Just so you know, what you're reading is the complete and relentless story of an addict. Because in most twelve-step recovery programs, the fourth step makes you take inventory of your life. Every lame, suck-ass moment of your life, you have to get a note- book and write it down. A complete inventory of your crimes. That way, every sin is right at your fingertips. Then you have to fix it all. This goes for alcoholics, drug abusers, and overeaters, as well as sex addicts.
Choke (Chuck Palahniuk, 2001)
C. y yo íbamos cada fin de semana, una, dos o incluso tres veces, al videoclub de la Avenida de Europa para luego ver películas malísimas, mediocres y alguna que otra fantástica (como Chicas malas, la mejor de todas) en su buhardilla mientras comíamos palomitas surprise. C. está convencida de que fue Dogville la primera película que vimos de Lars von Trier, pero no es verdad. Alquilamos Los idiotas y nos pareció terrible y no entendimos nada (probablemente tengamos que volver a verla, C.).
Más de diez años después, el videoclub de la Avenida de Europa esté probablemente cerrado y C. y yo vemos Nymph()maniac (volumenes 1 y 2) en los cines de Plaza de España; de hecho en la misma sala y en los mismos asientos en que vimos en 2005 Lila dit ça (Ziad Doueiri, Francia, 2004), película de la que solo recordamos que la actriz protagonista se llama Vahina, pero no vamos a ponernos sentimentales.
The problem with sex is the same as with any addiction. You're always recovering. You're always backsliding. Acting out. Until you find something to fight for, you settle for something to fight against. All these people who say they want a life free from sexual compulsion, I mean forget it. I mean, what could ever be better than sex?
Choke (Chuck Palahniuk, 2001)
Supongo que empezar con una cita de Asfixia (Chuck Palahniuk, 2001) para pensar Nymph()maniac (Lars Von Trier, 2013) es demasiado obvio, ¿no? Además, Asfixia es demasiado seria para Nymph()maniac. Chuck se ríe de sus personajes y Lars se ríe de ti. Asfixia es una novela que, como casi todas las de Palahniuk, tiene su lado positivo en que lxs personajes son tan terriblemente patéticxs que sabes que nunca serás como ellxs. Nymph()maniac no tiene ese lado positivo, porque te recuerda que eres tan patéticx como sus personajes.
Lars von Trier es un misógino, dicen. Y seguramente dicen bien. Quién no es un misógino. Por supuesto que habrá análisis que nos hagan escapar de esa lectura, por supuesto que podemos trabajar su obra con mucho cuidado y extraer conclusiones feministas. Pero no nos engañemos, es mucho más fácil reconocer que Anticristo, Nymp()maniac, Dogville... pueden entenderse como obras de un misógino que darle la vuelta feminazi. Aunque nos encantan las vueltas feminazis. Joe, el personaje de Charlotte Gainsbourg, se desprecia por su ninfomanía (que no por su adicción al sexo, niega el diagnóstico externo, prefiere la identificación propia); claro que Joe tendría rasgos de empoderamiento y claro que su relato tendría implicaciones feministas, pero solo funciona así porque un personaje varón, Seligman, la salva, lo autoriza, lo regula. Aunque tampoco podemos olvidar que el director es Joe, no Seligman.
Nymph()maniac es una comedia en la que el espectador es el chiste. No sé por qué el guión, tan intencionadamente malo algunas veces ("creo que mi problema es que le exijo demasiado al amanecer", ¿en serio, Joe?), me ha recordado a veces a Los amantes pasajeros (Almodóvar, 2013). No sé si existe lo camp hetero, pero si no, von Trier acaba de inventarlo. El montaje de atracciones, estilo soviético, también sobra. Pero es bueno que sobre. Porque sobran muchísimas cosas. Y eso es parte de su gracia. Dirigir una película de cinco horas sobre la hipocresía utilizando el sexo para volver locxs a lxs críticxs y para mandar a la mierda la polémica de Cannes de hace dos años a través de discursos forzados: un genio.
Dan igual las cuatro horas de película(s) cuando llegas al final porque, te haya o no te haya gustado, te rías con Lars von Trier o te dé rabia que se esté riendo de ti, los últimos segundos son uno de los mejores finales en clave de género que he visto últimamente, solo a la par de Turistas (Ben Wheatley, 2012) y de Death Proof (Quentin Tarantino, 2007). Hey Joe, where you goin' with that gun of your hand.
What I am is a dirty, filthy, helpless sexaholic, and I can't change, and I can't stop, and that's all I'll ever be. And I'll prove it. Choke (Chuck Palahniuk, 2001)