¿llega a algún sitio todo lo que leemos, todo lo que aprendemos, todo lo que discutimos tomando un café ecológico y vegano en un centro social okupado? ¿decimos revolución o solo mezclamos un montón de palabras tetrasilábicas con muchos prefijos para sentirnos más inteligentes?
Me encanta step (paso a paso), un vídeo de la artista feminista Estíbaliz Sádaba. En el enlace se puede ver la videocreación. La imagen es de unos pies haciendo ejercicio (step) sobre libros de teoría feminista.
¿hasta dónde permean los discursos feministas? ¿dónde queda la literatura académica feminista? ¿qué hacemos con ella cuando estamos en la calle, en nuestra casa, en nuestra cama?
Una vez utilicé un libro de la reina de Inglaterra para compensar un desnivel entre las patas de una mesa. Era mi primer día de trabajo y recibí una bronca monumental. god save the queen. Hay que tener cuidado con para qué utilizas los libros. En realidad, yo sí equilibraría cualquier mesa con teoría feminista. Son solo libros. Y desestabilizan muy satisfactoriamente.
sonrían, ahá, apretamos, derecha, izquierda, muy bien, de nuevo, ¡uh!
Qué cansado es ser feminista posmoderna con todos los privilegios del mundo, ¿verdad? Todo el día Foucault Foucault Foucault. A veces te agotas de leer y solo te apetece
Por supuesto que llega a algún sitio todo lo que leemos y aprendemos, yo no tengo ninguna duda, otra cosa es el cómo nos relacionamos con ese conocimiento que vamos generando e incorporando a nuestras vidas. Eso es lo difícil. Pero también creo que a veces somos muy duras con nosotras mismas. De hecho todo lo que recojo de la obra de Sádaba, que también me encanta, es que es muy duro tanto estar en forma como estar al tanto de las exigentes teorías feministas en este caso del arte y de su influencia anglosajona.
No sé si conoces la obra de la artista Alicia Martín, ella trabaja con los libros como soporte-matérico en su obra, hice ese vínculo según leía tu entrada y visualizaba además, cómo habías tomado un libro sobre la reina de Inglaterra para estabilizar una mesa. Alicia Martín también sabe que uso dar a los libros.
Hoy he visto a mi hermana pequeña y a una amiga suya que quería presentarme. La amiga me ha contado que cree que es bisexual, pero que claro "eso no puede ser, porque tiene que gustarte una cosa o la otra". Yo le he podido contar que es no es cierto, y le he hablado del sinver, y le he recomendado ir, porque sé que es la asociación de Barcelona en que mejor se trata el tema así de entrada. Hemos hablado de feminismo, de cosas que le pasan, teorías que se han ido formando en su cabeza... y yo le he recomendado Pikara, y algún libro que tú una vez me recomendaste a mí. Y me ha hablado del miedo a no gustar, y yo le he hablado de la publicidad totalmente distorsionada. Y así con tantos otros temas.
Y luego mi hermana me ha hablado de un amigo que no tiene donde vivir, que ahora está en la calle, y yo le he podido hablar de donde puede ir a pedir información sobre sus opciones.
Las teorías solitas no salvan a nadie. Pero lo que hacemos con esa teoría sí cambia las cosas.
Y sí, a una a veces le apetecen cosas que no tiene, y los libros no hacen que esas cosas aparezcan por arte de magia. Los libros no hacen que dejemos de sentir, ni que dejemos de necesitar, solo nos dan más herramientas, más opciones.
Tú quizá no lo sabes, pero a mí me has cambiado la vida ya dos veces de forma importante. Y por lo menos la segunda fue en buena parte gracias a esos libros y esas teorías.
(En realidad no sé si nada de esto tiene mucha relación con lo que has escrito, pero quería decirlo) (En realidad odio los discursos con palabras tetrasilábicas que suenan muy bien pero que van sin manual de instrucciones de cómo sacar nada de ellos, pero shhh, no me dejes decirlo demasiado alto, no vaya a perder mi reputación de feminazi).