jornadas cripqueer en madrid


Escribí sobre teoría y activismos crip hace más de un año en esta entrada:

El movimiento o la teoría crip serían a la diversidad funcional y neurológica lo que queer a la diversidad sexo/género/deseo (siendo realmente simplones y monoaxiales, la verdad). Crip viene de cripple (su equivalente en español vendría a ser tullidx o lisiadx), y la teoría y el movimiento crip surge como crítica dentro de los estudios de la diversidad funcional [disability studies], con un marco mucho más interseccional.

En el estado español, los activismos de la diversidad funcional estaban y están muy vinculados con el movimiento de vida independiente. En una obra publicada por Traficantes (aquí se puede leer en PDF), coordinada tanto por el Foro de Vida Independiente como por la Agencia Precaria, se lanzan preguntas muy interesantes sobre las alianzas posibles: Cojos, precarias... haciendo vidas que importan.

Los últimos años se ha trabajado desde los activismos y desde las teorías sobre la intersección entre sexualidades y diversidad funcional: desde la película Yes We Fuck, de Antonio Centeno y Raúl de la Morena; el capítulo "Passing, enmascaramiento y estrategias identitarias: diversidades funciones y sexualidades no normativas", de Lucas Platero y Paco Guzmán en Intersecciones; el apartado "Suenan los cuerpos", en Transfeminismos; el trabajo de Soledad Arnau...

En este marco de alianzas crip-queer, Somateca, laboratorio de investigación y activismos vinculado (en cierta forma) al Reina Sofía, ha trabajado mucho (mucho) para organizar las jornadas Cuerpos abyectos entrelazando vidas, que tendrán lugar desde este jueves 27 hasta el sábado 29 de noviembre en Madrid.

El jueves hay un encuentro abierto para reflexionar precisamente sobre este cruce, en la Fundación 26 de diciembre, fuera del espacio institucional del museo. El viernes tiene lugar Diversexx[y]s: Conversaciones en torno a diversidades y sexualidades, una mesa redonda y debate en la que participan Soledad Arnau, Rafa Reoyo (coordinador en el estado español de Sex Assistant, red mundial sobre sexualidad y diversidad), Montserrat Neira (politóloga, investigadora social, trabajadora sexual y activista), Antonio Centeno, Montserrat A. Izquierdo (investigadora y activista) y Germán Tomás (miembro del grupo de apoyo mutuo de Barcelona para personas psiquiatrizadas), donde se "cuestionarán las nociones de normalidad en relación al placer, el deseo y el cuerpo".

El sábado hay dos talleres, un laboratorio de cuerpos de experimentación colectiva y un taller sobre autobiografías que trabaja con metodología feminista para colectivizar nuestras vulnerabilidades y convertirlas en prácticas de resistencia. Las jornadas terminan con una antipasarela cripqueer al ritmo de la música de Viruta. Para las actividades del sábado hay que inscribirse a través de este correo.

Me consta que los tres días van a ser tremendamente interesantes y que es pecado mortal (pero pecado de los malos de verdad) estar en Madrid y no pasarse. Todos los espacios son accesibles para personas con movilidad reducida y habrá intérpretes de lengua de signos en todas las actividades (aquí está el programa en LSE). También se les puede seguir en redes sociales, en Facebook y en Twitter.


no todos los hombres



En la comunidad anglófona se popularizó el meme #notallmen (no todos los hombres), en relación a una respuesta muy habitual ante cualquier constatación de machismo o de comentario sobre la cultura de la violación: "¡pero oye! que no todos los hombres..". Muchas mujeres respondían a ese "no todos los hombres... [son acosadorxs, son machistas..., por ejemplo]" con "pero sí a todas las mujeres [nos han acosado, hemos sufrido el machismo...]". Me gustó particularmente la respuesta que planteaba este artículo, en relación directa al "pero no todos los hombres" cuando se habla del miedo que hemos aprendido a sentir cuando vamos solas por la calle; así que lo he traducido y aquí que lo traslado.

Es lunes. Voy de vuelta a casa y en la parada de autobuses solo hay un hombre de mediana edad y un adolescente. Considero el hecho de que, como el conductor también es un hombre, soy la única persona en el autobús con tetas. Me asusto automáticamente, asustada por mi propia anatomía. Me pregunto a qué edad me di cuenta de que mi propio cuerpo iba a ser la causa de miedo y ansiedad constantes en situaciones como esta. Me bajo en la última parada y el hombre más mayor me sonríe mientras me sigue calle arriba. Su sonrisa gotea, gotea, gotea y mi corazón late fuerte, fuerte, fuerte. Se desvía del camino en una calle, pero yo corro a casa.

