Hoy va de recomendaciones: un libro y una serie.
Hace dos semanas compré en Berkana un ensayo de Gracia Trujillo Barbadillo: Deseo y resistencia (1977-2007). Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español, basado en su propia tesis doctoral. Desde entonces, he estado metida en infinitos libros, por lo que no ha sido hasta esta tarde cuando he podido embarcarme en su lectura. Es cierto que no he terminado más que el marco teórico, pero se anuncia completo y riguroso, además de tremendamente interesante. En MiraLes se puede leer una entrevista a Trujillo acerca de este ensayo.
En segundo lugar, la serie: se trata de Lip Service, un producto de la BBC del que ya hay emitidos tres episodios. Tiene mejor pinta que The L Word, y se encuentra disponible en SeriesYonkis (imagino que no sería ético enlazarlo... la página Web oficial de la serie lo ofrece en streaming gratuitamente para los residentes en Reino Unido).
As'ad AbuKhalil,
Jasad,
Joumana Haddad,
Líbano,
Marcia Lynx Qualey,
Nawal al-Saadawi,
Reseñas,
Scheherezade
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En septiembre de este mismo año tuve la suerte de asistir a la presentación del libro I Killed Scheherazade: Confessiones of an Angry Arab Woman, un manifiesto de Joumana Haddad (Beirut, 1970), poeta y periodista libanesa conocida por la fundación y edición de la revista Jasad, una polémica revista cultural especializada "en las artes, las ciencias y las literaturas del cuerpo":
I killed Scheherazade: Conf... está escrito a modo de carta al lector y a la lectora occidentales (Sobre camallos, danza del vientre, esquizofrenia y otros pseudo-desastres), incluyendo una serie de capítulos que tratan de responder los estereotipos sobre la presunta "mujer árabe" que Jaddad trata de mostrar inexistente: Una mujer árabe que lee a Marqués de Sade; Una mujer árabe que escribe poesía erótica...
Intencionadamente provocador, la obra no sólo se enfrenta al prejuicio occidental, sino también al sexismo árabe, especialmente el libanés: "Vivo en un país que me odia".
Personalmente, reconozco que muchos apartados del texto me han resultado especialmente rechinantes:
¿Ha muerto Scheherezade?
[Cuando era pequeña] pensaba que sólo había dos cosas que merecían la pena cuando me quedaba sola: la lectura y la masturbación.Joumana Haddad (pp. 33-34)
En septiembre de este mismo año tuve la suerte de asistir a la presentación del libro I Killed Scheherazade: Confessiones of an Angry Arab Woman, un manifiesto de Joumana Haddad (Beirut, 1970), poeta y periodista libanesa conocida por la fundación y edición de la revista Jasad, una polémica revista cultural especializada "en las artes, las ciencias y las literaturas del cuerpo":
En cuanto fundé la nueva revista trimestral cultural Jasad (Cuerpo), algunos de los medios impresos o en línea árabes, mostraron su entusiasmo y sus ecos de apoyo llegaron hasta mí (...). Al mismo tiempo, sin embargo, hubo algunas extrañas reacciones y comentarios (la mayoría de las cauales llegaron por e-mail) (...)
Esto es, por supuesto, lo que uno podía esperar, me diréis, y es una reacción inevitable hacia una revista que trata las literaturas, las ciencias y las artes del Cuerpo. Para empeorar las cosas, la revista está en árabe. Y por si no fuera suficiente, la redactora jefe es una mujer. Lo que, básicamente, significa que es un cóctel Molotov a punto de explotar. ¿Qué esperabas? Me diréis.
(...)
Así es como somos, damas y caballeros:
Aplaudimos los desnudos de Robert Mapplethorpe, Man Ray y Spencer Tunick, pero por el otro lado, cuando su trabajo es exhibido en una revista cultural árabe, junto con otras obras eróticas, similares, de artistas árabes y occidentales, condescendientemente lo llamamos pornografía.
(...)
Así es como la mayoría de nosotros somos: Queremos algo y escupimos sobre ello, como dice un refrán libanés. (...)
I killed Scheherazade: Conf... está escrito a modo de carta al lector y a la lectora occidentales (Sobre camallos, danza del vientre, esquizofrenia y otros pseudo-desastres), incluyendo una serie de capítulos que tratan de responder los estereotipos sobre la presunta "mujer árabe" que Jaddad trata de mostrar inexistente: Una mujer árabe que lee a Marqués de Sade; Una mujer árabe que escribe poesía erótica...
Intencionadamente provocador, la obra no sólo se enfrenta al prejuicio occidental, sino también al sexismo árabe, especialmente el libanés: "Vivo en un país que me odia".
Personalmente, reconozco que muchos apartados del texto me han resultado especialmente rechinantes:
Yo como mujer necesito al hombre. (...) Yo como mujer soy consciente de que el hombre me necesita también a mí. (...) Ambas identidades humanas van de la mano, cómplices e iguales, desafiando, motivando y apoyándose mutuamente, manteniéndose maravillosamente DIFERENTES.(p.100)
¿Hay algo más magnífico que una mujer insistiendo en ganar sus batallas sin dejar de ser una mujer?(p. 98)
Soy una mujer profesional de sueldo alto, pero odio tener que pagar la cuenta de un restaurante cuando un hombre me ha pedido una cita.
Soy una mujer intelectual, pero me preocupo por mis arrugas y por mi peso tanto como me preocupo por no haber leído todavía lo último de Kundera.
(...)
En resumen, soy lo que llamaríais una fan de la feminidad (...). Moda y cultura: alimento para el cuerpo, alimento para la mente. Belleza externa e interna, completándose y enriqueciéndose mutuamente.(pp. 95-96)
En alguna reseña he leído que se citaba a Joumana Haddad como la Nawal Al-Saadawi libanesa. Por supuesto que no quiero quitarle mérito a I Killed Scheherazade: Conf..., pero creo que, sin ser tan críticos como As'ad AbuKhalil (del que ya hablé en mi anterior entrada), es imposible comparar el nivel teórico de una y de otra autora. Marcia Lynx Qualey, escritora asentada en El Cairo, responde por mí en su blog sobre literatura árabe:
¿Es Joumana Haddad la Nawal al-Saadawi de Líbano?
