de la Mujer Víctima de la Violencia de Género en el Entorno de la Pareja Heterosexual). Esto no la hace más grave que otros tipos de violencia o que otras facetas de la misma violencia de género, pero sí más específica. Sí propondría una Ley Integral contra la Violencia de Género, que se centrara en la educación y en la prevención y que contara con protocolos a seguir en los diferentes patrones de este tipo de violencia. ¿Costes? ¿Económicos? ¿Políticos? ¿Importa?
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Galehi,
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MiraLes,
Reseñas,
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VIH,
visibilidad
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No me había dado cuenta de lo cansada (en su acepción más física y literal) que estaba de charlas teóricas y textos académicos hasta que ayer MiraLes me sorprendió con una reunión bastante más humana de aquello a lo que estoy acostumbrada. Esta revista en línea en español (e inglés) para mujeres LBTQ, ha celebrado su primer aniversario con un Festival Cultural Lésbico en Madrid, denominado 'Mírame, soy libre'.
En la charla Empoderamiento y visibilidad, moderada por María Jesús Méndez, directora de la publicación, participaron Beatriz Gimeno e Isabel Gómez, presidenta de la asociación de familias LGTB Galehi. En un primer momento, se esperaba la asistencia de Gracia Trujillo, pero por motivos laborales tuvo que ausentarse, hecho que lamenté enormemente, sobre todo en el turno de preguntas, cuando se sucedieron un gran número de críticas a la filosofía y activismo queer sin que nadie (yo incluida) respondiera.
María Jesús Méndez introdujo la charla desde la experiencia personal. No recuerdo las palabras exactas, pero haré memoria, porque yo jamás habría encontrado un discurso mejor para explicarle a mi madre por qué quiero hablar con mi abuela. Armarios parciales, armarios de quita y pon, yo soy visible pero... Son muchas las maneras de decirlo pero una sola la realidad: si renuncias a visibilizarte como lesbiana, estás abandonando (voluntariamente) el ámbito de la ciudadanía y se lo estás regalando íntegramente a lxs heterosexuales.
El armario es un complejo mecanismo social que lxs propixs homosexuales reivindicaron como derecho a la privacidad cuando las conductas homosexuales eran perseguidas. El argumento de que el Estado no debía inmiscuirse en los asuntos personales, con un tinte tan neoliberal ahora, era entonces una cuestión de supervivencia (el archivo de socixs de COGAM era prácticamente secreto de Estado; la gente firmaba con nombres tales como Mickey Mouse).
Cuando la homosexualidad dejó de ser delito, el derecho a la privacidad se convirtió en una imposición estatal y social de obligación a la privacidad, tan contraria al lema feminista de lo personal es político. El shock del sida hizo ver, de la forma más trágica posible, que la permisividad legal de las conductas homosexuales no nos hacía iguales: el secreto es la muerte. El heteropatriarcado se clava y el armario se respira y se convierte en tu piel. No visibilizarte como lesbiana no significa dar pie a la ambigüedad, no significa no etiquetarse, no significa ser libre. No vilisibilizarte como lesbiana significa permitir que todo el mundo te etiquete como heterosexual.
El armario de Matilda, el personaje de Roald Dahl, donde la directora-Estado represor encierra a lxs alumnxs que escapan de la ley, cuyas paredes están plagadas de clavos amenazantes con dañarte si te mueves, es la imagen que me viene a la cabeza cuando pienso en este tema. La idea general que flotaba en la pequeña sala de la jornada de ayer era que esos clavos no son tales, que cuando te atreves a moverte no pasa nada, abres la puerta y no pasa nada, no pasa nada. Si no te van a echar del trabajo, si no te van a echar de casa, si no te van a encarcelar o a asesinar... salir del armario (sin espacios de ambigüedad, sin peros) se convierte en una responsabilidad ética individual y colectiva. Tu armario es mi armario, tu invisibilidad es la de todas.
Isabel Gómez, como representante de Galehi, hizo hincapié en el trabajo que las mujeres lesbianas estaban haciendo en otros espacios que no son el mediático (que parece que todavía asusta cuando una publicación pide declaraciones de padres y madres y, pese a que hay una relación aproximada de 70 a 30 en favor de las mujeres, sólo los varones se prestan a aparecer en público), espacios que parecen más pequeños, los colegios, las reuniones del AMPA, la salida de la guardería... por no mencionar los espacios de ingenuidad, lxs propixs niñxs, donde los prejuicios todavía no se han asentado.
Esta tarde, a las 20:00, el local Ne me quite pas aloja la exposición de fotografía MíraMe, Soy Libre y la entrega de premios Visibilidad MiraLes.
De empoderamiento y visibilidad
No se le puede exigir lo mismo a todo el mundo en materia de visibilidad; pero, a quien se le puede, se le debe exigir el máximo.Beatriz Gimeno
No me había dado cuenta de lo cansada (en su acepción más física y literal) que estaba de charlas teóricas y textos académicos hasta que ayer MiraLes me sorprendió con una reunión bastante más humana de aquello a lo que estoy acostumbrada. Esta revista en línea en español (e inglés) para mujeres LBTQ, ha celebrado su primer aniversario con un Festival Cultural Lésbico en Madrid, denominado 'Mírame, soy libre'.
