"A Chloe le gustaba Olivia" -leí-. Y entonces caí en la cuenta del enorme cambio que ahí había. A Chloe le gustaba Olivia quizá por primera vez en la literatura. A Cleopatra no le gustaba Octavia. ¡Y de qué manera se habría transformado Antonio y Cleopatra si le hubiese gustado! Tal y como está -pensé, dejando, me temo, que mi mente se desviara un poco de La aventura de la vida-, todo el asunto se simplifica, se vuelve convencional, me atravería a decir, hasta el absurdo. El único sentimiento de Celopatra hacia Octavia es el de celos. ¿Es más alta que yo? ¿Cómo se peina? Tal vez la obra no requería más. Pero qué interesante habría sido si la relación entre las dos mujeres hubiese sido más compleja.
Virginia Woolf: Un cuarto propio
Es tan curioso leer por primera vez libros sobre los que has estudiado tanto leyendo de terceros.
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