La respuesta corta: No.
No sé si ha muerto Scheherezade. Lo que tengo claro es que no ha sido Joumana Haddad quien empuñaba el arma.
Carme Chacón,
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Soraya Rodríguez
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Como es evidente, unx no se hace machista del día a la mañana. Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, ha sido noticia la última semana por una inoportuna declaración:
Sin embargo, en el baúl de los recuerdos encontramos los antecedentes del Excelentísimo Alcalde. En 2007, durante la precampaña a las elecciones municipales, hizo esta declaración en un mítin en relación a su oponente socialista Soraya Rodríguez, actual Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, entre las carcajadas del público:
En abril de 2009, comentó en relación a Carme Chacón, Ministra de Defensa:
Asimismo, en una de sus primeras intervenciones como alcalde de la ciudad, en la casa Cervantes en 2005, aseguró su intención de que Valladolid dejara de ser la ciudad de las diez pes:
Estas declaraciones no son ni inocentes ni inofensivas. Rotundamente no.
Las perlas de De la Riva
Como es evidente, unx no se hace machista del día a la mañana. Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, ha sido noticia la última semana por una inoportuna declaración:
La Leire Pajín, una chica preparadísima, hábil, discreta, que va a repartir condones a diestro y siniestro por donde quiera que vaya y que va a ser la alegría de la huerta. Tengo que decir que cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a decir aquí.
Sin embargo, en el baúl de los recuerdos encontramos los antecedentes del Excelentísimo Alcalde. En 2007, durante la precampaña a las elecciones municipales, hizo esta declaración en un mítin en relación a su oponente socialista Soraya Rodríguez, actual Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, entre las carcajadas del público:
Quiero decir que de aquí a pasado mañana, creedme, puede pasar cualquier cosa. Puedo, mañana, ser acusado de... iba a decir de haber violado a la propia candidata, pero la verdad es que...
En abril de 2009, comentó en relación a Carme Chacón, Ministra de Defensa:
Ayer he visto el guirigay que se ha montado entre la ministra de Defensa, que es como la señorita Pepis vestida de soldado...
Asimismo, en una de sus primeras intervenciones como alcalde de la ciudad, en la casa Cervantes en 2005, aseguró su intención de que Valladolid dejara de ser la ciudad de las diez pes:
A la ciudad hay que librarla de pulgas, piojos y putas.
Estas declaraciones no son ni inocentes ni inofensivas. Rotundamente no.
Almudena Hernando,
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Llevo mucho tiempo interesada en las teorías acerca de la construcción identitaria. Anteayer me leía Construcción de la subjetividad femenina, una recopilación de Almudena Hernando (2000) de las ponencias del seminario homónimo que el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense celebró en Madrid.
Al mismo tiempo que leía el ensayo con que la propia Dra. Hernando había contribuido a la edición, me choqué con el "Corto de la semana" del diario El País: Uniformadas, de Irene Zoe Alameda. Para quien no tenga tiempo o ganas de ver los doce minutos de cortometraje, aquí se puede ver el tráiler. Uniformadas sigue a una niña de ocho años que se enfrenta a una educación encorsetada en los esquemas de género y que, enfrentada a mensajes contradictorios y atraída por una compañera de clase a la que besa...
... se siente tremendamente confusa.
Cuando alguien quiere diluir las categorías de hombre/mujer/transgénero, homosexual/heterosexual/polisexual... me siento ofendida en mi identidad de mujer homosexual. Influida por cierto radicalismo lesbiano y feminista de los años sesenta y setenta, no puedo evitar sentir que el borrado que algunxs teóricxs queer tratan de hacer sobre mi identidad, no hace más que invisibilizar las raíces de las discriminaciones que puedo/podemos sufrir.
Por otro lado, cuando en mi entorno se acepta la premisa de las diferencias biológicas insalvables entre las categorías de hombre/mujer, también me siento ofendida, algo que me ocurrió con lo sucedido, y ya comentado, en el IV Congreso Internacional de Feminismo Islámico.
Supongo, entonces, que lo importante para mí es la instrumentalización de las identidades políticas. Mi autodesignación de mujer no se basa en la identificación con un grupo por motivos biológicos, sino en la autodeterminación de una comunidad de individuos que sufren una discriminación concreta. Asocio la disolución de esa etiqueta de "mujer" al presupuesto de que esa discriminación concreta ya no existe, hecho con el que no estoy en absoluto de acuerdo.
Entiendo que las identidades políticas tienen el problema de que, a veces, corremos el riesgo de creérnoslas y convertir la instrumentalización en fin en sí mismo. Entiendo, asimismo, que la reafirmación de la identidad de mujer puede confundir a quien te escucha, que puede terminar relacionándolo con diferencias de base entre las categorías de hombre y mujer. Entiendo que es difícil defender que partamos de las categorías hombre/mujer para que, cuando el debate avance, retrocedamos y olvidamos lo aprendido para continuar con una perspectiva genderqueer.
Al mismo tiempo, comprendo perfectamente la postura de mujeres lesbianas feministas que, como Beatriz Gimeno en España, comprenden la identidad lesbiana como una opción política, independientemente de que haya o no sido mi caso (yo me autodesigné lesbiana mucho antes de conocer toda esa lucha, antes siquiera de autodesignarme mujer).
Sin embargo, esas mujeres lesbianas que no son mujeres porque no forman parte del sistema económico-político-social heterosexual, ¿pueden mantener relaciones con hombres/transgénero que también hayan decidido salirse de ese dispositivo? ¿Las lesbianas dejan entonces de ser mujeres, de ser lesbianas y se convierten en transgénero polisexuales?