En la charla Empoderamiento y visibilidad, moderada por María Jesús Méndez, directora de la publicación, participaron Beatriz Gimeno e Isabel Gómez, presidenta de la asociación de familias LGTB Galehi. En un primer momento, se esperaba la asistencia de Gracia Trujillo, pero por motivos laborales tuvo que ausentarse, hecho que lamenté enormemente, sobre todo en el turno de preguntas, cuando se sucedieron un gran número de críticas a la filosofía y activismo queer sin que nadie (yo incluida) respondiera.
María Jesús Méndez introdujo la charla desde la experiencia personal. No recuerdo las palabras exactas, pero haré memoria, porque yo jamás habría encontrado un discurso mejor para explicarle a mi madre por qué quiero hablar con mi abuela. Armarios parciales, armarios de quita y pon, yo soy visible pero... Son muchas las maneras de decirlo pero una sola la realidad: si renuncias a visibilizarte como lesbiana, estás abandonando (voluntariamente) el ámbito de la ciudadanía y se lo estás regalando íntegramente a lxs heterosexuales.
El armario es un complejo mecanismo social que lxs propixs homosexuales reivindicaron como derecho a la privacidad cuando las conductas homosexuales eran perseguidas. El argumento de que el Estado no debía inmiscuirse en los asuntos personales, con un tinte tan neoliberal ahora, era entonces una cuestión de supervivencia (el archivo de socixs de COGAM era prácticamente secreto de Estado; la gente firmaba con nombres tales como Mickey Mouse).
Cuando la homosexualidad dejó de ser delito, el derecho a la privacidad se convirtió en una imposición estatal y social de obligación a la privacidad, tan contraria al lema feminista de lo personal es político. El shock del sida hizo ver, de la forma más trágica posible, que la permisividad legal de las conductas homosexuales no nos hacía iguales: el secreto es la muerte. El heteropatriarcado se clava y el armario se respira y se convierte en tu piel. No visibilizarte como lesbiana no significa dar pie a la ambigüedad, no significa no etiquetarse, no significa ser libre. No vilisibilizarte como lesbiana significa permitir que todo el mundo te etiquete como heterosexual.
El armario de Matilda, el personaje de Roald Dahl, donde la directora-Estado represor encierra a lxs alumnxs que escapan de la ley, cuyas paredes están plagadas de clavos amenazantes con dañarte si te mueves, es la imagen que me viene a la cabeza cuando pienso en este tema. La idea general que flotaba en la pequeña sala de la jornada de ayer era que esos clavos no son tales, que cuando te atreves a moverte no pasa nada, abres la puerta y no pasa nada, no pasa nada. Si no te van a echar del trabajo, si no te van a echar de casa, si no te van a encarcelar o a asesinar... salir del armario (sin espacios de ambigüedad, sin peros) se convierte en una responsabilidad ética individual y colectiva. Tu armario es mi armario, tu invisibilidad es la de todas.
Isabel Gómez, como representante de Galehi, hizo hincapié en el trabajo que las mujeres lesbianas estaban haciendo en otros espacios que no son el mediático (que parece que todavía asusta cuando una publicación pide declaraciones de padres y madres y, pese a que hay una relación aproximada de 70 a 30 en favor de las mujeres, sólo los varones se prestan a aparecer en público), espacios que parecen más pequeños, los colegios, las reuniones del AMPA, la salida de la guardería... por no mencionar los espacios de ingenuidad, lxs propixs niñxs, donde los prejuicios todavía no se han asentado.
Es una batalla silenciada, pero es una batalla de futuro.Isabel Gómez
Esta tarde, a las 20:00, el local Ne me quite pas aloja la exposición de fotografía MíraMe, Soy Libre y la entrega de premios Visibilidad MiraLes.
Anabayuleti Gamboa,
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Grito de Dolor_es, un proyecto de la Comisión del Bicentenario de la Ciudad de México, fue presentado hace alrededor de un año con el estreno de seis cortometrajes dirigidos por jóvenes de entre 22 y 30 años, a través del Centro de Arte y Cultura Circo Volador. Anabayuleti Gamboa es la directora de Al sordo hay que gritarle, que sigue dando la vuelta al mundo a través de Internet.
Grita
Estoy harta de tener que cerrar los ojos, agachar la cabeza y callarme la boca.Al sordo hay que gritarle (Anabayuleti Gamboa, 2009)
Grito de Dolor_es, un proyecto de la Comisión del Bicentenario de la Ciudad de México, fue presentado hace alrededor de un año con el estreno de seis cortometrajes dirigidos por jóvenes de entre 22 y 30 años, a través del Centro de Arte y Cultura Circo Volador. Anabayuleti Gamboa es la directora de Al sordo hay que gritarle, que sigue dando la vuelta al mundo a través de Internet.
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Mis cinco machistas
El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Hester Prynne se ha propuesto redactar una lista negra de las personalidades públicas machistas españolas. Con ese objetivo, ha lanzado un meme en su blog La Letra Escarlata, del que apunto aquí las directrices:
Pues aquí van 'mis cinco machistas', y aviso de lo difícil que es escoger, y de lo injusta que puede ser la lista en el inocente olvido de otrxs machistas peores...
