Día Internacional contra la MGF


Hoy es el día internacional contra la ablación del clítoris. La infibulación genital de las mujeres por razones no médicas alcanza a una media de ocho mil niñas cada día. La mayoría son mujeres negras, pobres, religiosas, supersticiosas, que nacen y son (re)producidas por un contexto cultural, no necesariamente geográfico-territorial, determinado. Están lejos y son incivilizadas. Sufren las consecuencias de vivir en una cultura diferente a la nuestra, lxs desarrolladxs.

En los países llamados desarrollados, "las cirugías genitales pediátricas [a los bebés no fácilmente identificables como niño o niña] convierten en literal lo que de otra forma podría ser considerado un ejercicio teórico: el intento de producción de cuerpos sexuados y sujetos generizados normativamente a través de actos constitutivos de violencia" (Cheryl Chase, p.87). Quirúrgica genital normalizadora y normativizadora de lo que es y lo que debe ser el sexo.

La mutilación genital femenina (MGF) ejercida violentamente sobre mujeres africanas en sus contextos geográfico-culturales ha sufrido el rechazo y la lucha activa en su contra de organizaciones e individuos feministas pertenecientes a la tradición europea noroccidental y norteamericana. La mutilación genital ejercida violentamente -aun con una mayor higiene y salubridad, lo que da la legalización y los recursos...- sobre los cuerpos intersexuales no ha obtenido la misma cobertura.

La ISNA, asociación estadounidense de intersexuales fundada por la activista y teórica Cheryl Chase, ha tenido el apoyo contra la ablación a intersexuales de inmigrantes africanxs anti-MGF. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo cuando solicitaba el apoyo de feministas europeas y anglosajonas. Cuando se asume que la clitoridoctomía no sólo ocurre en otros lugares (como la lejana África), sino también aquí, al lado de casa, se suele situar en otros tiempos: los principios de siglos XIX y XX estadounidenses donde las mujeres diagnosticadas histéricas eran "curadas" de esa manera.

La lectura de Re-orienting Western Feminisms: Women's Diversity in a Postcolonial World de Chilla Bulbeck me educó en las traducciones culturales, sobre las que Judith Butler también se explaya. Bulbeck se basa en la metodología de world-travelling, un mecanismo que evita tanto los prejuicios universalistas como las autocensuras relativistas, originada en un texto de Elizabeth Gunning (pdf). Implica comprender las dinámicas culturales que nos han producido; implica observar el Yo, el Uno, como nos observa el Otro convirtiéndonos a la alteridad; e implica mirar al Otro como si fuese el Yo. Siguiendo este proceso, Bulbeck termina comparando (la comparación no significa jugar al ser mejor, ser peor, ser igual, sino a una comparación metodológicamente científica entre los sistemas y los mecanismos, así como los significados de determinadas conductas y acciones) la MGF en algunos países africanos con la anorexia, la bulimia, o la cirugía estética en algunos países occidentales. De hecho, la labioplastia parece estar de moda últimamente.

En ningún momento estoy tratando de quitarle importancia a la tragedia de la mutilación genital femenina. Sólo intento relocalizarme, posicionarme, en un sentido puramente geográfico, a la hora de pensar una realidad como ésta. Hay que saber dónde estamos y hay que deconstruir los mecanismos que utilizamos para construir a la Otra. A la Mujer que sufre la ablación. A la Mujer-Negra-Religiosa-Supersticiosa-Pobre-Ignorante-Africana. Una Otra a la que necesitamos, y que necesitamos que sea así (negra, supersticiosa, pobre, ignorante, incivilizada) para utilizarla como espejo, reflejarnos y construirnos.

Debemos localizar y cuestionar primero nuestra propia posición tan rigurosamente como cuestionamos la de los otros.
Salem Mekuria: «Female Genital Mutilation in Africa»

La imagen es una campaña de Amnistía Internacional: "Haz algo de ruido por aquéllxs que no pueden ser oídxs". Si nos ponemos especialitos, podemos leer cierto intento de apoderarse de la voz y de la representación de aquéllxs que deberían ostentarlas. Sin embargo, no debemos olvidarnos que la subalternidad, cuya existencia es necesaria para la construcción identitaria del grupo hegemónico, está caracterizada principalmente por la falta de mecanismos e infraestructuras para ser escuchados. Alguien no puede hablar. ¿Acaso tenemos sólo dos opciones? ¿Hablar en su nombre y apoderarse sin permiso de su representación? ¿O, por el contrario, no hablar de él/lla?

1 reacciones

  1. Muy interesante tu artículo. Evidentemente, estamos en contra de la mutilación genital, de cualquier forma en que se lleve a cabo pero creo, ya que se trata de violencia. Pero no podemos hablar por boca de nadie. Y las mujeres que sufren esta práctica también tienen voz y son, en cada caso, quienes tienen la última palabra para cambiar su realidad. Si no has visto la película Moolade te la recomiendo, este es el link http://youtu.be/zC3MoYA50q0

    Un saludo!

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