Sé que este debate no es, en absoluto, nuevo. También sé que hay infinitas respuestas a estas preguntas pero que yo, ya que llevo poco tiempo sumergida en estos mundos, no conozco. Mi problema es que, siendo yo novata en este área, me convence cada texto que leo.
En principio, comparto la instrumentalización de las identidades con fines políticos/reivindicativos y comparto la creencia en que las categorías hombre/mujer y hetero/homosexual son constructos. Mi mayor problema nace, entonces, cuando me enfrento a la transexualidad o al caso David/Brenda (en français pour maman). Con esto, me cuesta aceptar definitivamente la idea de que la identidad sexual, así como la identidad de género, son constructos sociales o instrumentales.
Estoy perdida, tan perdida como Margaret, protagonista de Uniformadas.
Margaret
Es más fácil tener que ser.Margaret
Llevo mucho tiempo interesada en las teorías acerca de la construcción identitaria. Anteayer me leía Construcción de la subjetividad femenina, una recopilación de Almudena Hernando (2000) de las ponencias del seminario homónimo que el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense celebró en Madrid.
Al mismo tiempo que leía el ensayo con que la propia Dra. Hernando había contribuido a la edición, me choqué con el "Corto de la semana" del diario El País: Uniformadas, de Irene Zoe Alameda. Para quien no tenga tiempo o ganas de ver los doce minutos de cortometraje, aquí se puede ver el tráiler. Uniformadas sigue a una niña de ocho años que se enfrenta a una educación encorsetada en los esquemas de género y que, enfrentada a mensajes contradictorios y atraída por una compañera de clase a la que besa...
-Ven conmigo al armario.
-¿Para qué?
-Tú ven, que te voy a contar un secreto.
... se siente tremendamente confusa.
-Margaret, what do you want to be when you become a grown-up girl?
-Mmmm... A man.
Cuando alguien quiere diluir las categorías de hombre/mujer/transgénero, homosexual/heterosexual/polisexual... me siento ofendida en mi identidad de mujer homosexual. Influida por cierto radicalismo lesbiano y feminista de los años sesenta y setenta, no puedo evitar sentir que el borrado que algunxs teóricxs queer tratan de hacer sobre mi identidad, no hace más que invisibilizar las raíces de las discriminaciones que puedo/podemos sufrir.
Por otro lado, cuando en mi entorno se acepta la premisa de las diferencias biológicas insalvables entre las categorías de hombre/mujer, también me siento ofendida, algo que me ocurrió con lo sucedido, y ya comentado, en el IV Congreso Internacional de Feminismo Islámico.
Supongo, entonces, que lo importante para mí es la instrumentalización de las identidades políticas. Mi autodesignación de mujer no se basa en la identificación con un grupo por motivos biológicos, sino en la autodeterminación de una comunidad de individuos que sufren una discriminación concreta. Asocio la disolución de esa etiqueta de "mujer" al presupuesto de que esa discriminación concreta ya no existe, hecho con el que no estoy en absoluto de acuerdo.
Entiendo que las identidades políticas tienen el problema de que, a veces, corremos el riesgo de creérnoslas y convertir la instrumentalización en fin en sí mismo. Entiendo, asimismo, que la reafirmación de la identidad de mujer puede confundir a quien te escucha, que puede terminar relacionándolo con diferencias de base entre las categorías de hombre y mujer. Entiendo que es difícil defender que partamos de las categorías hombre/mujer para que, cuando el debate avance, retrocedamos y olvidamos lo aprendido para continuar con una perspectiva genderqueer.
Al mismo tiempo, comprendo perfectamente la postura de mujeres lesbianas feministas que, como Beatriz Gimeno en España, comprenden la identidad lesbiana como una opción política, independientemente de que haya o no sido mi caso (yo me autodesigné lesbiana mucho antes de conocer toda esa lucha, antes siquiera de autodesignarme mujer).
Sin embargo, esas mujeres lesbianas que no son mujeres porque no forman parte del sistema económico-político-social heterosexual, ¿pueden mantener relaciones con hombres/transgénero que también hayan decidido salirse de ese dispositivo? ¿Las lesbianas dejan entonces de ser mujeres, de ser lesbianas y se convierten en transgénero polisexuales?
Sé que este debate no es, en absoluto, nuevo. También sé que hay infinitas respuestas a estas preguntas pero que yo, ya que llevo poco tiempo sumergida en estos mundos, no conozco. Mi problema es que, siendo yo novata en este área, me convence cada texto que leo.
En principio, comparto la instrumentalización de las identidades con fines políticos/reivindicativos y comparto la creencia en que las categorías hombre/mujer y hetero/homosexual son constructos. Mi mayor problema nace, entonces, cuando me enfrento a la transexualidad o al caso David/Brenda (en français pour maman). Con esto, me cuesta aceptar definitivamente la idea de que la identidad sexual, así como la identidad de género, son constructos sociales o instrumentales.
Estoy perdida, tan perdida como Margaret, protagonista de Uniformadas.
As'ad AbuKhalil,
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Suad Joseph,
traducciones culturales,
transexualidad
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الجنس
A veces creo que conozco un tema hasta que tengo que hablar o escribir sobre él. Parece sencillo encontrar materias relacionadas con "sexo en el mundo árabe", pero ser una maniática del lenguaje me hace dudar por principio de qué es ese “sexo” del que estoy hablando.
El sistema sexo/género tiene su origen en The Traffic of Women: Notes on the 'Political Economy' of Sex (pdf, trad. Stella Mastrangelo), un ensayo de Gayle Rubin. El discurso que se deriva de este texto parte de cierta complementariedad del género respecto al sexo. Por otro lado, el desarrollo teórico de la obra de Joan Scott define (pdf) el género como una categoría analítica. Este uso está relacionado con los trabajos de autoras como Judith Butler o Teresa de Lauretis. Estos dos usos se ven combatidos por quienes abogan, finalmente, por eliminar la categoría de género acusándola de haber perdido su utlidad práctica y teórica.