1. Mariano Rajoy Brey
Porque es el presidente de un partido político machista y no hace esfuerzos por modificarlo. Porque es el representante de todxs lxs demás machistas que alberga el Partido Popular. Porque, siendo ya político, en 1983, condenó la igualdad como barrera del instinto natural del hombre que, en aras de su viril instinto, quiere desigualarse. Porque, en 2010, escogió La belleza femenina como libro, entre otras muchas posibilidades, con el que obsequiar a la presidenta regional del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. Por su homofobia, que es lo más parecido al machismo.
2. Antonio María Rouco Varela
Porque, como líder de la Conferencia Episcopal, representa a la jerarquía católica española. Por su defensa a ultranza de la familia como cuna y protección del poder heteropatriarcal. Por su influencia.
3. Fernando Sánchez Dragó
Por su libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción, del que se ha escrito tanto que no apetece recordar frases célebres, y no sólo las relacionadas con las famosas lolitas, sino cada comentario, relacionada tanto con mujeres como con personas homosexuales.
4. Ana Botella
Por su interpretación de la Cenicienta: "Es un ejemplo para nuestra vida por los valores que representa. Recibe los malos tratos sin rechistar, busca consuelo en el recuerdo de su madre". Por su apoyo y su solidaridad con el acosador sexual y ex alcalde de Ponferrada Ismael Álvarez que, por cierto, está preparando su candidatura para presentar una candidatura independiente para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Por su homofobia, que es machismo con otro nombre. Porque, aunque nadie tenga la obligación de cargar con el peso, responsabilidad y representación de un colectivo sobre sus espaldas, aunque nadie le obligue a ser feminista por ser mujer, el hecho de hacer precisamente lo contrario, justificar el machismo porque "si lo defiendo yo que soy mujer es porque no es machismo" es terriblemente peligroso.
5. Arturo Pérez-Reverte
No sólo por la falta de huevos de Moratinos. Somos muchxs lxs que recordamos algunxs de sus magníficos artículos en XL Semanal. Mi amiga Elena escribió un estupendo texto al respecto. Por su creencia en que ser feminista es, simplemente, ser políticamente correcto. Por su influencia en todos los progres recalcitrantemente machistas, que se sienten identificados y justificados en su macherío ibérico cuando leen sus valientes columnas.
1. Haz una entrada en tu blog listando a las cinco personalidades públicas españolas más machistas en tu opinión, dando una explicación en cada uno de ellos acerca de tus motivos para incluirle en tu lista.
2. Copia los pasos de este meme en esa misma entrada de tu blog.
3. Deja un comentario en este post, avisando de que has participado en el meme. El último día para participar es el 23 de noviembre.
4. El 25 de noviembre, La Letra Escarlata anunciará al machista más votado por todas las blogueras que habéis participado. Todas las participantes seréis mencionadas, con un enlace a vuestro blog.
5. La Letra Escarlata intentará contactar con el ganador por todos los medios posibles, de modo que se entere de su proeza.
Pues aquí van 'mis cinco machistas', y aviso de lo difícil que es escoger, y de lo injusta que puede ser la lista en el inocente olvido de otrxs machistas peores...
1. Mariano Rajoy Brey
Porque es el presidente de un partido político machista y no hace esfuerzos por modificarlo. Porque es el representante de todxs lxs demás machistas que alberga el Partido Popular. Porque, siendo ya político, en 1983, condenó la igualdad como barrera del instinto natural del hombre que, en aras de su viril instinto, quiere desigualarse. Porque, en 2010, escogió La belleza femenina como libro, entre otras muchas posibilidades, con el que obsequiar a la presidenta regional del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. Por su homofobia, que es lo más parecido al machismo.
2. Antonio María Rouco Varela
Porque, como líder de la Conferencia Episcopal, representa a la jerarquía católica española. Por su defensa a ultranza de la familia como cuna y protección del poder heteropatriarcal. Por su influencia.
3. Fernando Sánchez Dragó
Por su libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción, del que se ha escrito tanto que no apetece recordar frases célebres, y no sólo las relacionadas con las famosas lolitas, sino cada comentario, relacionada tanto con mujeres como con personas homosexuales.
4. Ana Botella
Por su interpretación de la Cenicienta: "Es un ejemplo para nuestra vida por los valores que representa. Recibe los malos tratos sin rechistar, busca consuelo en el recuerdo de su madre". Por su apoyo y su solidaridad con el acosador sexual y ex alcalde de Ponferrada Ismael Álvarez que, por cierto, está preparando su candidatura para presentar una candidatura independiente para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Por su homofobia, que es machismo con otro nombre. Porque, aunque nadie tenga la obligación de cargar con el peso, responsabilidad y representación de un colectivo sobre sus espaldas, aunque nadie le obligue a ser feminista por ser mujer, el hecho de hacer precisamente lo contrario, justificar el machismo porque "si lo defiendo yo que soy mujer es porque no es machismo" es terriblemente peligroso.
5. Arturo Pérez-Reverte
No sólo por la falta de huevos de Moratinos. Somos muchxs lxs que recordamos algunxs de sus magníficos artículos en XL Semanal. Mi amiga Elena escribió un estupendo texto al respecto. Por su creencia en que ser feminista es, simplemente, ser políticamente correcto. Por su influencia en todos los progres recalcitrantemente machistas, que se sienten identificados y justificados en su macherío ibérico cuando leen sus valientes columnas.
