Igual para todos


La justicia no es igual para todos en un estado en el que pueden privarte de tu libertad por una falta administrativa aunque eso no sea de derecho, un estado en el que existen los Centros de Internamiento de Extranjeros, donde hay hacinamiento y falta asistencia médica básica o donde el maltrato es política. La justicia no es igual si no tienes papeles.

La justicia no es igual en un estado en el que pueden pararte por la calle si tu color de piel o tus rasgos no son los que se ajustan a lo que unx policía entiende como blancx, aunque eso quede completamente fuera de la ley. La justicia no es igual cuando al denunciar esta ilegalidad eres acusadx de desobediencia y obstaculización de la labor policial. La justicia no es igual si tu color de piel es distinto.

La justicia no es igual en un estado en el que puedes ser acusadx por un crimen con el testimonio de dos policías torturadores y mentirosos como única prueba, un estado en el que puedes terminar suicidándote o en la cárcel durante años por ello. La justicia no es igual si las autoridades pueden pegarte sin motivación legal ninguna. La justicia no es igual si no te ajustas a los cánones estéticos y políticos.

La justicia no es igual para todos cuando existe una figura inviolable y no sujeta a responsabilidad. Cuando para ser esa figura es mejor ser hombre, por derecho. La justicia no es igual si tu apellido es distinto.

La justicia no es igual en un estado en el que a muchas personas con discapacidades psíquicas se les niega el derecho al voto, pese a la ratificación por parte de España de la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU que establece el derecho al sufragio. La justicia no es igual si tus capacidades son diferentes.

La justicia no es igual para todos cuando los desahucios continúan y el consejero delegado del Banco Santander puede ser indultado por el poder ejecutivo. La justicia no es la misma si tus ingresos son más bajos.

La justicia no es igual para todos cuando sólo existen, sólo son legibles, hombres y mujeres. No, la justicia no es igual para todos. O quizá sí, quizá es igual para todos. No para todas. Menos aún para todxs. Ahí quizá tiene razón Juan Carlos y la justicia es igual para todos. Sólo para algunos todos. Y no estamos hablando sólo de gramática. La justicia no es igual si no te ajustas al rígido esquema del género.

Y entonces llega la figura inviolable y no sujeta a responsabilidad y lo dice así. Y se queda tan tranquilo. ¿Se creerá su propio discurso? Y, tras escucharle, parece que todavía hay necesidad de explicar la rabia. God save the King.

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