Mi opinión no viene al caso, pero es inevitable que influya en mi trabajo: creo en la debilidad, por no decir inexistencia, de las fronteras intersexuales; pero también creo en la utilidad de instrumentalizar esas ficticias diferencias para la construcción de identidades políticas. Partiendo de aquí, me pregunto sobre la posibilidad de universalizar este discurso y sobre la teorización que del sistema sexo/género se ha hecho en el mundo árabe.
As'ad AbuKhalil ha escrito (pdf) precisamente sobre la conteptualización de estos términos (el título de su artículo hace referencia al mundo árabe, pero el texto se centra en la religión musulmana). AbuKhalil (libanés-estadounidense, ateo y anarquista, muy crítico con el Islam en relación con las mujers) cree que el Corán no diferencia la "feminidad" y la "masculinidad" desde una perspectiva esencialista. Suad Joseph (Líbano-EEUU) destaca (pdf) que el sistema sexo/género en el mundo árabe está determinado por "las instituciones patriarcales que dominan en el orden social" (es decir, como en prácticamente el resto del planeta). La construcción de la subjetividad árabe masculina y femenina que traza la profesora Joseph es, en líneas generales, muy similar a la descrita en discursos universalizadores.
Sería muy interesante comentar los usos lingüísticos de los términos sexo y género en árabe, además de comentar las posibles consecuencias de la marca de género gramatical (como en español) en las estructuras mentales del individuo (como defendería la hipótesis Sapir-Worph). De esto último existen diferentes estudios, pero mi desconocimiento de la lengua árabe me imposibilita profundizar en el tema.
A lo largo del IV Congreso Internacional de Feminismo Islámico, organizado por la Junta Islámica Catalana y celebrado en Madrid este fin de semana (ahora soy yo la que peca de confundir "Islam" y "Mundo árabe") ha salido a relucir en muchas ocasiones los significados de las palabras "sexo" y "género". Es más que probable que el uso indistinto del castellano, el inglés y el árabe y la traducción simultánea contribuyan a la confusión; sin embargo, intentaré extraer alguna conclusión.
La mezcolanza de diferentes visiones sobre el discurso y las prácticas feministas se hizo patente en todas y cada una de las ponencias e intervenciones del público. Sin embargo, algo parecía evidente: la diferencia biológica e insalvable entre los sexos. A partir de ahí, se discutía la necesidad de la igualdad, la equidad o la complementareidad. Por debajo de este relato, de todas formas, había muchos momentos en los que se traslucía cierta resignación en la aceptación de esta premisa con el objetivo de posibilitar el debate.
La noción de sexo y género también se trasluce en los debates sobre la transexualidad y la reasignación de género, permitida en Egipto, Jordania, Líbano y Siria, y también practicada en Arabia Saudí.
¿Qué conclusión extraigo de esto? El debate sobre las raíces, definiciones e implicaciones del sistema sexo/género no están cerradas en ningún lugar o cultura: ni en el mundo anglosajón, ni en el latino, ni en el europeo continental, ni en el árabe, ni en el asiático... Asimismo, son inevitables los viajes conceptuales en un sentido y en el otro, y tratar las realidades culturales y geográficas como contextos académicos aislados no tendría ningún sentido en el mundo contemporáneo. El sistema sexo/género está pensado y (creo que) funciona a nivel universal, aunque su teorización varíe (entre culturas, religiones, corrientes de pensamiento, individuos...).
Lo sé: no es una conclusión cerrada o reveladora, sino igual de abierta que la introducción de esta entrada, pero no puedo pretender aportar una solución a un problema que lleva décadas siendo discutido y del que (todavía) no conozco todo lo que querría conocer.
El sistema sexo/género tiene su origen en The Traffic of Women: Notes on the 'Political Economy' of Sex (pdf, trad. Stella Mastrangelo), un ensayo de Gayle Rubin. El discurso que se deriva de este texto parte de cierta complementariedad del género respecto al sexo. Por otro lado, el desarrollo teórico de la obra de Joan Scott define (pdf) el género como una categoría analítica. Este uso está relacionado con los trabajos de autoras como Judith Butler o Teresa de Lauretis. Estos dos usos se ven combatidos por quienes abogan, finalmente, por eliminar la categoría de género acusándola de haber perdido su utlidad práctica y teórica.
Mi opinión no viene al caso, pero es inevitable que influya en mi trabajo: creo en la debilidad, por no decir inexistencia, de las fronteras intersexuales; pero también creo en la utilidad de instrumentalizar esas ficticias diferencias para la construcción de identidades políticas. Partiendo de aquí, me pregunto sobre la posibilidad de universalizar este discurso y sobre la teorización que del sistema sexo/género se ha hecho en el mundo árabe.
As'ad AbuKhalil ha escrito (pdf) precisamente sobre la conteptualización de estos términos (el título de su artículo hace referencia al mundo árabe, pero el texto se centra en la religión musulmana). AbuKhalil (libanés-estadounidense, ateo y anarquista, muy crítico con el Islam en relación con las mujers) cree que el Corán no diferencia la "feminidad" y la "masculinidad" desde una perspectiva esencialista. Suad Joseph (Líbano-EEUU) destaca (pdf) que el sistema sexo/género en el mundo árabe está determinado por "las instituciones patriarcales que dominan en el orden social" (es decir, como en prácticamente el resto del planeta). La construcción de la subjetividad árabe masculina y femenina que traza la profesora Joseph es, en líneas generales, muy similar a la descrita en discursos universalizadores.