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Érase una vez...
Érase una vez un país en el que el jefe de la oposición visita un centro de mayores con su homóloga en la Comunidad Autónoma en el que éste se encuentra. El jefe de la oposición visita la librería de la residencia y, en bonito gesto, escoge un libro y se lo regala a su acompañante.
No me importaría formar parte de ese país, si no fuera porque el libro que ha escogido entre todos los volúmenes que pudieran estar en la biblioteca es uno llamado La belleza femenina. He intentado localizar de qué obra, concretamente, se trataba. Pero estoy entre unos cuantos que comparten prácticamente el mísmo título, y seguramente haya más.
Si sabemos que ese jefe de la oposición trató de ignorar sistemáticamente las perlas de De la Riva, si sabemos que firmó este párrafo en 1984:
Sabemos también que la candidata del PP catalán no ha disimulado nunca su xenofobia y homofobia.
Por esto, en realidad, este cuento no debería sorprendernos. Pero que no me sorprenda no quiere decir que no me indigne. Igual que me indigna el silencio mediático ante estos detalles caballerosos tan significativos.
Y la rabia que me da que en medios donde los periodistas son relativamente progresistas y se esfuerzan por redactar la información desde una perspectiva de género reciban comentarios en los que lo más importante es que "lo de Alicia no se arregla con un libro de belleza". En serio, ¿qué está pasando?
No me importaría formar parte de ese país, si no fuera porque el libro que ha escogido entre todos los volúmenes que pudieran estar en la biblioteca es uno llamado La belleza femenina. He intentado localizar de qué obra, concretamente, se trataba. Pero estoy entre unos cuantos que comparten prácticamente el mísmo título, y seguramente haya más.
Si sabemos que ese jefe de la oposición trató de ignorar sistemáticamente las perlas de De la Riva, si sabemos que firmó este párrafo en 1984:
Todos los modelos que predican la imposición de la igualdad son radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre (…) y por ello, aunque se llamen ‘modelos progresistas’, constituyen un claro atentado al progreso porque contrarían y suprimen el natural institnto del hombre a desigualarse, que es lo que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos”
Por esto, en realidad, este cuento no debería sorprendernos. Pero que no me sorprenda no quiere decir que no me indigne. Igual que me indigna el silencio mediático ante estos detalles caballerosos tan significativos.
Y la rabia que me da que en medios donde los periodistas son relativamente progresistas y se esfuerzan por redactar la información desde una perspectiva de género reciban comentarios en los que lo más importante es que "lo de Alicia no se arregla con un libro de belleza". En serio, ¿qué está pasando?
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Maha y Maryam rezan en una mezquita de El Cairo. Deslizan sus dedos por las letras árabes grabadas en la piedra. Sus dedos se rozan. Son pareja desde hace tres años. Cuatro hombres iraníes esperan la respuesta de Turquía a su solicitud de refugiados. Ferda y Kiymet, sufíes devotas, no ocultan su relación en las calles de Konya. Muhsin Hendricks es gay. Y también es Imam en Johanesburgo.
Junto con Mazen, Ahsan y Qasim, este grupo conforma los personajes de A Jihad for Love (imdb) (tráiler) (Parvez Sharma, 2007, EEUU/Reino Unido/Francia/Alemania/Australia), un documental sobre la compatibilidad entre confesión musulmana y homosexualidad. Galardonada en numerosos festivales (no sólo de temática LGTB) desde su estreno, el director, residente en Nueva York, acaba de anunciar la exhibición pública del filme en Beirut, la primera que se desarrolla en un país árabe, con repercusiones en los medios de comunicación (más amable la información que los comentarios).
Desde una perspectiva meramente religiosa, es muy interesante la obra de Scott Siraj al-Haqq Kugle: Homosexuality in Islam: Critical Reflection on Gay, Lesbian and Transgender Muslims (1ª ed.: Inglaterra, 2010), que defiende y explica el trabajo de relectura y reinterpretación de las escrituras que están llevando a cabo los individuos musulmanes LGTB. Desde un punto de vista más sociológico (y periodístico, para qué nos vamos a engañar) está la obra de Brian Whitaker: Amor sin nombre: La vida de los gays y las lesbianas en el islam (1ª ed.: Londres, 2006).
Calem es la confederación de asociaciones lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, queer e intergénero musulmanas, con sede en Europa, que celebró sus I Jornadas en París este mismo octubre, reuniendo a organizaciones francesas (HM2F, Trans Aide), belgas (Merhaba, Omnia), españolas (A. M. Ho.), holandesas (Transvisie), así como a otras externas al territorio europeo: The Inner Circle (Sudáfrica), Kif-Kif (Marruecos), Al-Khamsa (Norte de África) o Bedayya (Egipto y Sudán).
Cuando escribía sobre la teorización del sistema sexo/género, confieso que no estaba al tanto de la extensión del ideario queer entre las organizaciones árabes, a pesar de que, cuando quieren traducir el término, algunos utilizan la expresión ahrar al-yins (que significaría sexualmente libres, corregidme si me equivoco), perdiendo la connotación de reformulación del insulto que se hace con queer. La teoría queer es, precisamente, la mayor patada que se le puede dar a la concepción esencialista y binaria de los sexos. Las asociaciones libanesas Helem o Meem, así como la palestina Aswat, entre otras, incluyen la Q entre las iniciales que aglutinan. Con el mundo árabe pasa, tantas veces, como con las mujeres en todo el planeta. En su nombre discursivizan otros. A Jihad for Love no está producida por árabes, pero le da la voz a los (y las) protagonistas. Trangénero y mujeres también se hacen con la palabra. Revistas y manifiestos de asociaciones árabes se esfuerzan por alzar su voz sobre la heteronormatividad y el androcentrismo. ¿Lo consiguen?