No todos los hombres.

Estoy en casa el martes, comienzo a planear los viajes que quiero hacer el próximo año. Sueño con deambular por las calles y hablar con desconocidxs. No puedo esperar a escapar de la ciudad en la que he vivido estos diecisiete largos años. Pero... mi madre duda. Siempre le preocupa el peligro de que una chica joven viaje sola. Estaré sola y ella asustada. Pero soy invencible. Me siento invencible. Pero ya sé, sé que el peligro es real y no puedo evitar pensar que si me siento insegura en mi propia ciudad, ¿cómo voy a sentirme en un lugar extraño con hombres extraños que ni siquiera hablan mi idioma? Si mi hermano estuviera planeando esto, probablemente sólo estaría preguntándose si las europeas están buenas.

No todos los hombres.

El miércoles es un bonito día de sol, pero siempre me han dicho que mi cuerpo no es "lo suficientemente bonito" como para llevar un bikini a la playa. Desde que tengo seis años he sabido que tener barriga es feo. Que esa piel que no tiene un brillo perfectamente dorado es indeseable. Paseo sin prisa hasta una zona vacía con mi bañador de una pieza y puedo sentir todas esas miradas sobre mí. Un montón de hombres, ellos sí, con sus pelos al aire y con minibañadores me comen con los ojos. Soy un trozo de carne. ¿Soy un trozo de carne? Estoy aquí para su diversión. Por favor, no dejéis que me coman viva.

No todos los hombres.

La noche del jueves camino con dos amigas hacia el maldito baile del instituto cuando escuchamos "Jesús, miraos, ¿qué, putas, vais a hacer un streaptease esta noche?" Estas palabras salen como rugidos de la boca de un hombre respetablemente vestido y paramos horrorizadas. Siento escalofríos de miedo en la espalda. Está oscuro. Estsmos solas. ¿¿¿Qué hacemos??? Una de nosotras le hace un corte de mangas. Nunca se puede estar segura de lo rápido que un hombre machista puede enfadarse, así que echamos a andar rápidamente. Estamos enfadadas, tan tan enfadadas. Pero también tan... desmoralizadas. Me pregunto si merecemos esta vergüenza.

No todos los hombres.

Sentada en Internet. Viernes por la noche y leo el muro de mi Facebook.
"Jajaja, buen trabajo en el partido hoy, tío. ¡Les VIOLASTE!" [expresión intraducible: to rape someone / sth = acabar con un contrincante, hacer algo muy bien...]
"Joder con esas tetas, te lo estás buscando :P"
Otro comentario sexista...
Otro comentario sexista...
Otro comentario sexista...
Me encojo y encojo y encojo y quiero LLORAR porque estos chicos no se dan cuenta de lo pequeña que me hacen sentir pulsando unas cuentas teclas. Veo a estos chicos en las calles. Hablo con ellos. Me río con ellos. Dios, Dios, espero que estos chicos no piensen en hacer y solo hablen.

No todos los hombres.

Hay tres normas que me han dejado claras desde que era pequeña y que recorren mi mente a la una y media de la mañana de este sába... domingo de madrugada:
-No hables nunca con un desconocido.
-No estés nunca sola de noche en un lugar desconocido.
-No te metas nunca en un coche con un desconocido.
Rompo las tres normas cuando abro la puerta de un taxi. Mantengo una conversación banal con el conductor, que no sabe que la mano sudorosa acaricia una pequeña navaja que tengo conmigo siempre. No se da cuenta siquiera del miedo que me da su mera presencia. No puede comprenderlo, nunca lo hará. ¿Cómo de fácil sería un trayecto de quince minutos si fuera un chico?

No todos los hombres.

Es domingo, otro domingo cansado y dormilón, cuando alguien tiene la OSADÍA de decirme que no todos los hombres son violadores. No digo nada.
Soy una chica de diecisiete años.
Cuando camino sola de noche, son todos los hombres.
Cuando estoy en un coche con un hombre que no conozco bien, son todos los hombres.
Cuando tipos borrachos me dicen cosas por la calle, son todos los hombres.
Cuando un chico no me deja en paz en una fiesta, son todos los hombres.
No todos los hombres son violadores. ¿Pero para una chica joven como yo? Todos y cada uno de ellos tiene el potencial de serlo.