Sería muy interesante comentar los usos lingüísticos de los términos sexo y género en árabe, además de comentar las posibles consecuencias de la marca de género gramatical (como en español) en las estructuras mentales del individuo (como defendería la hipótesis Sapir-Worph). De esto último existen diferentes estudios, pero mi desconocimiento de la lengua árabe me imposibilita profundizar en el tema.
A lo largo del IV Congreso Internacional de Feminismo Islámico, organizado por la Junta Islámica Catalana y celebrado en Madrid este fin de semana (ahora soy yo la que peca de confundir "Islam" y "Mundo árabe") ha salido a relucir en muchas ocasiones los significados de las palabras "sexo" y "género". Es más que probable que el uso indistinto del castellano, el inglés y el árabe y la traducción simultánea contribuyan a la confusión; sin embargo, intentaré extraer alguna conclusión.
La mezcolanza de diferentes visiones sobre el discurso y las prácticas feministas se hizo patente en todas y cada una de las ponencias e intervenciones del público. Sin embargo, algo parecía evidente: la diferencia biológica e insalvable entre los sexos. A partir de ahí, se discutía la necesidad de la igualdad, la equidad o la complementareidad. Por debajo de este relato, de todas formas, había muchos momentos en los que se traslucía cierta resignación en la aceptación de esta premisa con el objetivo de posibilitar el debate.
La noción de sexo y género también se trasluce en los debates sobre la transexualidad y la reasignación de género, permitida en Egipto, Jordania, Líbano y Siria, y también practicada en Arabia Saudí.
¿Qué conclusión extraigo de esto? El debate sobre las raíces, definiciones e implicaciones del sistema sexo/género no están cerradas en ningún lugar o cultura: ni en el mundo anglosajón, ni en el latino, ni en el europeo continental, ni en el árabe, ni en el asiático... Asimismo, son inevitables los viajes conceptuales en un sentido y en el otro, y tratar las realidades culturales y geográficas como contextos académicos aislados no tendría ningún sentido en el mundo contemporáneo. El sistema sexo/género está pensado y (creo que) funciona a nivel universal, aunque su teorización varíe (entre culturas, religiones, corrientes de pensamiento, individuos...).
Lo sé: no es una conclusión cerrada o reveladora, sino igual de abierta que la introducción de esta entrada, pero no puedo pretender aportar una solución a un problema que lleva décadas siendo discutido y del que (todavía) no conozco todo lo que querría conocer.
reapropiación,
simbología
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Triángulo negro
Los campos de concentración nazis marcaban a lxs prisionerxs con una simbología centrada, principalmente, en triángulos invertidos. Fabricados con tela, eran cosidos en las chaquetas y servían para identificar al individuo (mediante la deshumanización y colectivización, campos de desindividuación).
El amarillo aunaba a los judíos, el rojo a lxs prisionerxs políticxs, el verde a lxs criminales comunes, el violeta para testigos de Jehová, el negro para lxs asociales... y el rosa para los homosexuales. De esta forma, el triángulo rosa se ha convertido en uno de los símbolos por excelencia de la comunidad homosexual.
Sin embargo, cuando hablaban de homosexuales, lxs nazis (y no sólo lxs nazis...) pensaban en hombres. Cuando se consigue eliminar la posibilidad de una sexualidad femenina, se anula también la posibilidad de su homosexualidad. Será entre lxs asociales (arbeitsscheu) donde encontraremos a las lesbianas.
El triángulo negro reunía a aquellas mujeres que amenazaban contra el modelo de familia nacionalsocialista: feministas, lesbianas y prostitutas. Asimismo, incluía también a personas con discapacidades intelectuales, a las que carecían de hogar, alcóholicxs, gitanxs (aunque, en algunos campos, éstos eran reconocidxs con un triángulo marrón).
Siempre me han apasionado las reapropiaciones de símbolos y de términos.
El amarillo aunaba a los judíos, el rojo a lxs prisionerxs políticxs, el verde a lxs criminales comunes, el violeta para testigos de Jehová, el negro para lxs asociales... y el rosa para los homosexuales. De esta forma, el triángulo rosa se ha convertido en uno de los símbolos por excelencia de la comunidad homosexual.
Sin embargo, cuando hablaban de homosexuales, lxs nazis (y no sólo lxs nazis...) pensaban en hombres. Cuando se consigue eliminar la posibilidad de una sexualidad femenina, se anula también la posibilidad de su homosexualidad. Será entre lxs asociales (arbeitsscheu) donde encontraremos a las lesbianas.
El triángulo negro reunía a aquellas mujeres que amenazaban contra el modelo de familia nacionalsocialista: feministas, lesbianas y prostitutas. Asimismo, incluía también a personas con discapacidades intelectuales, a las que carecían de hogar, alcóholicxs, gitanxs (aunque, en algunos campos, éstos eran reconocidxs con un triángulo marrón).
Siempre me han apasionado las reapropiaciones de símbolos y de términos.
Ignacio Escolar,
Monique Wittig,
Reseñas,
Zapatero
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Las lesbianas no son mujeres
Llego más de treinta años tarde pero, como mientras lo leía en el tren tenía tantas ganas de levantarme de mi asiento y aplaudir, no puedo evitar citar uno de sus enunciados más polémicos:
Éste (y otros tantos de sus ensayos) es uno de los ejemplos de que es posible sorprenderse y admirarse hasta puntos totalmente insospechados con cada una de las palabras de un texto que, aun sin haber leído nunca, había estudiado tantas veces.
Cuando en 1978 finalizó su ponencia "El pensamiento heterosexual" con esta afirmación, un silencio profundo precedió a la ovación en la sala. Trasladado a un ensayo de doce páginas dos años más tarde, Wittig había revolucionado el pensamiento lesbofeminista.
(Hablar de Monique Wittig es siempre infinitamente más satisfactorio que hablar de los últimos acontecimientos políticos sucedidos en el Estado español. Se equivoca el señor Zapatero. Nunca viene mal recordar este magnífico artículo de Ignacio Escolar).