Árabes queer
Maha y Maryam rezan en una mezquita de El Cairo. Deslizan sus dedos por las letras árabes grabadas en la piedra. Sus dedos se rozan. Son pareja desde hace tres años. Cuatro hombres iraníes esperan la respuesta de Turquía a su solicitud de refugiados. Ferda y Kiymet, sufíes devotas, no ocultan su relación en las calles de Konya. Muhsin Hendricks es gay. Y también es Imam en Johanesburgo.
Junto con Mazen, Ahsan y Qasim, este grupo conforma los personajes de A Jihad for Love (imdb) (tráiler) (Parvez Sharma, 2007, EEUU/Reino Unido/Francia/Alemania/Australia), un documental sobre la compatibilidad entre confesión musulmana y homosexualidad. Galardonada en numerosos festivales (no sólo de temática LGTB) desde su estreno, el director, residente en Nueva York, acaba de anunciar la exhibición pública del filme en Beirut, la primera que se desarrolla en un país árabe, con repercusiones en los medios de comunicación (más amable la información que los comentarios).
Desde una perspectiva meramente religiosa, es muy interesante la obra de Scott Siraj al-Haqq Kugle: Homosexuality in Islam: Critical Reflection on Gay, Lesbian and Transgender Muslims (1ª ed.: Inglaterra, 2010), que defiende y explica el trabajo de relectura y reinterpretación de las escrituras que están llevando a cabo los individuos musulmanes LGTB. Desde un punto de vista más sociológico (y periodístico, para qué nos vamos a engañar) está la obra de Brian Whitaker: Amor sin nombre: La vida de los gays y las lesbianas en el islam (1ª ed.: Londres, 2006).
Calem es la confederación de asociaciones lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, queer e intergénero musulmanas, con sede en Europa, que celebró sus I Jornadas en París este mismo octubre, reuniendo a organizaciones francesas (HM2F, Trans Aide), belgas (Merhaba, Omnia), españolas (A. M. Ho.), holandesas (Transvisie), así como a otras externas al territorio europeo: The Inner Circle (Sudáfrica), Kif-Kif (Marruecos), Al-Khamsa (Norte de África) o Bedayya (Egipto y Sudán).
Cuando escribía sobre la teorización del sistema sexo/género, confieso que no estaba al tanto de la extensión del ideario queer entre las organizaciones árabes, a pesar de que, cuando quieren traducir el término, algunos utilizan la expresión ahrar al-yins (que significaría sexualmente libres, corregidme si me equivoco), perdiendo la connotación de reformulación del insulto que se hace con queer. La teoría queer es, precisamente, la mayor patada que se le puede dar a la concepción esencialista y binaria de los sexos. Las asociaciones libanesas Helem o Meem, así como la palestina Aswat, entre otras, incluyen la Q entre las iniciales que aglutinan. Con el mundo árabe pasa, tantas veces, como con las mujeres en todo el planeta. En su nombre discursivizan otros. A Jihad for Love no está producida por árabes, pero le da la voz a los (y las) protagonistas. Trangénero y mujeres también se hacen con la palabra. Revistas y manifiestos de asociaciones árabes se esfuerzan por alzar su voz sobre la heteronormatividad y el androcentrismo. ¿Lo consiguen?
Debemos escribir. Debemos escribir volúmenes para acabar con nuestra invisibilidad y con la historia que nos ha olvidado. Debemos escribir para los ojos que quieren leernos. Debemos escribir para nuestros pensamientos que necesitan ser expresados. Debemos darle nuevos significados a las cosas a través de palabras nuevas, frases nuevas, párrafos nuevos. Debemos escribir.
Y sí, deberíamos escribir más en árabe –estamos trabajando en ello.Bekhsoos, publicación de Meem
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Y qué vergüenza. Y 1.100 varones presidiendo la ceremonia y cuatro mujeres limpiando lo que ensucian.
Y mientras se siga rezando a un padre en el cielo, las cosas van a seguir igual en la tierra.
Y qué vergüenza de discursos y homilías.
Pero qué orgullo que haya gente que quiera cambiar las cosas. Qué orgullo que haya personas que rezan a unx padre-madre suyx que está en los cielos. Qué orgullo que lo que ha trascendido en los medios de esta visita sea la besada gay y lesbiana frente al papamóvil.
