El sábado mi king Nacho volvió a salir a la calle en la moustache party de M. Constato lo trabajoso que es construir la masculinidad (lo que confirma lo que de construido tiene). Los pelos en las piernas dejen de ser un problema para convertirse en una ventaja (en cuanto a credibilidad por lo menos...). Siento al mismo tiempo satisfacción cuando el passing (pasar por / ser leído como hombre, en este caso) cuela y siento vergüenza e inseguridad cuando las miradas son de justo lo contrario: "¿estás disfrazada o es que eres un bicho raro de esos travelacos?". No soy tan valiente cuando ya es de noche, ¿eh? Siempre una experiencia constructiva. Qué palabra más bien escogida.
Volveré a aprovechar la más mínima excusa para sacar a Nacho a pasear y seguir jugando con el género. Ya que no podemos escapar de él, por lo menos divirtámonos un poco, ¿no?
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oooeeeee!! me encanta! yo tengo un king dentro, lo se, pero lo que no sabe mi king es qué hacer con tanta teta ;))
Yo tenía ese mismo miedo, pero no sabes lo que es capaz de hacer una buena venda y una camiseta interior muy ajustada... Yo no hacía más que tocarme el pecho alucinada...
muy bueno!