¿Qué es una mujer? Pánico, zafarrancho general de la defensa activa. Francamente es un problema que no tienen las lesbianas, por un cambio de perspectiva, y sería impropio decir que las lesbianas viven, se asocian, hacen el amor con mujeres porque "la-mujer" no tiene sentido más que en los sistemas heterosexuales de pensamiento y en los sistemas económicos heterosexuales. Las lesbianas no son mujeres.
Éste (y otros tantos de sus ensayos) es uno de los ejemplos de que es posible sorprenderse y admirarse hasta puntos totalmente insospechados con cada una de las palabras de un texto que, aun sin haber leído nunca, había estudiado tantas veces.
Cuando en 1978 finalizó su ponencia "El pensamiento heterosexual" con esta afirmación, un silencio profundo precedió a la ovación en la sala. Trasladado a un ensayo de doce páginas dos años más tarde, Wittig había revolucionado el pensamiento lesbofeminista.
(Hablar de Monique Wittig es siempre infinitamente más satisfactorio que hablar de los últimos acontecimientos políticos sucedidos en el Estado español. Se equivoca el señor Zapatero. Nunca viene mal recordar este magnífico artículo de Ignacio Escolar).
cuentos infantiles,
Eva Bedmar,
Luisa Guerrero,
niñxs,
Reseñas,
teatro
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La princesa de un lejano reino, Ana, debe seguir la tradición y contraer matrimonio para acceder al trono. Sin embargo, no se siente atraída por ninguno de los príncipes que han acudido a pedirle la mano y su verdadero sueño es ser feliz junto a una dulce ranita. Cuando ésta le pide un beso, que por no intentarlo no sea, la rana no se convierte en un apuesto galán, como en el cuento de los hermanos Grimm, sino en una hermosa joven.
Así se desarrolla el argumento de La princesa Ana, la obra de teatro dirigida por Eva Bedmar que se exhibe en la Sala Tarambana (Madrid) durante los meses de octubre y noviembre. Se trata de una adaptación al teatro del cuento homónimo de Luisa Guerrero, autora e ilustradora que lleva desde 2005 editando historias infantiles en las que la homosexualidad es parte integrante de la historia.
Podemos seguir riéndole las gracias a los que hacen chistes sobre las iniciativas lanzadas para que reflexionemos sobre cuáles son los cuentos infantiles que queremos contarles a nuestrxs hijxs (a lo mejor preferimos quedarnos con las interpretaciones que otrxs hacen, que alababan a la Cenicienta por recibir malos tratos sin rechistar...).
Eva Bedmar defiende en AmecoPress que “los pequeños reaccionan con total normalidad y eso es precisamente lo que pretendemos: que la homosexualidad se viva como algo normal, con lo que convivimos, desde la infancia”. Son precisamente los padres y madres lxs más reacios a este tipo de obras, literarias y teatrales.
Al fin y al cabo, ningún padre y ninguna madre tiene por qué hacer referencia a su hijx a la diversidad afectivo-sexual. Al fin y al cabo, una personita de cuatro, cinco, seis..., nueve años, no piensa en parejas o en amor ni entiende de cosquilleos. Al fin y al cabo, ningún tío o padre le pregunta a su hijo por las niñas de clase guiñándole el ojo y ninguna abuela le insiste a su nieta preadolescente acerca de los pretendientes que debería tener.
COGAM: Lista de cuentos infantiles que tratan la diversidad afectivo-sexual y lista de editoriales (pdf) que promueven estas obras.
La princesa multicolor
La princesa de un lejano reino, Ana, debe seguir la tradición y contraer matrimonio para acceder al trono. Sin embargo, no se siente atraída por ninguno de los príncipes que han acudido a pedirle la mano y su verdadero sueño es ser feliz junto a una dulce ranita. Cuando ésta le pide un beso, que por no intentarlo no sea, la rana no se convierte en un apuesto galán, como en el cuento de los hermanos Grimm, sino en una hermosa joven.
Así se desarrolla el argumento de La princesa Ana, la obra de teatro dirigida por Eva Bedmar que se exhibe en la Sala Tarambana (Madrid) durante los meses de octubre y noviembre. Se trata de una adaptación al teatro del cuento homónimo de Luisa Guerrero, autora e ilustradora que lleva desde 2005 editando historias infantiles en las que la homosexualidad es parte integrante de la historia.
Podemos seguir riéndole las gracias a los que hacen chistes sobre las iniciativas lanzadas para que reflexionemos sobre cuáles son los cuentos infantiles que queremos contarles a nuestrxs hijxs (a lo mejor preferimos quedarnos con las interpretaciones que otrxs hacen, que alababan a la Cenicienta por recibir malos tratos sin rechistar...).
Eva Bedmar defiende en AmecoPress que “los pequeños reaccionan con total normalidad y eso es precisamente lo que pretendemos: que la homosexualidad se viva como algo normal, con lo que convivimos, desde la infancia”. Son precisamente los padres y madres lxs más reacios a este tipo de obras, literarias y teatrales.
Al fin y al cabo, ningún padre y ninguna madre tiene por qué hacer referencia a su hijx a la diversidad afectivo-sexual. Al fin y al cabo, una personita de cuatro, cinco, seis..., nueve años, no piensa en parejas o en amor ni entiende de cosquilleos. Al fin y al cabo, ningún tío o padre le pregunta a su hijo por las niñas de clase guiñándole el ojo y ninguna abuela le insiste a su nieta preadolescente acerca de los pretendientes que debería tener.