Una decía por ahí que besarse frente al Papa era una tontería. Que para qué tenían que ir a dar el espectáculo (como siempre). El Estado español (y el Estado, para esto, somos todxs) ha gastado millones de euros para que un hombre venga a un país "secular" a solicitar que cambien unas leyes que no han sido un regalo del 2005, sino que han sido el fruto de una lucha de años. Un hombre que compara el matrimonio igualitario con el cambio climático porque amenazan la creación. Un hombre que promueve ante masas fanatizadas que esa misma una no debe, no puede, tener nietos. Las besadas se llevan realizando en España desde los años ochenta (iniciadas por las lesbianas a raíz del arresto* de Arantxa Serrano y Esther Olassolo [fuente]). No sólo son útiles porque llaman la atención y son atractivas para los medios (el mismo motivo por el que no son multitudinarias, cuántxs LGB se esconden el Día del Orgullo cuando pasa cerca una cámara) sino que son un símbolo perfecto de visibilidad y reivindicación: estamos aquí, estamos en la calle, tenemos cuerpo, nos atraviesan pulsiones, sentimos deseo, no vamos a escondernos en casa, me beso aquí, delante de tu puerta, delante de tus hijxs.
¿Ganas de provocar? Claro que tengo ganas de provocar. Ganas de provocar al homófobo. Quiero que se enfade, quiero que sienta asco, quiero que se dé cuenta de que lo que realmente le molesta es que hayamos decidido no guardarnos los besos, las plumas, las novias, los novios, el amor, el sexo, para la intimidad de la alcoba. No sé si somos o no somos normales. Lo que tengo claro es que no somos como él.
Y tengo ganas de decírselo. Porque él me lo repite cada día, cada minuto, cada segundo. Y a veces lxs hetero os olvidáis de imaginar lo que eso llega a suponer cuando han pasado ya muchos días, muchos minutos, muchos segundos.
¿Que muy bien pero que no sirve para nada? ¿Que si es sólo desahogarse? Han sido sólo un centenar de LGB, pero sus imágenes han dado la vuelta al mundo. Y el mundo sabe ahora que los bollos y las maricas estamos enfadadas. Y eso es más que suficiente para empezar.
*Estas dos mujeres se dieron un beso, frente a la Puerta del Sol, el 23 de octubre de 1986. Dos días de retención y malos tratos y cruce de denuncias. A finales de los años noventa, el caso se resuelve con la condena a los policías. Cada 28 de junio, lesbianas se besan en la Puerta del Sol. Intentad detenernos ahora.
Dios(a)
Si Dios es varón, el varón es Dios.
Y qué vergüenza. Y 1.100 varones presidiendo la ceremonia y cuatro mujeres limpiando lo que ensucian.
Y mientras se siga rezando a un padre en el cielo, las cosas van a seguir igual en la tierra.
Y qué vergüenza de discursos y homilías.
Pero qué orgullo que haya gente que quiera cambiar las cosas. Qué orgullo que haya personas que rezan a unx padre-madre suyx que está en los cielos. Qué orgullo que lo que ha trascendido en los medios de esta visita sea la besada gay y lesbiana frente al papamóvil.
Una decía por ahí que besarse frente al Papa era una tontería. Que para qué tenían que ir a dar el espectáculo (como siempre). El Estado español (y el Estado, para esto, somos todxs) ha gastado millones de euros para que un hombre venga a un país "secular" a solicitar que cambien unas leyes que no han sido un regalo del 2005, sino que han sido el fruto de una lucha de años. Un hombre que compara el matrimonio igualitario con el cambio climático porque amenazan la creación. Un hombre que promueve ante masas fanatizadas que esa misma una no debe, no puede, tener nietos. Las besadas se llevan realizando en España desde los años ochenta (iniciadas por las lesbianas a raíz del arresto* de Arantxa Serrano y Esther Olassolo [fuente]). No sólo son útiles porque llaman la atención y son atractivas para los medios (el mismo motivo por el que no son multitudinarias, cuántxs LGB se esconden el Día del Orgullo cuando pasa cerca una cámara) sino que son un símbolo perfecto de visibilidad y reivindicación: estamos aquí, estamos en la calle, tenemos cuerpo, nos atraviesan pulsiones, sentimos deseo, no vamos a escondernos en casa, me beso aquí, delante de tu puerta, delante de tus hijxs.
¿Ganas de provocar? Claro que tengo ganas de provocar. Ganas de provocar al homófobo. Quiero que se enfade, quiero que sienta asco, quiero que se dé cuenta de que lo que realmente le molesta es que hayamos decidido no guardarnos los besos, las plumas, las novias, los novios, el amor, el sexo, para la intimidad de la alcoba. No sé si somos o no somos normales. Lo que tengo claro es que no somos como él.
Y tengo ganas de decírselo. Porque él me lo repite cada día, cada minuto, cada segundo. Y a veces lxs hetero os olvidáis de imaginar lo que eso llega a suponer cuando han pasado ya muchos días, muchos minutos, muchos segundos.
¿Que muy bien pero que no sirve para nada? ¿Que si es sólo desahogarse? Han sido sólo un centenar de LGB, pero sus imágenes han dado la vuelta al mundo. Y el mundo sabe ahora que los bollos y las maricas estamos enfadadas. Y eso es más que suficiente para empezar.
*Estas dos mujeres se dieron un beso, frente a la Puerta del Sol, el 23 de octubre de 1986. Dos días de retención y malos tratos y cruce de denuncias. A finales de los años noventa, el caso se resuelve con la condena a los policías. Cada 28 de junio, lesbianas se besan en la Puerta del Sol. Intentad detenernos ahora.
Angélica Such,
heteronormatividad,
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La representante de la Consellería de Benestar Social de la Comunidad Valenciana, Angélica Such, ha justificado así la retirada de partidas presupuestarias destinadas a dos organizaciones LGTB.
