Permanecer a un paso a distancia de quien sufrió por mi privilegio, aunque jamás yo pedí ese privilegio, aunque me esforcé cada día en que mi vida no fuese mejor gracias a él, aunque no lo acepté cada vez que me lo ofrecieron. Da igual, lo tuve, tuve la opción de elegir y otrxs no. Por eso, siempre, a un paso de distancia entre quien sufrió a causa de mi privilegio. Aceptar que el abrazo nunca se cerrará, que los brazos no deben ni si quiera abrirse. Conformarme con sentir que la vida nos la dieron ya rota y que al pegar los trozos nada volverá a ser como al principio, aquel día en el que no hubo privilegios. Si es que ese día existió. Ese es el único respeto que entiendo.
Aceptar la paradoja de luchar sabiendo que nuestras almas estarán siempre separadas. Aceptar que estamos solxs, porque los privilegios nos separaron para siempre.
Permanecer a un paso de distancia de quien lucha a mi lado, aunque sea imprescindible luchar juntxs, aunque un día pedí compañía en la batalla, aunque me esforcé siempre en darle un sentido de unidad a nuestro ejército. Da igual, no existen los ejércitos, no existen. Aceptar que el abrazo nunca se cerrará, que los brazos no deben ni si quiera abrirse. Conformarme con sentir que la vida nos la dieron ya rota y que al pegar los trozos nada volverá a ser como al principio, aquel día en el que hubo ejércitos. Si es que ese día existió. Ese es el único respeto que entiendo.
En Tumblr a veces se descubren cosas interesantes, y hoy enlazo este otro artículo sobre privilegios (en inglés). En él, Jamie Utt escribe sobre cómo explicar lo que significan los privilegios a aquellas personas que no se sienten identificadas con ellos: (1) Comenzar apelando a aquellos campos en los que no tienen privilegios; (2) darle énfasis al hecho de que los privilegios son relativos; (3) un sistema de privilegios y opresión nos daña a todxs; (4) privilegio no equivale a culpabilidad; (5) sugerir acciones concretas para combatir el sistema de privilegios y opresión en nuestras vidas diarias; (6) céntrate en las acciones y no en la personalidad de tu interlocutorx. El artículo también incluye enlaces a diferentes listas de privilegios de raza, género, sexualidad, clase, físico...
A mí me basta con que ambas personas quieran abrazarse para luchar juntas. En serio. Eso ya me parece un mundo...
;-)