Documentación interesante
COGAM: Lista de cuentos infantiles que tratan la diversidad afectivo-sexual y lista de editoriales (pdf) que promueven estas obras.
armario,
bullying homofóbico,
Coming Out Day,
Dan Savage,
identidad,
It gets better,
Jean O'Leary,
Karl Ulrichs,
Paula C. Rust,
Robert Eichberg,
Stonewall
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En cualquier reunión en la que, de forma distendida, salen a relucir experiencias en relación a la orientación sexual, siempre hay alguien (ya sea homo, bi o hetero) que pregunta: "¿Y cómo salisteis del armario?". Lo que puede parecer un anecdotario banal es en realidad el relato de la construcción identitaria de un número de personas.
Como ya comenté en relación a otra entrada, el proceso no tiene por qué ser lineal: un estudio de Paula C. Rust, en 1993, huía de los modelos de desarrollo en relación a la construcción de la identidad y construía uno nuevo en el que no existe una "meta" (hetero u homo), sino que hay idas y vueltas continuamente, ya que la identidad no es más que un constructo social que cambia cuando las definiciones y la misma sociedad cambian.
En 1988, Estados Unidos celebró el 11 de octubre el primer National Coming Out Day (Día Nacional para Salir del Armario), organizado por Robert Eichberg y Jean O'Leary con motivo de la Segunda Marcha por los Derechos de Gays y Lesianas en Washington D.C. Actualmente se ha extendido a Suiza, Alemania, Canadá, Croacia, Polonia y Reino Unido (el día 12). En Estados Unidos se está viviendo con una sensibilidad especial, dados los últimos casos de suicidios de adolescentes debido al acoso homofóbico que sufrían.
Yo salí del armario ante mí misma entre líneas, literalmente. Escribí, con diecisiete años, "últimamente pasan cosas por mi cabeza que no voy a concretar por si alguien encuentra esto, pero mi yo futuro sabrá a qué me refiero". Y ahora escribo un blog que se llama Nación Lesbiana... Sí, tu yo futuro sabe a qué te referías.
El armario (o clóset) es una metáfora psicoanalítica que hace referencia a una parte del inconsciente. David Tettke sitúa el primer uso de armario como símbolo del secreto en el siglo XVII. A mediados del siglo XX, comenzó a utilizarse en relación a la orientación/opción sexual del sujeto. Antes de la I Guerra Mundial, salir del armario tenía connotaciones de entrada más que de salida, entrada en un submundo homosexual.
Un siglo antes de los disturbios de Stonewall, en 1869, Karl Heinrich Ulrichs abogaba por la autodesignación pública como medio de emancipación. Desde entonces, la invisibilidad ha sido considerada como uno de los mayores males de la vida LGB. A raíz de los suicidios juveniles de las últimas semanas, el periodista Dan Savage ha lanzado el proyecto It Gets Better (Mejorará), una plataforma destinada a animar a lxs chavalxs que estén saliendo del armario y estén sufriendo desprecios e incomprensión.
Un profesor abiertamente gay, en segundo de carrera, comentó en relación a su propia experiencia que la expresión "opción sexual" es una barbaridad, que ninguna persona que tuviera la posibilidad de elegir ser homosexual o heterosexual elegiría lo primero. Pensé "cuánta razón tenía" y utilicé ese argumento en más de una ocasión. Mentira. No quiero entrar en temas de opción/orientación pero, ahora mismo, si pudiera elegir entre ser homosexual o heterosexual, elegiría ser homosexual.
Con diecisiete años pensé que lo había asumido. En segundo de carrera pensaba que estaba completamente fuera del armario. Pero no tenía ni idea, mentira todo. Cómo me hubiera gustado, con nueve años, y con diecisiete años, que alguien me dijera "it gets better". Eso sí, ahora se lo puedo decir yo a quienquiera que me lo pregunte.
Coming Out Day
Es mejor ser odiado por ser quien eres que querido por ser quien no eres.André Gide
Como ya comenté en relación a otra entrada, el proceso no tiene por qué ser lineal: un estudio de Paula C. Rust, en 1993, huía de los modelos de desarrollo en relación a la construcción de la identidad y construía uno nuevo en el que no existe una "meta" (hetero u homo), sino que hay idas y vueltas continuamente, ya que la identidad no es más que un constructo social que cambia cuando las definiciones y la misma sociedad cambian.
En 1988, Estados Unidos celebró el 11 de octubre el primer National Coming Out Day (Día Nacional para Salir del Armario), organizado por Robert Eichberg y Jean O'Leary con motivo de la Segunda Marcha por los Derechos de Gays y Lesianas en Washington D.C. Actualmente se ha extendido a Suiza, Alemania, Canadá, Croacia, Polonia y Reino Unido (el día 12). En Estados Unidos se está viviendo con una sensibilidad especial, dados los últimos casos de suicidios de adolescentes debido al acoso homofóbico que sufrían.
Yo salí del armario ante mí misma entre líneas, literalmente. Escribí, con diecisiete años, "últimamente pasan cosas por mi cabeza que no voy a concretar por si alguien encuentra esto, pero mi yo futuro sabrá a qué me refiero". Y ahora escribo un blog que se llama Nación Lesbiana... Sí, tu yo futuro sabe a qué te referías.
Usted no es un ser desnaturalizado ni abominable, ni está loca; usted es una parte de lo que la gente llama naturaleza, como cualquier otro ser; sólo que es inexplicable porque… aun no tiene su lugar designado, definido, en la Creación.Radclyffe Hall
El armario (o clóset) es una metáfora psicoanalítica que hace referencia a una parte del inconsciente. David Tettke sitúa el primer uso de armario como símbolo del secreto en el siglo XVII. A mediados del siglo XX, comenzó a utilizarse en relación a la orientación/opción sexual del sujeto. Antes de la I Guerra Mundial, salir del armario tenía connotaciones de entrada más que de salida, entrada en un submundo homosexual.
Un siglo antes de los disturbios de Stonewall, en 1869, Karl Heinrich Ulrichs abogaba por la autodesignación pública como medio de emancipación. Desde entonces, la invisibilidad ha sido considerada como uno de los mayores males de la vida LGB. A raíz de los suicidios juveniles de las últimas semanas, el periodista Dan Savage ha lanzado el proyecto It Gets Better (Mejorará), una plataforma destinada a animar a lxs chavalxs que estén saliendo del armario y estén sufriendo desprecios e incomprensión.