Seguramente, Such también piense que el Día del Orgullo no tiene sentido en tanto en cuanto no existe un Día del Orgullo Heterosexual.
Iba a escribir una entrada larguísima, pero a veces cansa responder a los mismos argumentos tantas veces.
Fuente
Igualdad
Considero que estos colectivos no son colectivos que tengan su cabida en los riesgos de exclusión social (...). Ahora mismo, si estamos todos hablando de la igualdad entre todos, en tanto no tenemos líneas específicas de heterosexuales, no tenemos líneas específicas de homosexuales.
La representante de la Consellería de Benestar Social de la Comunidad Valenciana, Angélica Such, ha justificado así la retirada de partidas presupuestarias destinadas a dos organizaciones LGTB.
Seguramente, Such también piense que el Día del Orgullo no tiene sentido en tanto en cuanto no existe un Día del Orgullo Heterosexual.
Iba a escribir una entrada larguísima, pero a veces cansa responder a los mismos argumentos tantas veces.
Fuente
intersexualidad,
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Superheroínas
A N. y a mí nos encanta decir que somos biomujeres transgénero.
Feliz Día de la Solidaridad Intersexual.
Feliz Día de la Solidaridad Intersexual.
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Ayer me sorprendí emocionada con la noticia en televisión de la intervención de Miss Shangay Lilly en un acto en el que participaba Mariano Rajoy. Hace tiempo que sigo su Divario en Internet y me parece una auténtica crack. Mi madre, sentada a mi lado en el sofá, me dijo algo que he leído ya en múltiples comentarios a la noticia en diferentes periódicos: ¿Por qué tiene que ir con esas pintas? Desprestigia al colectivo y da motivos a todos los que expanden los tópicos del mundo LGTB.
Afortunadamente, una que es leída, hacía poco que había terminado el libro de Gracia Trujillo y pude cortarla con una cita que ésta recoge:
Pero ahí quedó la cosa. Como al final este blog se está convirtiendo en una especie de larga carta-argumentario a mi madre para que entienda por qué a veces grito tanto cuando grito, aprovecho para completar esa espléndida cita con alguna reflexión, en caliente y sin documentarme (perdona por los tacos, mamá).
Como es lógico, por vestirse de macho o por ser más chica-chica, Heterolandia y la Gran Cultura Madre no va a aplaudirte y a darte la bienvenida en su casa; por colocarse el paquete o por sentarse con las piernas cruzadas y las rodillas bien juntas no les va a dar igual el órgano que chupes cuando chupas. De repente parece que como salen bolleras y maricas en las series, que como desde la Ley 13/2005 podemos tirarnos arroz en la puerta del juzgado, ya no hay diferencias y debemos aceptar la (hetero)normalidad.
Y no es lo mismo la pluma LG que la pluma hetero. No es lo mismo una butch que un gañán que se rasca los huevos para ser más macho. La pluma gay, la pluma bollo o la performance queer supone una subversión en los roles, supone una auténtica revolución en la dicotomía hombre-mujer en la que todxs nos hemos educado. Que te quieras quedar con que desprestigia al colectivo o con que no es más que vestirse de payaso, es cosa tuya.
Como decía Paco Vidarte, no nos han regalado nada. Y si alguien ha luchado por todxs los LGTB, si alguien se ha llevado golpes, si alguien ha estado en la cárcel, si alguien ha gritado cuando la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social no era memoria histórica sino presente de mierda para que ahora todxs lxs gais que despotrican contra la pluma puedan, efectivamente, tirarse arroz en la puerta del juzgado, han sido precisamente las drags, las travestis, las maricas más maricas y las bolleras feministas a las que no querían ni las lesbianas ni las feministas.
Así que yo, ahora, me arrodillo eternamente agradecida a Miss Shangay Lilly y a todxs aquellxs valientes que no se ponen la careta de hetero para que la Gran Cultura Madre les quiera.
Todxs somos drag
Ayer me sorprendí emocionada con la noticia en televisión de la intervención de Miss Shangay Lilly en un acto en el que participaba Mariano Rajoy. Hace tiempo que sigo su Divario en Internet y me parece una auténtica crack. Mi madre, sentada a mi lado en el sofá, me dijo algo que he leído ya en múltiples comentarios a la noticia en diferentes periódicos: ¿Por qué tiene que ir con esas pintas? Desprestigia al colectivo y da motivos a todos los que expanden los tópicos del mundo LGTB.
Afortunadamente, una que es leída, hacía poco que había terminado el libro de Gracia Trujillo y pude cortarla con una cita que ésta recoge:
Todos nacemos desnudas. El resto es drag.
Pero ahí quedó la cosa. Como al final este blog se está convirtiendo en una especie de larga carta-argumentario a mi madre para que entienda por qué a veces grito tanto cuando grito, aprovecho para completar esa espléndida cita con alguna reflexión, en caliente y sin documentarme (perdona por los tacos, mamá).
Como es lógico, por vestirse de macho o por ser más chica-chica, Heterolandia y la Gran Cultura Madre no va a aplaudirte y a darte la bienvenida en su casa; por colocarse el paquete o por sentarse con las piernas cruzadas y las rodillas bien juntas no les va a dar igual el órgano que chupes cuando chupas. De repente parece que como salen bolleras y maricas en las series, que como desde la Ley 13/2005 podemos tirarnos arroz en la puerta del juzgado, ya no hay diferencias y debemos aceptar la (hetero)normalidad.