No.
Todos.
Los.
Hombres.


lena dunham y (white) girls

Lena Dunham en Girls

Lena Dunham, conocida principalmente por la serie Girls (de 2012 hasta el día de hoy), vuelve a protagonizar polémica por dos fragmentos de su nuevo libro: No soy ese tipo de chica (Espasa, 2014). Los fragmentos son estos:

-¿Todas tenemos útero? -le pregunté a mi madre cuando tenía siete años.
-Sí -me dijo-. Hemos nacido con él y con todos nuestros óvulos, pero empiezan siendo muy pequeños. Y no están listos para hacer bebés hasta que somos más mayores.
Miré a mi hermana, una delgada y fuerte niña de un año, y a su barriguita. Imaginé los óvulos en su interior, como el saco de huevos de araña en La telaraña de Carlota, y su útero, del tamaño de un dedal.
-¿Su vagina es como la mía?
-Eso creo -me dijo mi madre-. Solo que más pequeña.
Un día, sentada en el camino de entrada a nuestra casa de Long Island mientras jugaba con cubos y bloques, mi curiosidad logró su objetivo. Grace estaba sentada, balbuceando y sonriendo, me incliné entre sus piernas y con cuidado abrí su vagina. No se resistió y cuando vi lo que había dentro grité.
Mi madre vino corriendo.
-¡Mamá, mamá! ¡Grace tiene algo ahí dentro!
Mi madre no se molestó en preguntarme por qué le había mirado la vagina a Grace. Eso entraba dentro del espectro de cosas que yo hacía. Se limitó a ponerse de rodillas para verlo por sí misma. Enseguida pareció evidente que Grace se había metido allí seis o siete piedras. Mi madre se las sacó con paciencia mientas Grace se reía, encantada de que su travesura hubiera tenido tanto éxito. (páginas 142-143). 

Y este otro:

Conforme iba creciendo, empecé a sobornarla a cambio de su tiempo y su afecto: un dólar en cuartos si me dejaba que la maquillara como una motera. Tres caramelos si permitía que la besara en los labios durante cinco segundos. Lo que quisiera ver en la televisión si se relajaba conmigo. Básicamente, intenté cualquier cosa que haría un depredador sexual para atraer a una chica de clase media (página 172). 

Un medio bastante conservador, Truth Revolt, publicó hace diez días un artículo titulado: "Lena Dunham describe cómo abusó sexualmente de su hermana" y, a partir de ahí, saltaron noticias en todos los medios (no solo conservadores, claro está, también desde muchos foros y medios feministas). Dunham se enfadó bastante, afirmó que todo lo publicado fue previo consentimiento de su hermana, que los abusos sexuales en la infancia destrozan muchas vidas, que distingue entre el abuso y la curiosidad infantil y que lamenta la falta de sensibilidad en el uso del término "depredador sexual", así como haber podido detonar traumas a algunxs lectorxs.

Personalmente, lo que diga ella al respecto me parece poco relevante, y más importante (o en realidad lo único importante) lo que pueda decir su hermana, que sostiene que no vivió ningún abuso y que cada persona tiene derecho a narrar su propia existencia y a determinar qué le ha dañado y qué no le ha dañado. Supongo que eso sí me molesta, que decidan ignorar abiertamente o restarle importancia a la versión de Grace Dunham (¿por qué hacer caso a una mujer que dice que ha sido violada? ¿por qué hacer caso a una mujer que dice que no lo ha sido?).

A Lena Dunham le tienen mucha manía desde sectores conservadores por mujer, por feminista, por gorda que no se avergüenza.

Pero más manía y esta sí justificada le tienen desde muchos feminismos, sobre todo por su falta de conciencia acerca de sus privilegios. A la serie Girls se le acusa casi desde que empezó de burbuja blanca, de racismo hipster, de racismo, al fin y al cabo. No le vino muy bien que Lesley Arfin, una de las guionistas, ante las críticas por falta de representación de personas no-blancas, escribiera irónicamente: "Lo que más me molestó de [la película] Precious es que no había representación de MÍ". [Sí, ya sabes, el racismo inverso tan apropiado, como el hembrismo]. Dunham, por su parte, siempre ha dicho que el hecho de que todas las personas que salen en la serie sean blancas es casualidad, mero accidente. Este artículo de The New Yorker explica todo bastante bien.

Sí, casualidad.