Un profesor abiertamente gay, en segundo de carrera, comentó en relación a su propia experiencia que la expresión "opción sexual" es una barbaridad, que ninguna persona que tuviera la posibilidad de elegir ser homosexual o heterosexual elegiría lo primero. Pensé "cuánta razón tenía" y utilicé ese argumento en más de una ocasión. Mentira. No quiero entrar en temas de opción/orientación pero, ahora mismo, si pudiera elegir entre ser homosexual o heterosexual, elegiría ser homosexual.
Con diecisiete años pensé que lo había asumido. En segundo de carrera pensaba que estaba completamente fuera del armario. Pero no tenía ni idea, mentira todo. Cómo me hubiera gustado, con nueve años, y con diecisiete años, que alguien me dijera "it gets better". Eso sí, ahora se lo puedo decir yo a quienquiera que me lo pregunte.
Charo González,
Elena García-Olivares,
Elena Tóxica,
Gloria G. Durán,
Guerrilla Girls,
Raúl Martín Burgos,
salud mental,
Toxic Lesbian,
visibilidad
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En 1984, Nueva York fue cuna de las Guerrilla Girls, un colectivo de artistas feministas que protestaban con la falta de representación de las mujeres en los museos y galerías estadounidenses. Ataviadas con máscaras de gorila, minifalda y medias de red, se jactaban de que nadie de su entorno más cercano conocía su identidad, uno de los motivos por los que nunca se ha llegado a saber cuántas eran las personas que integraban el movimiento.
Inactivas en la actualidad, tres grupos se autoproclaman sus seguidoras en EEUU. En Francia y en Reino Unido también han surgido imitadoras. Inspiradas en su trabajo, Toxic Lesbian se formó en España en 2005 con la fusión del proyecto artístico que Elena García-Olivares desarrollaba desde los años ochenta y el activismo LGTB de Charo González.
En 2008, como Elena Tóxica, se inicia una colaboración con Raúl Martín Burgos, en la que generan piezas de temática social desde una perspectiva de género (desde acciones en la calle, en centros sociales, hasta construcciones virtuales en plataformas tales como Youtube). Gloria G. Durán se incorpora este mismo 2010, aunque cada proyecto se presta a nuevas colaboraciones.
Enmascaradas con caretas de cerdo, han realizado performances como aquélla que cambió los nombres de las estaciones de Metro de Madrid (Tortilleras en lugar de Astilleros, por ejemplo), en mayo de 2008. Su objetivo está orientado hacia la visibilidad de la sexualidad femenina en todos los contextos. En una ocasión, dejaron octavillas de temática lésbica en la catedral de la Almudena, confundiéndose con las estampas religiosas.
Toxic Lesbian han trabajado en diversos momentos en relación a otras minorías: personas con discapacidad física, mental, personas que padecen algún tipo de trastorno mental... Este domingo, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental. El colectivo Toxic Lesbian tiene preparada la acción Cuentos que nunca se cuentan: ZeroEstigma. Se trata de una proyección sobre la fachada digital MediaLab-Prado que, desde una perspectiva de género, visibiliza los trastornos mentales y critica el estigma.
La proyección se desarrolla simultaneamente en Madrid, Bruselas, Berlín, Linz, Liverpool y Helsinki.
Toxic Lesbian
En 1984, Nueva York fue cuna de las Guerrilla Girls, un colectivo de artistas feministas que protestaban con la falta de representación de las mujeres en los museos y galerías estadounidenses. Ataviadas con máscaras de gorila, minifalda y medias de red, se jactaban de que nadie de su entorno más cercano conocía su identidad, uno de los motivos por los que nunca se ha llegado a saber cuántas eran las personas que integraban el movimiento.
Inactivas en la actualidad, tres grupos se autoproclaman sus seguidoras en EEUU. En Francia y en Reino Unido también han surgido imitadoras. Inspiradas en su trabajo, Toxic Lesbian se formó en España en 2005 con la fusión del proyecto artístico que Elena García-Olivares desarrollaba desde los años ochenta y el activismo LGTB de Charo González.
En 2008, como Elena Tóxica, se inicia una colaboración con Raúl Martín Burgos, en la que generan piezas de temática social desde una perspectiva de género (desde acciones en la calle, en centros sociales, hasta construcciones virtuales en plataformas tales como Youtube). Gloria G. Durán se incorpora este mismo 2010, aunque cada proyecto se presta a nuevas colaboraciones.
Enmascaradas con caretas de cerdo, han realizado performances como aquélla que cambió los nombres de las estaciones de Metro de Madrid (Tortilleras en lugar de Astilleros, por ejemplo), en mayo de 2008. Su objetivo está orientado hacia la visibilidad de la sexualidad femenina en todos los contextos. En una ocasión, dejaron octavillas de temática lésbica en la catedral de la Almudena, confundiéndose con las estampas religiosas.
Toxic Lesbian han trabajado en diversos momentos en relación a otras minorías: personas con discapacidad física, mental, personas que padecen algún tipo de trastorno mental... Este domingo, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental. El colectivo Toxic Lesbian tiene preparada la acción Cuentos que nunca se cuentan: ZeroEstigma. Se trata de una proyección sobre la fachada digital MediaLab-Prado que, desde una perspectiva de género, visibiliza los trastornos mentales y critica el estigma.
La proyección se desarrolla simultaneamente en Madrid, Bruselas, Berlín, Linz, Liverpool y Helsinki.
Lunes 11 de octubre de 2010. 20:30 horas
Plaza de las Letras, C/ Alameda, 15 Madrid
Plaza de las Letras, C/ Alameda, 15 Madrid
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