Y no es lo mismo la pluma LG que la pluma hetero. No es lo mismo una butch que un gañán que se rasca los huevos para ser más macho. La pluma gay, la pluma bollo o la performance queer supone una subversión en los roles, supone una auténtica revolución en la dicotomía hombre-mujer en la que todxs nos hemos educado. Que te quieras quedar con que desprestigia al colectivo o con que no es más que vestirse de payaso, es cosa tuya.
Como decía Paco Vidarte, no nos han regalado nada. Y si alguien ha luchado por todxs los LGTB, si alguien se ha llevado golpes, si alguien ha estado en la cárcel, si alguien ha gritado cuando la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social no era memoria histórica sino presente de mierda para que ahora todxs lxs gais que despotrican contra la pluma puedan, efectivamente, tirarse arroz en la puerta del juzgado, han sido precisamente las drags, las travestis, las maricas más maricas y las bolleras feministas a las que no querían ni las lesbianas ni las feministas.
Así que yo, ahora, me arrodillo eternamente agradecida a Miss Shangay Lilly y a todxs aquellxs valientes que no se ponen la careta de hetero para que la Gran Cultura Madre les quiera.
Imagen:
25 de junio de 1977. Primera manifestación del Orgullo en Barcelona, con la LPRS todavía vigente. La fotografía es de Colita.
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It gets better,
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Todo va a mejorar
A raíz del Coming Out Day, saqué a relucir una iniciativa que el periodista estadounidense Dan Savage había desarrollado. Tras las olas de suicidios de adolescentes LGTB en su país, Savage decidió abrir un canal de videos para que hombres y mujeres madurxs y felices les dijeran a lxs adolescentes cuya no adecuación a la norma heterosexual les causaba malestar y tristeza, que todo iba a mejorar. Es el It Gets Better Project, con canal en Youtube y página en Facebook. Hasta Barack Obama ha participado.
Poco después, ha sido lanzada una iniciativa similar para hispanoparlantes: Tu vida va a mejorar. Su canal de vídeos sólo tiene, de momento, doce aportaciones y su grupo de Facebook cuenta con 150 amigos.
Lo que voy a contar ahora suena un poco raro, un poco loco. Hace unos años, yo hablaba con mi mano derecha. Mi mano no tenía una identidad propia, evidentemente, pero era ella, la mano derecha, quien me decía lo que yo quería oír: "Loreto, todo va a salir bien", "Loreto, no te preocupes, esta noche estarás durmiendo en tu cama y nada de todo lo horrible que has imaginado que te va a pasar habrá pasado", etcétera, etcétera, etcétera... Por la noche estaba en mi cama y nada de lo horrible que había imaginado había pasado. La mano derecha nunca mentía. Por eso, cuando me decía que todo iba a salir bien, no me quedaba más remedio que creerla. Es curioso los mecanismos que los seres humanos nos inventamos para sobrevivir.
Me parece precioso que alguien haya pensado en todxs esxs adolescentes cuyo yo interno les grita que todo va a salir bien, desde el corazón, desde el alma, desde el fondo de sus pulmones (incluso desde su mano derecha), pero a quienes todo el ruido de su angustia les impide escucharla, les impide creerla. Me parece precioso que alguien haya pensado en ser esa voz para aquéllxs que se hayan quedado mudxs, para aquéllxs que hayan perdido la confianza en su mano derecha porque, un día, todo lo horrible ocurrió.
Yo también quiero formar parte de esa voz que grita.
Todo va a mejorar.
Poco después, ha sido lanzada una iniciativa similar para hispanoparlantes: Tu vida va a mejorar. Su canal de vídeos sólo tiene, de momento, doce aportaciones y su grupo de Facebook cuenta con 150 amigos.
Lo que voy a contar ahora suena un poco raro, un poco loco. Hace unos años, yo hablaba con mi mano derecha. Mi mano no tenía una identidad propia, evidentemente, pero era ella, la mano derecha, quien me decía lo que yo quería oír: "Loreto, todo va a salir bien", "Loreto, no te preocupes, esta noche estarás durmiendo en tu cama y nada de todo lo horrible que has imaginado que te va a pasar habrá pasado", etcétera, etcétera, etcétera... Por la noche estaba en mi cama y nada de lo horrible que había imaginado había pasado. La mano derecha nunca mentía. Por eso, cuando me decía que todo iba a salir bien, no me quedaba más remedio que creerla. Es curioso los mecanismos que los seres humanos nos inventamos para sobrevivir.
Me parece precioso que alguien haya pensado en todxs esxs adolescentes cuyo yo interno les grita que todo va a salir bien, desde el corazón, desde el alma, desde el fondo de sus pulmones (incluso desde su mano derecha), pero a quienes todo el ruido de su angustia les impide escucharla, les impide creerla. Me parece precioso que alguien haya pensado en ser esa voz para aquéllxs que se hayan quedado mudxs, para aquéllxs que hayan perdido la confianza en su mano derecha porque, un día, todo lo horrible ocurrió.
Yo también quiero formar parte de esa voz que grita.
Todo va a mejorar.
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