"No nacemos en un cuerpo equivocado, nacemos en un mundo equivocado como bien dice la activista pro derechos trans Porpora Marcasciano": así habla Erik, elx dueñx de una de las producciones narrativas del capítulo que firman Antar Martínez-Guzmán y Marisela Montenegro en El género desordenado: Críticas en torno a la patologización de la transexualidad (editado en Egales por Miquel Missé y Gerard Coll-Planas).
"El ser humano suele caer en su trampa con demasiada facilidad", continúa Erik, "hemos creado un montón de pequeñas ficciones que nos sirven para organizarnos en sociedad o para conducir nuestra vida personal, pero las creemos de tal forma que nos parecen como verdades absolutas e incuestionables; como el dinero, las fronteras, el tiempo y, por supuesto, entre otras tantas, el género".
Semanas como la pasada me hacen pensar que no valgo para el activismo. Me hastío de la RAE, me hastío de Gallardón, me hastío de la violencia estructural y me hastío de la indignación twittera y me lleno de tristeza. Y El País Semanal se queda tan atrás, tan atrás, con sus reportajes sobre falsa liberación sexual y tríos descafeinados. Y Pérez Reverte hace bromas de feminazis y lxs mismxs de siempre se preguntan por qué no existe un Día del Hombre. Y habría tanto que escribir sobre ello pero para eso están lxs que aguantan toda esta retahíla una y otra vez. Así que yo me encierro en el libro que tenga en este momento y subrayo frases y subrayo frases y les miro desde lejos valientes valientes y les miro desde lejos y subrayo frases y deseo que alguien dinamite toda esta mierda y que el lenguaje las palabras las voces los diccionarios los unos los ceros se deshagan ante nosotrxs.
Así que esta semana tocó esconderse en El género desordenado. Sí. Recomendable.
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