Probablemente los feminismos negros e interseccionales no estarían tan enfadados con Dunham si hubiera reconocido que se equivocó, que no fue consciente de sus privilegios, que su mundo es blanco y que así ha sido su serie pero que el hecho de que su mundo sea blanco no es mero accidente, o si hubiera decidido trabajar su privilegio y que se notara en su trabajo (ya que ella decide llamarlo feminista). Pero prefiere decir que es casualidad. Y que lo siga siendo.



cine palestino en Madrid

Villa Touma (Suha Arraf, 2014)

El 29 de noviembre se celebra el día internacional de solidaridad con el pueblo palestino, en el aniversario de la firma de la resolución 181, de 1947, cuando la ONU aprobó la partición de Palestina. En torno a esa fecha y desde hace unos años de celebra la Muestra de Cine Palestino de Madrid en Cine Doré (Filmoteca). La quinta edición empieza en un par de semanas.

Cuando digo que trabajo con cine palestino y que lo estudio desde una perspectiva queer, me suelen hacer dos preguntas, la primera es qué me ha llevado hasta allí o qué tengo que ver con ello y la segunda es qué relación puede haber entre el cine palestino y la disidencia de género o qué tipo de representación puede haber.

Para la primera pregunta todavía no tengo respuesta. No porque no sepa qué me llevó allí, que lo sé y que no es más que una cadena de pequeñas decisiones y de casualidades más o menos relevantes, sino porque me da vergüenza la ausencia de legitimidad para hablar sobre un contexto cultural que no es ni ha sido nunca el mío. Entonces solo tartamudeo y cambio de tema.

Respecto a la segunda pregunta, qué representación de la disidencia de género hay en el cine palestino...

[¡pausa! ¿qué entendemos por cine palestino? qué difíciles son siempre las preguntas sobre cines nacionales e identidades. ¿es cine palestino aquel producido en los territorios ocupados? ¿aquel dirigido por palestinxs? personalmente, dado que las fronteras de la identidad nacional palestina son tan amplias y difusas, así como las del propio concepto de cine, entiendo por cine palestino toda aquella creación audiovisual producida por personas autodesignadas palestinas, o aquel reapropiado desde una recepción (autodesignada como) palestina]

... suele formularse con otras palabras: ¿pueden representarse a personas LGTB? ¿acaso hay palestinxs abiertamente LGTB?

Las identidades LGTB son construcciones sociales, ficciones políticas que como tales surgen en un momento y lugar determinado. Cuando hablamos de disidencia de género o de sexualidades no normativas no estamos hablando solo de identidades LGTB, o desde luego no de identidades LGTB tal y como las entendemos en este aquí y este ahora.

Hace unos meses escribí un artículo sobre los conceptos de homonacionalismo y de pinkwashing. La retórica homonacionalista utiliza a la comunidad LGTB para fabricar enemigos transnacionales orientalizados; parafraseando a Gayatri Spivak, se podría hablar de "heteros blancos que quieren salvar a LGTB oscuros de los heteros oscuros"; además, la comunidad LGTB blanca, para verse reconocida por sus compañerxs heteros, tendrían que compartir este discurso imperialista e imponer las mismas agendas activistas occidentales en otros estados con fines civilizatorios (aquí escribo más específicamente sobre este concepto). Pinkwashing es el término que se utiliza específicamente para la instrumentalización que desde el sionismo se hace de las sexualidades no normativas para justificar su proyecto colonial y su discurso racista (aquí hablo más de esta idea a raíz de una entrevista que le hice a Rauda Morcos, fundadora del colectivo palestino queer Aswat).

Considerando todos estos discursos simultáneos, la pregunta sobre qué se puede trabajar sobre disidencia de género en el cine palestino cambia.

En realidad esta entrada iba de darle publicidad a la Muestra. La edición del año pasado se podía pensar de una forma más obvia con perspectiva de género, pues todas las películas estaban dirigidas por mujeres mientras que este año está más o menos igualado (qué binario me ha quedado esto). Hemos conseguido incluir El buzo, un cortometraje de Jumana Abboud que me encanta y que explora las fronteras identitarias. Hay otra pieza de Mona Hatoum, una de las videoartistas palestinas más importantes. Mais Darwazeh estrena My Love Awaits Me By The Sea y Suha Arraf Villa Touma, donde actúa otra directora palestina, Cherien Dabis, que se identifica abiertamente como lesbiana. También hemos localizado Chic Point, un cortometraje de Sharif Waked que llevaba persiguiendo desde que leí esta lectura queer de la obra. Éstas están entre mis favoritas, pero en general merece la pena.