Dios(a)

Si Dios es varón, el varón es Dios.


Y qué vergüenza. Y 1.100 varones presidiendo la ceremonia y cuatro mujeres limpiando lo que ensucian.

Y mientras se siga rezando a un padre en el cielo, las cosas van a seguir igual en la tierra.

Y qué vergüenza de discursos y homilías.

Pero qué orgullo que haya gente que quiera cambiar las cosas. Qué orgullo que haya personas que rezan a unx padre-madre suyx que está en los cielos. Qué orgullo que lo que ha trascendido en los medios de esta visita sea la besada gay y lesbiana frente al papamóvil.

Una decía por ahí que besarse frente al Papa era una tontería. Que para qué tenían que ir a dar el espectáculo (como siempre). El Estado español (y el Estado, para esto, somos todxs) ha gastado millones de euros para que un hombre venga a un país "secular" a solicitar que cambien unas leyes que no han sido un regalo del 2005, sino que han sido el fruto de una lucha de años. Un hombre que compara el matrimonio igualitario con el cambio climático porque amenazan la creación. Un hombre que promueve ante masas fanatizadas que esa misma una no debe, no puede, tener nietos. Las besadas se llevan realizando en España desde los años ochenta (iniciadas por las lesbianas a raíz del arresto* de Arantxa Serrano y Esther Olassolo [fuente]). No sólo son útiles porque llaman la atención y son atractivas para los medios (el mismo motivo por el que no son multitudinarias, cuántxs LGB se esconden el Día del Orgullo cuando pasa cerca una cámara) sino que son un símbolo perfecto de visibilidad y reivindicación: estamos aquí, estamos en la calle, tenemos cuerpo, nos atraviesan pulsiones, sentimos deseo, no vamos a escondernos en casa, me beso aquí, delante de tu puerta, delante de tus hijxs.

¿Ganas de provocar? Claro que tengo ganas de provocar. Ganas de provocar al homófobo. Quiero que se enfade, quiero que sienta asco, quiero que se dé cuenta de que lo que realmente le molesta es que hayamos decidido no guardarnos los besos, las plumas, las novias, los novios, el amor, el sexo, para la intimidad de la alcoba. No sé si somos o no somos normales. Lo que tengo claro es que no somos como él.

Y tengo ganas de decírselo. Porque él me lo repite cada día, cada minuto, cada segundo. Y a veces lxs hetero os olvidáis de imaginar lo que eso llega a suponer cuando han pasado ya muchos días, muchos minutos, muchos segundos.

¿Que muy bien pero que no sirve para nada? ¿Que si es sólo desahogarse? Han sido sólo un centenar de LGB, pero sus imágenes han dado la vuelta al mundo. Y el mundo sabe ahora que los bollos y las maricas estamos enfadadas. Y eso es más que suficiente para empezar.

*Estas dos mujeres se dieron un beso, frente a la Puerta del Sol, el 23 de octubre de 1986. Dos días de retención y malos tratos y cruce de denuncias. A finales de los años noventa, el caso se resuelve con la condena a los policías. Cada 28 de junio, lesbianas se besan en la Puerta del Sol. Intentad detenernos ahora.

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