Yo en realidad fui allí a hablar de homonormatividad en las series de televisión española, de cómo la representación de un tipo muy concreto de personas LGTB (añadir la T y la B aquí ha sido bastante absurdo, la verdad) y de un tipo de conductas reproducen los mismos cánones heteronormativos (tanto de la expresión de género como del tipo de prácticas sexuales y, sobre todo, del tipo de relación, el mito del amor romántico del que tan bien habla Coral Herrera): el discurso de la normalización que tan a colación saldrá estos días a cuento de la semana del orgullo y que tan caro sale a las personas que no "dan la imagen" o que no quieren darla, pues supone señalar una frontera nueva entre lo normal y lo anormal, entre lo que se puede representar y lo que no se puede representar. Sí, hemos metido a determinadxs lesbianas y gays dentro de la norma, pero no hemos ampliado la norma, solo la hemos reforzado.
¿Te gustaron las pintadas? Vivo en Oporto, y aquí las hay por todas partes. Y en Coimbra también. Es sorprendente este pueblo: escribe mucho, pero habla poco. Y grita menos. ¿La centralización salta tanto a la vista? Pensaba que era yo la única que se daba cuenta, pero si en un fin de semana lo has percibido, es que igual tengo algo de razón... Tengo la sensación de que todo pasa en Lisboa.
ResponderEliminarMe encantaron las pintadas :) Oporto no lo conozco, pero dicen que es incluso más bonito que Lisboa! Y sí, la centralización del Orgullo fue lo que yo percibí, no sé si aparte del movimiento LGTBQ, el resto también se percibe tan centralizado...
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