Villa Touma (Suha Arraf, 2014) |
El 29 de noviembre se celebra el día internacional de solidaridad con el pueblo palestino, en el aniversario de la firma de la resolución 181, de 1947, cuando la ONU aprobó la partición de Palestina. En torno a esa fecha y desde hace unos años de celebra la Muestra de Cine Palestino de Madrid en Cine Doré (Filmoteca). La quinta edición empieza en un par de semanas.
Cuando digo que trabajo con cine palestino y que lo estudio desde una perspectiva queer, me suelen hacer dos preguntas, la primera es qué me ha llevado hasta allí o qué tengo que ver con ello y la segunda es qué relación puede haber entre el cine palestino y la disidencia de género o qué tipo de representación puede haber.
Para la primera pregunta todavía no tengo respuesta. No porque no sepa qué me llevó allí, que lo sé y que no es más que una cadena de pequeñas decisiones y de casualidades más o menos relevantes, sino porque me da vergüenza la ausencia de legitimidad para hablar sobre un contexto cultural que no es ni ha sido nunca el mío. Entonces solo tartamudeo y cambio de tema.
Respecto a la segunda pregunta, qué representación de la disidencia de género hay en el cine palestino...
[¡pausa! ¿qué entendemos por cine palestino? qué difíciles son siempre las preguntas sobre cines nacionales e identidades. ¿es cine palestino aquel producido en los territorios ocupados? ¿aquel dirigido por palestinxs? personalmente, dado que las fronteras de la identidad nacional palestina son tan amplias y difusas, así como las del propio concepto de cine, entiendo por cine palestino toda aquella creación audiovisual producida por personas autodesignadas palestinas, o aquel reapropiado desde una recepción (autodesignada como) palestina]
... suele formularse con otras palabras: ¿pueden representarse a personas LGTB? ¿acaso hay palestinxs abiertamente LGTB?
Las identidades LGTB son construcciones sociales, ficciones políticas que como tales surgen en un momento y lugar determinado. Cuando hablamos de disidencia de género o de sexualidades no normativas no estamos hablando solo de identidades LGTB, o desde luego no de identidades LGTB tal y como las entendemos en este aquí y este ahora.
Hace unos meses escribí un artículo sobre los conceptos de homonacionalismo y de pinkwashing. La retórica homonacionalista utiliza a la comunidad LGTB para fabricar enemigos transnacionales orientalizados; parafraseando a Gayatri Spivak, se podría hablar de "heteros blancos que quieren salvar a LGTB oscuros de los heteros oscuros"; además, la comunidad LGTB blanca, para verse reconocida por sus compañerxs heteros, tendrían que compartir este discurso imperialista e imponer las mismas agendas activistas occidentales en otros estados con fines civilizatorios (aquí escribo más específicamente sobre este concepto). Pinkwashing es el término que se utiliza específicamente para la instrumentalización que desde el sionismo se hace de las sexualidades no normativas para justificar su proyecto colonial y su discurso racista (aquí hablo más de esta idea a raíz de una entrevista que le hice a Rauda Morcos, fundadora del colectivo palestino queer Aswat).
Considerando todos estos discursos simultáneos, la pregunta sobre qué se puede trabajar sobre disidencia de género en el cine palestino cambia.
En realidad esta entrada iba de darle publicidad a la Muestra. La edición del año pasado se podía pensar de una forma más obvia con perspectiva de género, pues todas las películas estaban dirigidas por mujeres mientras que este año está más o menos igualado (qué binario me ha quedado esto). Hemos conseguido incluir El buzo, un cortometraje de Jumana Abboud que me encanta y que explora las fronteras identitarias. Hay otra pieza de Mona Hatoum, una de las videoartistas palestinas más importantes. Mais Darwazeh estrena My Love Awaits Me By The Sea y Suha Arraf Villa Touma, donde actúa otra directora palestina, Cherien Dabis, que se identifica abiertamente como lesbiana. También hemos localizado Chic Point, un cortometraje de Sharif Waked que llevaba persiguiendo desde que leí esta lectura queer de la obra. Éstas están entre mis favoritas, pero en general merece la pena.
Que ganazas :)